viernes, 18 de septiembre de 2015

Un congreso de altura


El aire desplaza el polen de los álamos que impávidos se agarran dónde pueden para no acabar bajo la escoba del barrendero. La escoba envidia a los álamos porque jamás alcanzará su altura y el barrendero desprotica de los árboles que no hacen más que ensuciar el suelo. Así que cuando se celebró el Congreso de Brujas, a mediados de la primavera, a Juan, barrendero del barrio, se le ocurrió la feliz idea de invitar a todas ellas a néctar de madroño… ¡daban unos saltos!

4 comentarios:

  1. Un barrendero muy detallista, el nectar de madroños debe de estar delicioso, cuando voy por el campo y es la época de los madroños , me gusta cogerlos y comer allí mismo.

    Un abrazo J. R

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  2. Hola Conchi: agradecido por tu visita y dejar el comentario.- Besos

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  3. Ja! Me ha resultado estupendo, amigo. De mucho placer.

    Abrazos

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    1. Hola tocayo: gracias por pasar por aquí y me alegro que te haya gustado el micro.- Un abrazo

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