400 ¡Aleluya, Gon! Llegamos a las cuatrocientas, su trabajito ha costado, Alba, y el jefe que ni se entera, en fin, nosotros a lo nuestro, hoy te voy a dejar un soneto…
Encorvado. Ancho sombrero de paja,
tez morena y resquebrajada; aroma
a tomillo y sol; caderas de goma.
Ciñendo la cintura negra faja.
Pan con tocino y gajo de naranja,
robustecen los músculos. Asoma
en el piporro virginal paloma,
sacia sus labios; por el pecho baja
rápida y vivificante. Esgrimiendo
segur con dientes afilados, corta,
amarra, canta, sigue maldiciendo
la amarga hora. Con su mirar exhorta
a ese Dios del que le hablan; y razona:
¡Almacén de oro! ¡Gran miseria aporta!
Felicitaciones, amigo J.R. por tus 400 entradas, que ya son muchas, y espero nos sigas deleitando con otras muchas más.
ResponderEliminarHoy nos dejas un soneto con sabor a tomillo y a sol, muy bonito.
Un beso.
Bien se me da el soneto, amigo. Has trabajado duro...no es fácil arribar a 400 entradas. Enhorabuena!
ResponderEliminarAbrazos
Me encanta este soneto, Pepe. Recoge con hermosura la lucha con la tierra, y lo poco que de ese aporte ceden sus dueños a quien lo trabaja. Un beso.
ResponderEliminarQue sean otras cuatrocientas.
ResponderEliminarUn saludo, José.