jueves, 14 de octubre de 2010

Diecimedia

212 En fin Gon, seguiremos nuestro caminar, ¿con poesía?, así es, pero antes deja que le mande saludos a Antonioo, que tuvo la gentileza de hacernos una visita el otro día y no pude verlo, así que le dedico esta composición para compensar…



DIECIMEDIA
Siempre encuentro en mi memoria
-a veces nada busco-
sabor a cucharilla y azúcar
en una mañana de invierno.
Son las diecimedia en punto,
hora de alimentar el alma
viendo la desnudez de la calle
reflejada en el jaspe de tu mirada.
Es el momento grácil,
la fuente oculta entre el tráfico
donde saboreo el agua más fresca
que manar pueda río alguno.
Tu presencia, tu palabra,
el gesto mecánico del camarero
y el amorfo escudo de mi camisa,
dan vueltas en torno al mundo
hasta que llegan otras diecimedia.
Calendario de vida intensa
-me fue marcada en el Olimpo-
que no tiene tardes ni noches,
que aspira con fuerza el aire
rastreando el perfume de tu piel.
Tal vez en alguna hora perdida
se hayan cruzado en el éter
aromas y deseos
y nos hayamos visto los dos
sentados frente a frente, en el bar.
Tañer de solitaria campana
que llama puntual a la oración
mientras un caballo relincha
desprendiendo luz entre sus cascos.

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