Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación
El nombre científico del álamo negro —también conocido como chopo— Populus nigra, se traduce como “árbol del pueblo”. Se trata de una especie arbórea que puede llegar a medir hasta 30 m de altura y que cuenta con un tronco esbelto. Sus hojas, de forma romboidal o triangular, son caducas, simples y alternas. Con respecto a sus frutos, tienen forma de cápsula y se abren al madurar, liberando semillas que se encuentran envueltas en un tejido algodonoso, que en ocasiones es confundida con el polen, para facilitar su dispersión con el viento.
El álamo negro es la especie arbórea autóctona de la península Ibérica que más rápido crece y suele encontrarse en las riberas de los ríos, así como en zonas encharcadas, donde es normal que comparta su entorno con otras especies como el sauce, el fresno o el aliso. Asimismo esta especie puede crecer en todo tipo de suelos, incluso tolera aquellos terrenos con cierto grado de salinidad, y es posible hallarlos en enclaves que van desde el nivel del mar hasta los 1.800 m de altitud. Con respecto a su explotación, debido a su rápido crecimiento su madera es muy apreciada para la elaboración de pasta, papel, tablones y embalajes poco pesados. Además en el pasado fue utilizado para teñir de amarillo o de verde.
La provincia de Granada ocupaba en la década de los años 70 el primer puesto en cuanto a extensión de choperas (12.000 ha con una producción de 120.000m3 de madera) y aunque en la actualidad no llegan a 4.000 ha; recuperar su producción es vital para reactivar no solo el tejido industrial de esta zona sino para beneficiarse de los servicios ecosistémicos que el cultivo de esta especie lleva adherido.
Los chopos contribuyen a la estabilización de las riberas y sus márgenes y reducen la erosión y arrastre del suelo provocado por las avenidas extraordinarias de los ríos, mejoran el paisaje y protegen los cultivos en zonas expuestas a vientos de gran intensidad.
Las choperas actúan como sistemas naturales de depuración ripícola al capturar los pesticidas, abonos y otros contaminantes utilizados en los cultivos agrícolas colindantes, es decir, son filtros verdes de las aguas de escorrentía superficial y de la capa freática antes de que alcancen el río.
Granada es la tercera ciudad de España con peor calidad del aire y las choperas tienen una notable capacidad de capturar grandes cantidades de CO2 de la atmósfera y filtrar gases contaminantes procedentes del tráfico urbano. Además, estas explotaciones aportan otras ventajas medioambientales, ya que contribuyen a reducir la temperatura y refrescar el ambiente, filtran el agua contaminada por el uso de abonos en otros cultivos, previenen la erosión y atraen biodiversidad vegetal y animal.
Estas choperas, movidas
a menudo por la brisa, se dirían la viñeta del primer libro de
poesías de Federico García Lorca (1918):
Escuchad los romances
del agua en las choperas.
Los árboles que cantan
se tronchan y se secan.
Y se tornan llanuras
las montañas serenas.
Los chopos niños
recitan
su cartilla; es el maestro
un chopo antiguo que mueve
tranquilo sus brazos muertos.
¿Verdad, chopo, maestro de la brisa?
Cabecean los chopos hablando
con el alma sutil de la brisa.