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sábado, 31 de mayo de 2025

Los alcornocales


 

ALCORNOCALES

El alcornoque es un árbol grande que puede alcanzar los 25 m, tiene una copa amplia y redondeada y su corteza es el corcho. Si se le extrae deja ver un tronco rojizo que se va oscureciendo poco a poco. Las hojas son simples, persistentes, alternas, ovaladas o redondeadas, de haz verde oscuro, envés blanquecino y de margen entero o en picos suaves que no pinchan como en la encina. Las flores salen en pedúnculos colgantes y amarillentos en primavera (amentos). Las bellotas suelen ser amargas y tienen un cascabillo con escamas salientes y blandas.
ECOLOGÍA
Es un árbol típicamente mediterráneo que forma bosques o aparece mezclado con otras especies de ecología similar.
DISTRIBUCIÓN
Habita en el occidente de la región mediterránea. En la Península se distribuye principalmente por el cuadrante suroccidental, con sus mejores poblaciones en el centro y sur de Portugal, aunque hay alcornocales menos extensos en el norte y este. El bosque de la Mamora, en las cercanías de Rabat, Marruecos, es el alcornocal más grande del mundo.
MÁS INFORMACIÓN
 
La principal utilidad del alcornoque es la de su corteza externa o corcho, usado para multitud de fines, desde tapones y aislantes de todo tipo hasta la confección de ropa y calzado. Se trata de una importante alternativa económica en muchas áreas rurales con explotaciones corcheras. Así, el novelista catalán Eduardo Mendoza escribe un apunte sobre ello en Mauricio o las elecciones primarias: «A diferencia de otras poblaciones costeras, Sant Feliu no había vivido de la pesca, sino del corcho procedente de los bosques de encinas circundantes. Con el corcho se fabricaban tapones que permitían embotellar y exportar el vino y el champán de otras zonas de Cataluña. Más tarde, la competencia de la industria corchotaponera andaluza arruinó la economía de Sant Feliu hasta la llegada del turismo».
En la literatura, por ejemplo en El Quijote, Miguel de Cervantes alude al alcornoque en al menos quince ocasiones.
El escritor y diplomático cordobés Juan Valera, en La cordobesa, escribió: «Entre las jaras, tarajes, lentiscos y durillos, en la espesura de la fragosa sierra, a la sombra de los altospinos y copudos alcornoques, discurren valerosos jabalíes y ligeros corzos y venados…».
Los bosques de alcornoques, denominados alcornocales, albergan una biodiversidad sorprendente, sirviendo de refugio para especies amenazadas como el lince ibérico y el águila imperial.
 

PARQUE NATURAL DE LOS ALCORNOCALES
Suelo, humedad y aprovechamiento tradicional han sido los factores determinantes para mantener la mayor masa conservada y productiva de alcornocal de la Península Ibérica, el parque natural Los Alcornocales.
Situado en la provincia de Cádiz y parte de Málaga, se extiende desde la sierra hasta el joven
Parque Natural del Estrecho, presentando gran diversidad de relieves y paisajes. Esta riqueza se refleja en todos los ámbitos: flora, fauna, climatología, historia y folklore, constituyendo un lugar ideal para visitar y disfrutar de actividades tan diversas como la recolección de setas y la práctica de deportes en la naturaleza.
Los suelos de arenisca, que han favorecido el denso alcornocal, también albergan quejigos y roble andaluz en las zonas más húmedas. En estos bosquetes cazan las águilas calzadas, culebreras y ratoneras, además de azores, gavilanes y cárabos. En las alturas, asoman las rocas y sobre el suelo pobre aparece la herriza, denso matorral achaparrado de distintas especies adaptadas a suelos ricos en metales como el aluminio, entre las que abundan, por ejemplo, las aromáticas. En este espacio habitan la cabra montés y numerosas aves rapaces, destacando el buitre leonado, alimoche, águila perdicera, búho real y halcón peregrino.
En las zonas bajas y arcillosas aparece el acebuchal aclarado desde tiempos inmemoriales para dejar paso al pasto que alimentará el ganado típico de la zona, la vaca retinta. En las laderas, aparece el matorral mediterráneo, con jaras, brezos, cantuesos, torviscos y majuelos. Por ellos discurre el corzo morisco, autóctono y emblema de caza mayor, además del gamo, ciervo y carnívoros como ginetas, tejones y sobre todo meloncillos, con la mayor población de la península.


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