Hoy ha tenido lugar
el feliz acontecimiento,
en la puerta del quirófano chico
la enfermera grita gozosa:
¡ha sido libro!
Reclino
mi cabeza en tu pecho
y pienso en los años, en las fatigas,
en la voraz trituradora de la primera planta
-será de sangre azul-
dice el administrativo de gafas progresivas.
Y yo me pierdo
en el
trigal de tus cabellos,
en la redondez de tu ombligo,
en la comisura de la estrofa
que es calcada a tu sonrisa.
Arrullo de rula
turca
que en la cúspide del castillo
proclama su voz, su canto,
forjado en las entrañas melosas
que resumas por el bello de tu piel.
Cara de pan
le ve el
hombre de gorro erguido.
¿Y el alma?
Está en mi pulso de jornalero
y el cliché invelado
que al trazo de cada palabra
te proyecta en la cal del patio.
El párroco –manga corta de camisa-
bendice su buena lectura
y al salir, el cuponero
como si fuese viernes
nos mira y nos dice: ¡suerte!
Queda claro que ha nacido un libro, con él la sensación gozosa de algo compartido. Le veo rasgos surrealistas al poema, un fino asomo de erotismo y un guiño de ironía. Estoy llegando a puerto con mi barco, voy a plegar las velas y a adentrarme en la espesa niebla del sueño. Buenas noches. Un beso.
ResponderEliminarPues si ha sido libro, aún hay esperanza:)
ResponderEliminarYa te lo he dicho, lo próximo, un poemario.
Abrazos
Me haré de tu libro Arruillo como él se hizo de tus palabras.
ResponderEliminarMuchas gracias,
nos vemos.
El singular va adrede. Suena mal?
ResponderEliminarFeliz alumbramiento.
ResponderEliminarUn beso
Qué bien, amigo. Feliz idea —que ingenio no te falta, eh—.
ResponderEliminarMis votos por el éxito!
Fuerte abrazo!
¡Enhorabuena y bienvenido al mundo libro nuevo!
ResponderEliminarUn abrazo
José Romano