CUADERNOS DE CAMPO: El acebo
Conecté con este
árbol un día de Inmaculada en la Sierra de Segura y Las Villas. La tarde
era gris, y el acebo formaba una línea ascendente a ambos lados de una vera,
mezclándose entre pinos arropado por un enmarañado verdor. El viento me sopló
al oído que lo que tenía ante mis ojos era una representación de la familia
AQUIFOLIACEAS del género Ilex, de hojas elípticas y cuyos frutos aún
permanecían ocultos a mi curiosidad de observador. Un poco más abajo, en un
caserío semioculto, humeaba una chimenea, y el aire traía ese olor a cuero
quemado, tan propio de nuestras sierras, cuando de obtener beneficios del cerdo
se trata; una señora sentada ante un lebrillo se esmeraba en los embutidos,
mientras otras cuantas personas le buscaban un buen clavo a las patas limpias
de sangre, brillando al frescor matutino.
No demasiado lejos de este lugar,
“Las Acebeas”, campamento juvenil que dormitaba de la presencia humana,
haciendo crecer hierba en aquellos espacios donde el sol veraniego castigaría a
su debido tiempo; las tiendas de campaña, el fuego, el bullicio, quedaban
entrecomillados, tan sólo unos perros guardaban celosamente el único techo del
campamento. Por allí merodeaban los ciervos y el arrendajo, y contemplando el
juego amoroso de los buitres nos acercamos por carreteras sinuosas hasta Segura
de la Sierra, con su castillo mudéjar, enclavado en un picacho desafiando leyes
físicas. Oteadero perfecto en el que el poeta Jorge Manrique decidió establecer
parte de su vida, y al que por supuesto la población serrana tiene dedicada una
placa, y muestra orgullosa la casa a aquellos pasajeros que deseen visitarla.
En las proximidades destaca El Yelmo (1809), impresionante elevación desde cuya cima
parece estar uno a las puertas del cielo. Siles, Santiago de la Espada, Hornos,
son otros nombres que debemos apuntar también en nuestra agenda, si queremos
tener una idea preclara de este paraje declarado Parque Natural desde 1986 y
que abarca una superficie aproximada de 214.300 has.
Volviendo un poco al acebo, conviene saber que esta especie presenta una gran variedad de hojas y frutos, ya que lo mismo nos llega de América que de Asia. Existiendo por tanto muchos híbridos aunque la conocida agrupación de bayas rojas pasa por ser una de las más espectaculares. El acebo se ha plantado tradicionalmente para favorecer los bosques destinados a la protección y alimentación del ganado. Requiere cierta humedad y no soporta las sequías prolongadas. Es un reducto de la vegetación lauroiede que cubrió antaño buena parte de Europa. El acebo además de refugio y aislante térmico, ofrece sus hojas y frutos a multitud de herbívoros; actúa a la vez como abrigo y como fuente de alimento. Las aves - ¿cómo no? -, colaboran en la dispersión de sus semillas, en agradecimiento a los dones que el árbol ofrece
Volviendo un poco al acebo, conviene saber que esta especie presenta una gran variedad de hojas y frutos, ya que lo mismo nos llega de América que de Asia. Existiendo por tanto muchos híbridos aunque la conocida agrupación de bayas rojas pasa por ser una de las más espectaculares. El acebo se ha plantado tradicionalmente para favorecer los bosques destinados a la protección y alimentación del ganado. Requiere cierta humedad y no soporta las sequías prolongadas. Es un reducto de la vegetación lauroiede que cubrió antaño buena parte de Europa. El acebo además de refugio y aislante térmico, ofrece sus hojas y frutos a multitud de herbívoros; actúa a la vez como abrigo y como fuente de alimento. Las aves - ¿cómo no? -, colaboran en la dispersión de sus semillas, en agradecimiento a los dones que el árbol ofrece
Me gusta esta narración que ilustra, amigo. Abrazos
ResponderEliminarEl acebo es una de esas plantas típicas asociadas a la Navidad. Me has hecho viajar por los lugares de esta narración. Un abrazo.
ResponderEliminar¡Hola -Arruillo!!!
ResponderEliminarNos dejas un bonito texto, ha sido placer pasar a leerte.
Aquí en en mi tierra, antes había muchos acebos, se cogían para llevar a casa por Navidad. Sin embargo ahora, no sé el porque, andan muy escasos y están protegidos, nadie los puede coger.
Te dejo mi gratitud y mi estima.
Un beso y felices fiestas.
Solo añadiré que es una especie protegida
ResponderEliminary como tal debemos cuidar.
Un abrazo muy grande.
* * * Feliz Navidad * * *
Me sumo al comentario de Marisa.
ResponderEliminarDeberíamos tomar ejemplo de las aves.
Ando liada, pero te escribo.
Abrazo
Felices días y un 2014 pleno. Un abrazo
ResponderEliminarTe deseo una muy feliz Navidad.
ResponderEliminarUn beso enorme
Un abrazo grande en estas fiestas que espero sean buenas para ti y que el nuevo año responda a todas tus expectativas. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Arrullo, Igualmente para ti. Un abrazo desde el alma.
ResponderEliminarMuchisima felicidsdes esta Navidad y las próximas fiestas
ResponderEliminarUn abrazo sincero
Srella