La parada obligatoria del día de hoy versa sobre tres clásicos, que no hay que perderse.
NOCHES BLANCAS.- Fiódor m. Dostoievski
Era una noche prodigiosa...Así comienza este magnífico relato de Dostoievski que puede y debe leerse de un tirón para saborearlo mejor. Es un maravilla en todos los sentidos: lo fácil que resulta su lectura, lo bien coordinadas que están todas las acciones y la gran lección de amor que transmite el escrito. Para mi gusto un auténtico poema en prosa. Reconforta encontrarse con relatos como éste en un mundo rodeado de tantas y tantas noticias desagradables, puesto que ayer como hoy afortunadamente seguimos contando con momentos que nos hacen creer en la vida, a veces es tan sólo un instante, otras unos días y otras...unas cuantas noches blancas. Buenísima lectura.
DOCE CUENTOS PEREGRINOS.- Gabriel García Márquez
Leídos más rápido de lo que pensaba – tal vez por la premura de devolver el libro a la biblioteca -, me han reconfortado bastante estos relatos de García Márquez. Casi todos ellos transmiten la idea de un escritor sudamericano que se encuentra en Europa. Sus constantes idas y venidas de un lugar para otro le han proporcionado material para configurar estas historias a caballo entre los dos continentes. Cuenta que los reescribió todos al mismo tiempo – algo que me ha llamado la atención -. Gente que anda por aquí y que les ocurren cosas, como al todo el mundo, pero que dejan bien claro cual es su lugar de origen su patria chica. Me gusta la forma de relatar de este autor y de todos me quedo con ese “avión de la bella durmiente”, donde se ve cómo son los escritores a la hora de fijar se en detalles. Buena lectura.
UN DESTRIPADOR DE ANTAÑO Y OTROS RELATOS.- Emilia Pardo Bazán
Magníficos relatos inspirados en tierras gallegas que nos cuentan lo intrincado de la mente humana, supongo que amparada por el ambiente. Emilia utiliza un lenguaje propio de la zona que todavía hace –si cabe -, más intrigante y más hermosa la lectura.
Como siempre que hay misterio y además quien lee sabe que son pocas páginas, se degusta el producto de un tirón para aliviar el ansia de llegar hasta el final de lo que se cuenta. Es la ventaja que tiene este tipo de escritura. Anecdóticamente esta autora nació cien años antes que yo. ¿...?.