martes, 27 de noviembre de 2012

Palabra sobre palabra

320 Bueno Gon, ya has sembrado la duda de nuevo, ¡qué quieres Alba!, así es la vida, así es como tú nos la cuentas, ya veremos, no te impacientes que el relato no ha hecho más que empezar, ¡ya!, pero conociéndote puede salir por cualquier lado, paciencia Alba, paciencia, no demos pistas que ya sabes como son Trini y Vero, ¿cómo son?, están ahí, agazapadas, esperando adelantarse a los acontecimientos, pero ¡no!, tendrán que esperar, ¡eso, genio y figura!, hablemos de otras cosa ¿cómo andan las cosas por Palabra sobre Palabra?, no están mal, Gon, ahí seguimos cultivando amigos, colgando textos y aprendiendo que es lo que quiere D. José, es que eso de ser un club aparte, corta lo suyo, ¡ya!, pero ya sabes que no depende de nosotros, es lo que tiene andar de prestado, de acuerdo, pero al menos funciona, hasta que lleguen las vacas flacas, que todo se andará, no seas tan pesimista, Gon, por ahora estamos allí, cumplimos con nuestra tarea y ya está, no te preocupes por nada más, tienes razón, Alba, yo a lo mío: mis historias, mis personajes y… a pasármelo lo mejor posible, que la vida es un suspiro, pues eso, Gon, para todo lo demás ya está el jefe, por cierto ¿te vas de puente?, me lo estoy pensando, Alba, pues date prisa o te quedarás sin parte del pastel, eso quiere decir que tú…, así es, Portugal me espera de nuevo, ¡como te lo montas!, bueno, me voy, hasta luego, Gon, hasta luego.

martes, 20 de noviembre de 2012

Collage de verano (1)

319 Hoy te toca a ti aportar algo, Gon, y lo tengo preparado, Alba, ¡ah! ¿me dejas que te diga algo de Vero y Trini?, ¡dilo, dilo!, que no paran de producir, son auténticas genios en su labor poética, suerte la nuestra que las conocemos, pues eso es lo que quería decirte, ahora…¡adelante con tu nuevo relato!

COLLAGE DE VERANO (1)
Mientras que en la tele una partida de flamingos emprenden el vuelo desde el Algarve hasta la orilla del Guadalquivir, yo trato de averiguar que fue de aquel amigo que un día pretendió enseñarme portugués y no consiguió siquiera hacerme ir a Lisboa, donde con el paso del tiempo terminó convirtiéndose en un eminente cirujano. Tenía su dirección por algún cajón perdido de mi cuarto, y cuando llegó el momento de hacer uso de ella, porque otros amigos pasarían por allí y pretendía enviarle un obsequio que le haría mucha ilusión, no hubo forma de encontrarla. Me sonaba – no sé de qué, ferro velho -, pero eso era poco menos que buscar por buscar, así que mis amigos me enviaron una postal en la que me daban envidia por ser ellos y no yo los que se encontraban ante las puertas del Palacio de Belem y por otro lado que tendrían que volver con mi encargo para atrás porque con estos datos se lo había puesto muy difícil por no decir imposible. Añadían además que pensaban pasarse unos días en las casas transmontanas para ponerme los dientes aún más largos, sabiendo lo que me gustan a mí esas estancias.


Por otro lado desde la Punta de Europa recibo una llamada telefónica de mis hijos recordándome lo bien que se lo están pasando, todo el día montados en la tabla de windsurfing, ola va, ola viene, y yo con el ventilador en el número tres, las persianas bajadas como si estuviese recién operado de cataratas y escuchando “Cuando calienta el Sol” por los Hermanos Riquel. Bonito verano y bonito panorama el que se me avecina si no le pongo remedio y trato de darle la vuelta a las inclemencias anímicas, porque las meteorológicas no apuntan demasiado bien, según he podido comprobar esta mañana en la interné, donde nos auguran a los sufridos trabajadores una subida progresiva hasta el miércoles para rozar ya los 38ºC de media, que no está nada mal. Miedo me da mirar las previsiones a más largo plazo, así que me he olvidado del asunto – por otra parte irresoluble – y he confiado en que no sea más que la misma historia de todos los años por esta fecha.

O postal de amizade, rezaba en la parte trasera de la postal que me enviaron mis amigos, y a mí que me seguía sonando la dirección del amigo cirujano, pero que no acababa de salir. Mejor dejarlo; estas cosas que se enquistan y no hay forma de desenredarlas, lo mejor es olvidarlas, que ya saldrán. Se me viene a la mente ahora, la felicitación que recibí en Semana Santa dando por hecho que tenía que ponerme a firmar libros para regalar a los amigos. ¿A quién se le ocurriría tan brillante idea? ¡Ya me gustaría, ya! Esto debe ser cosa de Domínguez que es algo más despistado que yo, y seguramente confundió mi imagen con la aparecida la otra noche en Localia de ese afortunado escritor que ha conseguido ganar no se cuantos premios en el último año. Y claro, como él me vio una vez en los papeles, se dijo: “Míralo, ahí está Manolo”. La culpa es de ese oculista que no acaba de dar de una vez con el mal que aqueja al pobre Domínguez, que cualquier día no sólo me confundirá a mí sino al metrotren, que como no está acostumbrado a su paso, el asunto puede terminar en tragedia. Me cuenta que él estuvo una vez en Galicia, que cogió un avión y se presentó en Vigo: “¡Qué bonita era la ciudad vista desde el aire!” – decía el pobre Domínguez -, mientras que yo pensaba para mis adentros en los años que tendría que hacer de aquello, porque con su problema dudo mucho que pudiese apreciar nada. Yo le cuento que conozco el Monte de Santa Tecla y el castillo de Villasobroso, que aunque no está en la misma provincia es de por allí cerquita. Él me responde con el viaje en barco hasta las islas Cies y así continuamos no sé cuanto tiempo hasta que sonó el teléfono.

Se trataba del jefe que le metió una bronca porque ya estaban tardando mucho los informes, que le había pedido desde hace no sé cuantas horas. Pobre Domínguez, encima tener que aguantar las cabronadas de ese energúmeno. ¡Conmigo tenía que dar!, que le iba a decir cuatro cosas; cogen un cargo y enseguida lo quieren arreglar todo, ya no se acuerda de cuando estaba aquí con nosotros y hablábamos de lo mismo que estamos hablando ahora, porque esto se repite todos los veranos, para que nos vamos a engañar. Aquí cada cual cuenta la misa según le va y como estamos jodidos, salen a relucir asuntos de otros tiempos, de cuando la cosa daba para ir a tal o cual sitio, pero es que desde hace unos años, no hay manera, o nos quedamos dando el callo o esto se va al carajo.

.../...Continúa en Collage de verano (2)

martes, 13 de noviembre de 2012

Crisis, recortes, huelga...

318 Estuvo por aquí Carmen, la del vencejo, ¡no me digas, cuánto tiempo! ¿te dijo algo de tu poema?, como no: lo ha leído y parece que le ha llegado, yo que me alegro, Alba, a Vero me la encontré por los pasillos y también le vi  cara de satisfacción, ya lo se, Gon, es que hace tiempo que estaba esperando alguna aportación de este tipo, pero ya sabes como son aquí los tiempos, y eso que ahora no tenemos Tertulia, pues aunque parezca mentira, Gon, tenemos una obligación menos, pero yo sigo con la misma tarea de siempre ¿cómo te lo explicas?, ocurre en las mejores familias, Alba, por más que recortamos..¡¡no me hables de recortes!!.., bueno, bueno, perdona, me refería al tiempo, pero se ve que estás de una susceptibilidad subida de tono, es que no hay manera de escaparse ni un día de palabras como crisis, huelga, recortes… nos persiguen, nos acosan, las tenemos en el desayuno, en la comida, en la merienda…y porque tú no cenas, que si no también las tendrías pegadas al cogote ¿qué quieres?, son los signos de la época por la que atravesamos, mejor hablamos de otra cosa, Gon, ¿te gustaron los encuentros entre cine y literatura?, claro que si, siempre es un placer escuchar a personas que viven de primera mano los pormenores de esas dos artes, y además, Gon, me alegra ver a tanta gente joven tanto en el aspecto creativo como público oyente, eso prueba que hay futuro, y hoy tenemos otro encuentro, así es Gon: Poesía en Vandalia, ¿asistirás?, ¡como no!, hay que procurar estar al tanto de las distintas corrientes, eso mismo pienso yo, Gon, ¡mira, ahí van Trini y María!, ¡ah, voy a saludarlas, hasta luego!, adios, Gon, hasta luego.

martes, 6 de noviembre de 2012

Se bien que hay una frontera

317 ¿Qué se cuentan Trini y Vero?, me hablaban del asunto del viaje, Alba, ¡ah, si!, pues qué quieres que te diga, yo también creo que lo importante es viajar, ya sea para dentro o para fuera, muy bien ¿ahora te toca a ti, no?, a punto estoy de colgar mi aportación, toca leer, así es, Gon, no te digo más…
SE BIEN QUE HAY UNA FRONTERA

Sé bien que hay una frontera,

un cristal de bordes redondeados,

una raya,

un lugar donde Eros está proscrito,

una isleta junto al semáforo

donde Michel nos persigue,

a ti te vende pañuelos,

a mí palomas de alas rojizas.

Tierra inhóspita que ahora cabalgo.

Quiero que mi verbo esté

en la servilleta volátil,

en la hoja rosa del parte

o en el filo de tu almohada.

Es una franja

tan estrecha

tan ancha

como beber cerveza sin o con.

Verdes naranjas que tornarán

su piel en atardeceres de verano,

que ofrecerán almíbar a los dioses,

inspiración al poeta,

cuando estemos junto al puesto

veremos sólo naranjas, tal vez su precio.

Aquí ante blanco papel emborronado

me siento acero

con empuñadura de plata

y te sueño perfume de jazmín

que llama a mi ventana.