Bienvenido sea. En plenas fiestas navideñas donde mi
pituitaria añora el olor a humo de chimenea y a chacina recién hecha, paso a
mostrar una serie de fotografías, todas ellas cargadas de historia...
Cazorla, ¡ay Cazorla!, tantas veces visitada y en tan
distintas situaciones, que es casi el relato de mi propia vida.
Por Tentudia pasé en ocasiones variadas y fue uno de esos
lugares en los que dejé el fuego de la chimenea para salir al campo a ver la
lluvia...
En las proximidades, un sendero nos lleva hasta una
remansada laguna.
Es una gozada disfrutar de la mansa lluvia, paseando por Almonaster
la Real, dejando que el aire penetre en los pulmones...
La basta extensión de Cabañeros da para esta foto y un sin fin más, de inestimable valía...
Una tarde de recogida para casa, luego de una visita por Isla
Mayor, surgió esta imagen de la marisma. Siempre la he llevado en mi corazón.
Llovía con fuerza en La Nava, a la espera de iniciar una
ruta, donde es seguro llenaríamos nuestras botas de barro.
La sierra de Aracena siempre presente.
Y, cómo no, la presencia de la nieve nos hace abrir de par
en par los ojos por la sierra de Gredos.
Y al final, como viene siendo habitual en mis recorridos
fotográficos, termino en mi querido Paymogo, en la mítica rivera del Chanza, o paseando por los Pagos, adivinando por dónde estarán las murallas del castillo...
Almudena María Puebla escribe desde niña, con tan
solo 10 años compuso sus primeros poemas y cuentos infantiles. Desde hace años
compagina su vida entre la docencia, la escritura y las ilustraciones de sus
libros.
Almudena María Puebla suele colaborar en revistas
literarias (Radiolé, Marqués de Villena, Hojas de Poesía, Gesto…), diarios,
programas de radio y televisión. Polifacética e inquieta, ha puesto voz a
diferentes anuncios publicitarios de radio, y ha dirigido talleres de lectura y
escritura para adultos y niños.
- En el año 1991 su libro “La Pequeña Estrella” fue
recomendado por el departamento de educación del estado de California como uno
de los mejores libros escritos en lengua hispana. Así como por las Bibliotecas
Públicas de Houston, Chicago y Springville; incluido también en el estudio
sobre literatura infantil y juvenil Hispano-americana de Agapito Cepeda
Uriegas.
Además de la escritura, Almudena se especializó en
la enseñanza de la lengua inglesa tanto a adultos como a niños. Su profesión le
ha permitido estar en íntimo contacto con personas de todas las edades, razas y
religiones que le han inspirado para seguir escribiendo. Almudena ha publicado
ocho libros: “La pequeña estrella”, “Los poemas del tiovivo”, “Más allá del
amor”, “Me gustan las estrellas”, “Mi gato se ha subido” (libro bilingüe
inglés-español), “Páginas sueltas de un libro de amor”, “Dibujando sonrisas”
y“La otra mirada del espejo”.También está incluida en las siguientes
antologías y encuentros: “I Encuentro nacional de poetas en un lugar de la
Mancha”, “103 Poetas de Toledo”, “IV Encuentro internacional de poesía Ciudad
de Úbeda”, “V Encuentro internacional de poesía Ciudad de Úbeda” y “I Encuentro
nacional de poetas de Ciudad Real”.
La poesía sirve para cantar y contar. Para cantar,
porque es bonito cómo sueña, cómo hace alegres las palabras. Para contar,
porque en ella es posible esconder pequeñas historias, explicar cómo es una
persona a la que queremos o hablar de un animal único en su género. A Almudena
le gusta expresarse, comunicar lo que lleva dentro, y resulta que está llena de
ilusión y de amor a los niños. Y para que tú puedas también conocer cómo es su
mundo, ha mezclado palabras y colores, colores y palabras.
Los encuentros con los clubes de lectura y el boca a
boca son realmente importantes. Si luchas y te esfuerzas por llegar a los
lectores, tu trabajo tiene su recompensa. Me encanta el contacto con la gente,
su cercanía y amabilidad son muy importantes para mí. Les estoy muy agradecida
por todo lo que he recibido de ellos.
Presente en las redes sociales.
LA OTRA MIRADA DEL ESPEJO
Discurre entre la sencillez y lo sensual, páginas
impregnadas de amor desde el primer al último poema, con imágenes que nos
transportan suave al más íntimo de nuestros sentimientos.
Almudena le está muy agradecida a la poesía y eso se nota en su escritura, Así
con su capacidad de soñar nos da muestras de su constante actividad y nos llena
de una vitalidad encomiable.
El azul, el cielo, la luna , las estrellas pugnan en las páginas del libro por
ser protagonistas, porque ese es el mundo de Almudena.
En definitiva este libro me parece un canto a la vida expresado de forma lírica
a través del amor.
Esta película estrenada en el Festival de Cine de Sevilla me
ha llamado la atención por varios motivos: en primer lugar por la capacidad de
captación de su director, Nicolás Pacheco, que partiendo de un acontecimiento
ocurrido en esta ciudad, monta toda una historia que va mucho más allá de la
simple anécdota inicial. En segundo lugar porque retrata muy a las claras ese
otro mundo que tenemos tan cerca, que está cargado de dramatismo y que no nos
enteramos o cerramos los ojos en la mayoría de las ocasiones; ese submundo de
miseria, en la que se sobrevive como se puede y en el que es tan fácil caer en
alguna que otra trampa que lleva a los individuos a la tragedia. En tercer
lugarme ha convencido la forma de
contarlo, con gestos cómicos, tan propios de esta tierra, para que el
espectador perciba un pequeño respiro en medio de situaciones tan complicadas.
En cuarto lugar la interpretación de los personajes es de alta escuela, qué
bien retratados están y qué bien se desenvuelven en sus papeles. Y por último
la analogía entre esas aves en cautiverio y la vida de esas personas que se
encuentran atrapadas entre los mismo barrotes que los pájaros. Están ahí, hasta
se les escucha cantar, pero en cualquier momento, caen víctimas de su propio
entorno.
Cuando en el otoño de 2007 coincidí con Alejandro en
aquella escuela de escritores, nunca pude sospechar que iba a encontrarme con
una persona que tuviese tanto ingenio y estuviese tan bien preparado para
enfrentarse a la escritura creativa. En la escuela coincidimos unos cuantos que
no estábamos muy de acuerdo con las directrices didácticas con las que nos
encontramos, así que nos rebelamos, nos cambiaron de profesor y esto hizo que
cuando acabó el curso, al inicio del verano del año siguiente, decidiésemos
continuar por nuestra cuenta el proceso de formación, en este caso en forma de
tertulia literaria.
De esta manera y gracias a la generosidad de Victoria, su
casa de la calle Lumbreras se convirtió en lugar de encuentro semanal donde los
más asiduos fuimos nosotros dos y nuestra querida y añorada María José, amén de
la anfitriona antes mencionada. Desfilaron un amplio abanico de amantes de las
letras y los mismo discutíamos de lo divino que de lo humano, aunque eso si, la
literatura estaba por encima de todos y nuestros textos, tus textos, amigo
Alejandro, se paseaban de una mano a otra buscando cualquier resquicio que
restañar, cualquier frase que pulir o cualquier coma mal puesta. Con el paso
del tiempo, la RAE se ha encargado de echar por tierra gran parte de nuestra
discusiones con los distintos giros que le ha ido dando a esto de la lengua
escrita.
En SITUACIONES DIFÍCILES, Alejandro Cotta, recrea una serie
escenarios que sin dejar de sernos cotidianos, nos sorprenden por los hechos que
en ellos acontecen. La religión considerada tanto del punto de vista de un cura
de pueblo como de un Cardenal, está siempre presente, como lo está la
Administración con su máquina burocrática, la nobleza, la policía, las
relaciones amorosas, y tantos y tantos personajes que hacen pasar al lector un
rato más que agradable en primera instancia para pasar luego a una serena
reflexión sobre todo lo que transmite el autor. Sus conocimientos de marinería
quedan reflejados una y otra vez, como ocurren en Hacia el cabo cangrejos o Aguas
turbias bajo el puente de Triana.Da
muestras, Alejandro Cotta, de su dominio de los diálogos en relatos como Operación lentisco o Calzadilla del Marquesado. También deja
entrever su admiración hacia Kafka en Requiem
de Mozart o en el relato que da título al libro Situaciones difíciles. En definitiva, todo un elenco de propuestas
que seguro no dejarán indiferente a nadie.
Y hasta aquí mi aportación, solo espero que tu lector que
ahora tienes este libro entre tus manos, sepas sacarle el jugo que todos los
componentes de la tertulia le hemos sacado, empezando por el propio autor,
Alejandro Cotta De Torres, hasta las últimas incorporaciones que con fecha
reciente han hecho acto de aparición.
Luego de leer La guerra no tiene nombre de mujer, de
Svetlana Alexiévich, donde a uno se le queda la piel como si se hubiese pasado
un mes en el desierto, seca. Seca la piel y seco el espíritu de ver cómo esas
mujeres llevadas por patriotismos mamado en las escuelas, terminan en el frente
de batalla, en plena II Guerra Mundial, codeándose con los hombres reclutados a
pura fuerza. Luego de leer este libro, resulta hasta gratificante encontrarse
con películas como Cald War, a poco de terminada la contienda, pero con las
miserias que conllevó la misma, aún calentitas. Los avatares de una relación
amorosa, con la música como fondo argumental. Los escenarios tan próximos unos
de otros que casi se superponen: Mujeres que dejaron de ser tales, que
abandonaron sus juegos infantiles para dedicarse a la lucha más despiadada que
ha inventado el homo sapiens. La premio Nobel, Svelatna, recupera la memoria de
cientos de mujeres que narran lo vivido en primera persona, pasando por
episodios que de no ser por las circunstancias pudieran resultar hasta cómicos,
aunque tiene poco de cómico ese quitarse la vida a cañonazo limpio. Zula y
Wiktor (protagonistas de la película), dentro de lo que cabe, viven un amor
apasionado que nos mantiene en tensión hasta el último minuto. Los testimonios
de las mujeres que participaron en el frente ruso nos llevan a múltiples
reflexiones, y a plantearnos hasta dónde puede llegar la miseria humana que
permite que se den situaciones de esta índole, "No me sentía mujer. mi
organismo quedó muerto" -dice una de ellas. El organismo de Zula no estaba
muerto, pero si lo estaba su mente debatiéndose entre situaciones anómalas y
sin saber con qué carta quedarse. No cabe duda que la guerra es proclive a
historias para cansar al más insaciable de los lectores o a aburrir al mejor de
los cinéfilos, pero a mí lo que me da que pensar y mucho es en la especie a la
que pertenecemos: sapiens...Qué mal estamos dejando a Linneo con la elección en
la que fuimos encuadrados.
El pasado jueves tuve el honor de participar en las veladas de la Institución Literaria Noches del Baratillo que dirige con gran entusiasmo, la poeta Pilar Alcalá.
Fue una noche de las que gustan a los autores, puesto que encontré un público que desde el primer momento se entregó a los textos que poco a poco se iban desgranando. En una sala muy acogedora "Ciudadano del siglo", "Huellas", "La estatua", "El kiosco", "Un ave con recursos", "Carta de amor", entre otros micros fueron leídos y festejados como si de una puesta de largo se tratase.
Luego participamos en una ronda de poetas -santo y seña de esta institución- en la que cada cual expresó lo mejor de si mismo, de la mejor manera que sabe hacerlo: a través de la declamación poética. En definitiva una noche encantadora. Agradezco pues la invitación y espero que sigan adelante con esa labor que tanto hace por mantener en alto en listón de la actividad cultural de la ciudad de Sevilla.
En la región de Murcia, en el municipio de Archena, por donde discurre el río Segura, se puede disfrutar de un atardecer de encantadora armonía con la Naturaleza.
En el Santuario de la Esperanza, en Calasparra, uno se encuentra con la sorpresa de esta ermita, horadada en la piedra, también a la orilla del Segura. y con influencias nada más y nada menos que de Gaudí.
Y qué decir de este anfiteatro romano de Cartagena. Una gozada poder estar presente en algunos de sus actos.
Parece una ballena ¿verdad?, y es que lo es, lo que ocurre es que un buen día se quedó en esa postura, y ahí sigue. El puerto de Cartagena no deja de sorprendernos.
Esta puesta de Sol, allá por el Cabo de Gata es de las que dejan con la boca abierta, sin dar crédito a lo que se está viviendo.
Y ¡como no!, la fauna de Archena también quería hacerse presente. Esta intrépida ardillita estuvo haciendo las delicias de los presentes correteando entre el tronco y las ramas de un árbol.
El arte en la calle siempre me entusiasmó. Murcia me dejó esta impresión para mis retinas.
Y del Casino para que hablar, hay que visitarlo y punto.