Siguiendo con el balance de 2015, han aparecido por este
sitio lugares tan emblemáticos para mí como:
Paymogo: ese
mágico pueblo del andévalo onubense en el que tuve la fortuna de venir al
mundo. Una y otra vez a lo largo del año recorro, sólo o en compañía de buenos
amigos su rivera del Chanza, límite natural con la vecina Portugal, recordando
los avatares de lo que esa raya significa. Luchas, contrabando, molienda de
trigo, baños, excursiones, mar de estrellas. Y dos publicaciones, gracias a El
País del Mago: A la sombra de la Encina
Gorda y Aves.
Cortes de la Frontera: Lugar simbólico
de la asociación Driades, no en vano hemos pisado sus montes en varias
ocasiones, teniendo siempre como premisa el senderismo y la convivencia con
excelentes amigos. El desfiladero de los Gaitanes lo llevo impreso en mi mente.
Los Royos: En la Sierra del Segura,
provincia de Jaén. En una casa de campo, dónde al margen de la convivencia con
los demás me hice amigo de una ardilla que me ayudó a comprobar como funciona
un teleobjetivo en una cámara fotográfica. Y la lluvia, siempre la grandeza de
la lluvia contemplada desde un buen traje de agua.
La Sauceda: Entre los
límites de Málaga y Cádiz. Conserva el sabor de la tierruca, en esas cabañas de
tierra sin las comodidades de la vida moderna. Dormí en el suelo o en un
camastro, con la chimenea calentando el ambiente. Galopar por su crestería en
todo un lujo en días limpios de nubes. El impresionante Parque de Los
Alcornocales hace el resto.
Viznar: Santo y
Seña en la vida de las ninfas de Driades. Allí nació el grupo y allí disfrutó
con toda su grandeza de la nieve granadina. El albergue juvenil goza de la
infraestructura necesaria para que un grupo pueda encontrar todo lo que
necesita para aprovechar el tiempo libre.
Baza: El agua, la
montaña, los parajes rebuscados o rescatados por la mano del hombre en pro del
disfrute comunitario. Sitios un tanto alejados del mundo ruidoso y los malos
humos. Una casa con capacidad suficiente para albergar a un grupo, rodeada de
bosques. Caminos, multitud de caminos por los que transitar. La compañía adecuada resulta imprescindible.
En fin, todo un abanico de posibilidades de la inmensa
Andalucía, para gozar, para dejar correr la imaginación y para enamorarse aún
más, si cabe, de la Naturaleza. No
lo desaprovechen.
Habrá que conocer Paymogo como cuna del poeta, soy un inculto en cuanto a pueblos de Andalucía se refiere. Me apunto todos, aunque Baza creo que lo conozco.
ResponderEliminarUn saludo, José.
Serás bien recibido, Rafael. He pateado mucho lo más cercano, o sea las tierras andaluzas, eso me da mucha fuerza a la hora de enfrentarse al folio en blanco.- Un abrazo
EliminarHola J. R. antes de nada ''FELIZ AÑO!! Tu entrada me ha encantado, como andaluza que soy estoy enamorada de ella. Yo este año para mayo quiero ir a Córdoba y Granada.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola, Conchi, que tengas un feliz año tú también. Ya sabía que te iba a gustar la entrada. Si algún día tus desplazamientos incluyen a Sevilla, no dudes en decírmelo.- Un abrazo
EliminarLugares con encanto, sin duda.
ResponderEliminarTu Paymogo es un lugar entrañable, bien lo sé.
Viznar me trajo recuerdos.
Abrazo!!!
Gracias, Vero, por la visita. Som tan sólo una pequeña muestra de lo mucho y bueno que tenemos a dos pasos de nuestra casa.- Besos
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