La casa deshabitada. Capítulo VIII

 Así comienza el Capítulo VIII de la novela "La casa deshabitada"

A veces hay que escribir muchas páginas que nadie leerá, antes de poder escribir una que lean los demás.
Carlos Ruíz Zafón

Medardo Muriel
22 de octubre de 2011  20:15h
Hola Elisa ¿estás disponible?
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Medardo Muriel
22/10/11  20:20h
Perdona ¿puedes conectarte?
…/..
Elisa Capa
22/10/11  21:00h
Hola Medardo, en poco tiempo estaré contigo.
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Elisa Capa
 …/…
22/10/11  21:30h
Medardo
…/…
23/10/11  22:30h
Hola Elisa
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¿Qué tal, Medardo, a ver si por fin lo conseguimos. Me vas a disculpar, pero es que tuve una tarde muy agitada ayer…
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No importa, gracias por atenderme.
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Cuéntame
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Quería saber si puedo enviarte algunas muestras de mi trabajo.
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Sí claro, sólo que no sé cuánto tiempo
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No me importa, ya sabes que valoro tu criterio y…
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Siendo así, mándamelo por correo, haré lo que pueda
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Bien, de acuerdo, oye… he leído…
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Sí, dime
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He leído tu último libro y me ha gustado.
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“Aquellas noches de verano”
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A ese me refiero, es que lo encuentro tan lleno de belleza interior que me parece prosa poética.
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Gracias, Medardo, eres muy amable
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No es amabilidad, Elisa, es que el libro lo merece.
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Bien, bien
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Estás preparando otro?
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Mi vida como escritora es una constante batalla contra el tiempo.
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¿Ah, sí?
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Las mujeres que escribimos, tenemos que compaginar tantas facetas, que no se pueden casi ni contar.
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¿A qué te refieres?
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 lo de esposas, amas de casa, madres…
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¿Y los hombres?
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Lo tenéis más fácil.
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Pues yo cuido mi ganado, me tengo que buscar la vida  y soy padre también
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Tú eres una excepción a la regla, Medardo.
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¡Ah¡
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Perdóname, pero tengo que dejarte.
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Como quieras, hasta pronto.
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Te avisaré sobre tus escritos
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Cuando tú quieras, no hay prisa
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Tengo que dejarte
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De acuerdo, un beso
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Adiós, Medardo, un beso