384 Me han dicho que hoy nos traes algo exquisito, ¿quién se
ha atrevido a tanto, Alba?, la gente de PsP y de TR, ¿seguro que fueron ellos y
no MJCollado, Trini o Priego?, que no Gon, confía en lo que te digo, no metas a
nuestras amigas en tus líos, bueno, bueno, lo colgaré de todas formas, así me
gusta...
Habían aprovechado hasta el último rincón del coche, para que no faltara ni un detalle a la hora de pasarlo bien. En veinte minutos estarían en el lugar de cita donde habían quedado con los amigos. El vehículo estaba aparcado ocupando en parte el acerado, porque iban a salir de inmediato, pero al disponerse a utilizar el mando a distancia –mire usted por donde-, éste no responde ni por activa ni por pasiva, y además como se trate de abrir el coche con otros métodos saltaría, el antirrobo y allí se formaría lo nunca visto: lo último es que se asomaran los vecinos o que acudiera la policía; el bochorno sería terrible y la multa de aquí te espero. Así que había que intentar seguir las indicaciones para cuando le fallan las pilas al mando: tres veces se gira la llave en el sentido de las agujas del reloj, y dos en sentido contrario, ¿o era al revés?, ¿o era cuatro veces en un sentido y una en otro? O al contrario. Los veinte minutos se consumen y otros veinte y el sudor se marca en la camisa. Y a la hora y tres minutos después del primer intento, se produce un hecho histórico: la abuela, que se ha quedado en casa, juega a salir de viaje con las llaves de repuesto. El hombre tira del móvil para avisar a los amigos del problemón que tienen encima, se equivoca y marca el teléfono de la abuela; ésta contesta y sin querer presiona el botón de abrir puertas en la llave de repuesto. La mujer toca la empuñadura de la puerta por hacer algo... Y la puerta se abre. ¡Aleluya!. Acababan de inventar el método de apertura de puertas en la distancia. Lo malo es que nunca se enteraron de la autoría del descubrimiento.
De momento no se alegrarían del invento, sino de ver la puerta abierta y de poder salir por fin:)
ResponderEliminarSaludos
Feliz final para un agobio que parecía eternizarse. Un abrazo.
ResponderEliminar¡¡¡Hola, Arruillo !!!
ResponderEliminarInteresante y entretenido tu relato, aunque sentí un momento de ansiedad; pero con final feliz, bendita abuela.
Ha sido un placer. Gracias.
Te dejo mi gratitud por tu cercanía y mi estima siempre.
Un beso y se muy muy feliz.
¡Buenísimo!. Un abrazo
ResponderEliminarLa vida misma!!!
ResponderEliminarQué bueno :)
Abrazos
(Liada. Te escribo)
¡Si es que donde se ponga una abuela! Valen un imperio.
ResponderEliminarUn abrazo Arruillo.
Conchi.