Una ventana abierta a la imaginación
La estancia del jilguero discurría entre barrotes; a pesar de ello, sus amanecidas eran un puro canto a la vida.
¿Y ahora qué? ¿No me vas a decir nada?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Y ahora qué? ¿No me vas a decir nada?