viernes, 28 de junio de 2019

¿Qué tendrá que duele tanto...




¿Qué tendrá que duele tanto
la distancia al horizonte?
¿Por qué mis dedos pretenden
ser raíces que buscan
la comunión con la Tierra?
Le tengo miedo al sauce
porque no derrama su verdor
en el manantial florido
donde bebo cada día,
y le tengo miedo
                          a las sombras
que me envuelven en la noche
lejos de la infalible daga
que no pude traer conmigo.
Ayer queda tan lejos
que mañana
se dibuja
con un halo de misterio
que incesante me llama.
Y tiemblo
y siento que las hormigas
se apoderan de
                       mis pies.
¿A qué temo?
Si soy tierra de la Tierra,
si ya la tengo hollada
de tanto pisar mis huellas,
y mi sangre está dispersa
entre quebrados olivos
donde entrelaza el mochuelo
sus acompasadas notas.
Me identifico al fin
al comprobar que allí sigue
la herida abierta
en el monte
cicatriz de los tiempos
cuando abro y cierro
mi ventana.

sábado, 22 de junio de 2019

Círculos concéntricos




Los niños jugaban en la calle formando un corro cogidos de la mano. En el centro otro círculo más pequeño giraba y cantaba una canción ancestral de la sabana africana; utilizaban un dialecto de difícil comprensión. Los de fuera respondían a lo que  parecían preguntas llenas de musicalidad. En un momento dado se produce un intercambio de niños de dentro afuera y cambia la música; ahora tiene aires sudamericanos. Se entiende. Sigue el juego de las preguntas y nuevo intercambio, ahora hasta de cinco que pasan al círculo interior. Suenan aires de sevillanas. Todos se sueltan de las manos y bailan en parejas sin perder el sitio en los círculos. La letra implica pregunta, que al responder conlleva un nuevo trasiego de niños de fuera para adentro. Las voces se vuelven toscas, rudas y marciales, con los brazos entrelazados bailan como si estuviesen en la estepa rusa. Una voz sobresale y en un momento dado forman una piña multicolor, que se desgrana en un mar de risas. Suena el silbato de uno de los monitores y corren bulliciosos hasta la puerta del bus escolar. Hora de regresar a casa.

jueves, 20 de junio de 2019

VI Encuentro Internacional de Poesía en Úbeda



Un año más nos encontramos en esta hermosa ciudad que nos acoge por tercera vez para celebrar una serie de actos dónde la poesía ha sido la principal protagonista. Siempre es un placer reencontrarse con compañeros de ediciones anteriores así como conocer voces nuevas venidas algunas de allén de los mares. Ya en el camino de ida coincidimos con Inma J. Ferrero, una de las organizadoras que llevaba de la mano al poeta italiano Nicola Foti, una de las novedades de esta edición. Al llegar al hotel comenzamos con la rueda de reconocimientos para desplazarnos más tarde hasta el Museo Arqueológico donde tendría lugar el acto de bienvenida. Todos recibimos un ejemplar del libro comunitario que en esta ocasión presenta una edición de muy buena calidad; compartirlo con los demás es un lujo De allí nos acercamos hasta el tradicional recital en La Sinagoga del Agua, lugar encantador, lleno de magia. Pilar Andújar nos estuvo acompañando a la guitarra. Una cena de camaradería y a la mañana siguiente nos desplazamos hasta la ciudad de Baeza en la que vamos a homenajear nada más y nada menos que a D. Antonio Machado, visitando el aula donde impartió sus clases y pasando más tarde a una ronda de poetas en el Paraninfo de la Universidad. Seguimos con lo nuestro, con la poesía, y en las paredes resuenan el eco de los versos que unos y otros nos empeñamos en componer para que la literatura siga presente y para que nos demos cuenta de la diversidad de nuestras voces, de las que siempre se aprende algo nuevo. Las sensaciones son de pura vida. Importante el papel desempeñado por los acompañantes que cada uno de nosotros aporta porque nos hace sentirnos más arropados si cabe.





La música de Juan Adolfo de La Torre y de José Pedro Jiménez nos deleitó una vez más Una comida que se alarga en el tiempo entre charla entretenida para pasar al primero de los actos de la tarte consistente en un taller de haikus, impartido por una de nuestras compañeras, Yolanda Martínez, y luego al aire libre, en la Plaza Juan de Valencia, donde otro compañero, Richard  Clarke, nos ofreció un recital sobre el sonido de los cuencos tibetanos. Poco más de si dio esta tarde de sábado, salvo la tradicional cena en el hotel. La mañana del domingo estuvo dedicada a una nueva ronda de poetas, en esta ocasión en el Centro de interpretación Andrés de Vandelvira, donde nos hicimos las últimas fotos para despedirnos y volver a coger el autobús de vuelta a casa. Isabel, Inma , gracias por hacernos compartir momentos así.

                                      
 

miércoles, 19 de junio de 2019

El don de la palabra


                                         Fotografía tomada de la red

A veces el amor ciega tanto que se nos olvida lo más esencial: el diálogo. En una ciudad donde es tan fácil perderse como encontrarse, Graciela y Leo se esfuerzan por ser ellos mismos y tratan a la vez de compaginarse el uno con el otro, pero la palabra justa y necesaria, en el momento adecuado, no acaba de surgir de sus gargantas, así que pasan los días, parece apagarse la vela, pero ahí están ellos, son jóvenes y con mucha vida por delante. De esto trata La conversación, un relato que pueden encontrar en el libro Una parada obligatoria.

jueves, 13 de junio de 2019

Fin de Curso




Terminamos nuestra andadura tertuliana por La Casa de las Sirenas con una visita a la calle San Pedro Martir de Sevilla. Una calle pequeña en extensión, pero grande en nacimientos de literatos. Nada menos que tres tienen allí sus placas de reconocimiento. Por eso decidimos dedicar a Manuel Machado, Rafael de León y Alejandro Sawa nuestra última tertulia, nos fuimos a leer a la calle. Los tres nacieron en esta calle y murieron en Madrid, cosas del destino, ya ven.

Manuel Machado 1874-1947
De él recitamos

La copla

Hasta que el pueblo las canta,
las coplas, coplas no son,
y cuando las canta el pueblo,
ya nadie sabe el autor.

Tal es la gloria, Guillén,
de los que escriben cantares:
oír decir a la gente
que no los ha escrito nadie.

Procura tú que tus coplas
vayan al pueblo a parar,
aunque dejen de ser tuyas
para ser de los demás.

Que, al fundir el corazón
en el alma popular,
lo que se pierde de nombre
se gana de eternidad.

La copla andaluza

Del placer que irrita,
y el amor, que ciega,
escuchad la canción, que recoge
la noche morena.

La noche sultana,
la noche andaluza,
que estremece la tierra y la carne
de aroma y lujuria.

Bajo el plenilunio,
como lagrimones,
Como goterones, sus cálidas notas
llueven los bordones.

Son melancolía
sonora, son ayes
de las otras cuerdas heridas, punzadas,
las notas vibrantes.

Y en el aire, húmedo
de aroma y lujuria,
levanta su vuelo -paloma rafeña-
la copla andaluza.

Dice de ojos negros
y de rojos labios,
de venganza, de olvido, de ausencia,
de amor y de engaño…

Y de desengaño.
De males y bienes,
de esperanza, de celos…, de cosas
de hombres y mujeres.

Y brota en los labios
soberbia y sencilla,
como brotan el agua en la fuente,
la sangre en la herida.

Y allá va en la noche,
paloma rafeña,
a decir la verdad a lo lejos,
triste, clara y bella.

Del placer, que irrita,
y el amor, que ciega,
escuchad la canci6n, que recoge
la noche morena.

Ocaso

Era un suspiro lánguido y sonoro
la voz del mar aquella tarde… El día,
no queriendo morir, con garras de oro
de los acantilados se prendía.

Pero su seno el mar alzó potente,
y el sol, al fin, como en soberbio lecho,
hundió en las olas la dorada frente,
en una brasa cárdena deshecho.

Para mi pobre cuerpo dolorido,
para mi triste alma lacerada,
para mi yerto corazón herido,

para mi amarga vida fatigada…
¡el mar amado, el mar apetecido,
el mar, el mar, y no pensar nada…!


De Rafael de León 1908-1982
cantamos

Ojos verdes

I

Apoyá en er quisio de la mansebía
miraba ensenderse la noche de mayo;
pasaban los hombres y yo sonreía
hasta que a mi puerta paraste el caballo.
«Serrana, ¿me das candela?»
Y yo te dije: «Gaché,
ven y tómala en mis labios
que yo fuego te daré».
Dejaste er caballo
y lumbre te di,
y fueron dos verdes luceros de mayo
tus ojos pa mí.

Ojos verdes, verdes como la albahaca.
Verdes como el trigo verde
y el verde, verde limón.
Ojos verdes, verdes, con brillo de faca,
que están clavaítos en mi corazón.
Pa mí ya no hay soles, luceros ni luna,
no hay más que unos ojos que mi vía son.
Ojos verdes, verdes como la albahaca.
Verdes como el trigo verde
y el verde, verde limón.

II

Vimos desde el cuarto despertar el día
y sonar el alba en la Torre la Vela.
Dejaste mis brazos cuando amanecía
y en mi boca un gusto de menta y canela.
«Serrana, para un vestío
yo te quiero regalá».
Yo te dije: «Estás cumplío,
no me tienes que dar na».
Subiste ar caballo,
te fuiste de mí
y nunca una noche
más bella de mayo
he vuelto a viví.

Ojos verdes, verdes como la albahaca.
Verdes como el trigo verde
y el verde, verde limón.
Ojos verdes, verdes, con brillo de faca,
que están clavaítos en mi corazón.
Pa mí ya no hay soles, luceros ni luna,
no hay más que unos ojos que mi vía son.
Ojos verdes, verdes como la albahaca.
Verdes como el trigo verde
y el verde, verde limón.

Y de Alejandro Sawa 1862-1909
recitamos el poema que le dedicó Manuel Machado

A Alejandro Sawa

Jamás hombre más nacido
para el placer, fue al dolor
más derecho.
Jamás ninguno ha caído
con facha de vencedor
tan deshecho.
Y es que él se daba a perder
como muchos a ganar.
Y su vida,
por la falta de querer
y sobra de regalar,
fue perdida.
Es el morir y olvidar
mejor que amar y vivir.
Y más mérito el dejar
que el conseguir.

Las fotos de los poetas están tomadas de la red 

 

miércoles, 12 de junio de 2019

Enebro de los Tohales

                                                    Arboles singulares de Andalucía

El enebro es una especie eminentemente arbustiva, pero el ejemplar representado por el Enebro de los Tohales destaca por su porte arbóreo y copa peculiar. Muy próximo a la base puede observarse que antaño estaba formado por dos brotes, quedando hoy sólo uno. Esto ha permitido el desarrollo de un fuste que se alza rectilíneo hasta los 10 metros de altura. La copa en forma de paraguas y muy redondeada en su perímetro externo se distingue  fácilmente del resto de la vegetación acompañante.
Otra peculiaridad de este enebro está en la base del tronco: puede verse como rompe la roca y la corteza engloba parte de ella. Entorno Se localiza en una zona de fuerte pendiente, justo a la mitad de
la ladera de la margen izquierda del arroyo de Jadroga que confluye con el río Viar aguas abajo. La vegetación que lo acompaña en el estrato arbóreo está compuesta por encinas (Quercus ilexsubsp.ballota) de pequeño porte, mientras que en el arbustivo son los acebuches (Olea europaea var. sylvestris), lentiscos (Pistacia lentiscus) y jara estepa (Cistus albidus).
LOCALIZACIÓN
Paraje: Los Tohales
Término municipal: Cazalla de la Sierra
Espacio Natural Protegido: Parque Natural Sierra Norte de
Sevilla
PROPIEDAD
Privada
CARACTERÍSTICAS MORFOLÓGICAS
Altura total: 10,00 m
Altura del fuste:0,60 m
Perímetro (a 0,40 m): 1,50 m
Perímetro en la base:1,80 m
Diámetro de copa:
dirección N-S: 6,00 m
dirección E-W: 6,00 m
Proyección de la copa:28,27 m
 

martes, 11 de junio de 2019

Sinopsis Del corazón




Esa caja de sorpresas que es el corazón, de vez en cuando se abre y dejar ver de lo que es capaz la Naturaleza de hacer por ti. Los días se vuelven brillantes como estrellas y hasta lo cotidiano adquiere matices incapaces de ser imaginados en estado letárgico. Días que se antojan eternos cuando no está cerca la luz que los ilumina o que se convierten en minutos si es que eres afortunado con la presencia de la voz que te subyuga. Sangre que te golpea la sien, que sube y baja a ritmo frenético porque no hay vida más allá de su propia vida.
Si ese corazón se deja seducir por el compás de la música, entonces el poema se convierte en el fiel transmisor de los sentimientos más íntimos, en la fiel conexión de dos mundos en apariencia lejanos, pero que en realidad están más cerca de lo que pudiera parecer.
Y al fondo la montaña, el verde de las riberas, el azul del agua o el vuelo majestuoso del águila portadora de la buena nueva. Da igual que amanezca gris perla o amarillo trigueño, siempre será un lujo para los sentidos sentir el contacto de la tierra sobre tus desnudos pies porque mientras permanezca abierta esa mágica puerta, estarás notando como bulle tu organismo por iniciativa propia.

jueves, 6 de junio de 2019

Libros que leo




Este libro me ha parecido de los más originales que he leído en los últimos tiempos. Llegó de la mano de la Tertulia que dirige José Carlos Carmona y dadas sus características enseguida me llamó la atención, aunque al final me ha dado más guerra de lo esperado hasta conseguir hacerme con los mandos de la situación. Y es que esa especie de Gran Hermano con la que juega la autora de origen argentino Samanta Schweblin,  en su libro Kentukis es bastante sugestivo. Nos pone en situaciones diversas que de alguna u otra manera se van resolviendo, siempre bajo el prisma de los grandes avatares con los que nos encontramos a diario: soledad, envejecimiento, separaciones, relaciones con los hijos, adolescencia. Si a veces podríamos plantearnos el control al que estamos sometidos a nivel individual a base de teléfonos móviles, pongo por caso, aquí se hace mucho más evidente puesto que nuestra propia curiosidad nos puede llevar a que alguien que no conocemos de nada y no lo tenemos al lado, resulta que se sienta a la mesa con nosotros como un miembro más de nuestra familia, sin que podamos controlarlo del todo. El mundo de la tecnología, de la inteligencia artificial nos vuelve cada vez algo menos humanos, en el sentido estricto de la palabra y al igual como ocurría con los tamagochis cuando se pusieron de moda, le prestamos más atención a ellos que a cualquier persona de nuestro entorno.  Otro aspecto para  mi interesante es el lenguaje en el que está escrito. esa manera de hablar porteña que tan buenos recuerdos me trae. No se si es casualidad pero se trata también del primer libro que leo en formato digital, así que seguimos con las nuevas tecnologías. Allá cada cual con su fantasía, tanto lectores como escritores, pero si un libro da que pensar tras su lectura, algo debe tener que no debemos perdernos.