HAYEDOS
El haya (Fagus sylvatica)
vive preferentemente en climas templados y
lluviosos. Los bosques de esta especie en la Península Ibérica
representan las poblaciones más suroccidentales a nivel Europeo,
distribuyéndose principalmente por las montañas del norte Peninsular entre los
50 y 1.900 m de altitud.
Más del 32 % de los hayedos se encuentran en Navarra, mientras que en Madrid la
presencia es residual en cuanto a superficie. Sin embargo, los hayedos
madrileños son singulares al tratarse de algunos de los más meridionales de
Europa.
Los hayedos del Sistema Central y Puertos de Tortosa y Beceite son los más
suroccidentales de su distribución europea. Este descenso latitudinal se
compensa con un ascenso altitudinal.
Aunque casi el 40 % de los hayedos en España son monoespecíficos, las especies
arbóreas que con mayor frecuencia acompañan al haya son frondosas (87 %).
Destaca el género Quercus, que aparece como segunda especie en más de 130.000
ha
La Selva de Irati, en Navarra
El segundo hayedo más extenso y mejor conservado
de Europa, solo tras la Selva Negra alemana. Este bosque ofrece paisajes
espectaculares y fabulosas
rutas de senderismo.
UN TESORO DEL PIRINEO
Mucho se ha escrito sobre la Selva de Irati y su
indiscutible belleza. Y es normal, ya que se trata uno de los hayedos-abetales
más grandes y mejor conservados de Europa.
Un extenso bosque que, aunque se haya explotado forestalmente desde el S.XV, se
conserva en plena forma gracias al respeto que le ha mostrado la ciudadanía de
estos valles.
Hayas, robles, abetos, abedules, sauces, helechos y musgos, entre otros, sirven
de morada para ciervos, corzos, jabalíes y multitud de habitantes más, que
aportan a este entorno una gran riqueza medioambiental.
Ah, y que no se nos olviden los vecinos más pequeños, que la Selva de Irati es
una Zona de Especial Protección de Avifauna y eso se nota, con pájaros
carpinteros —para quienes la Selva de Irati es uno de sus últimos reductos—,
pitos negros y picos dorsiblancos. Y también grandes rapaces como el
quebrantahuesos, el halcón peregrino o el águila real.
Una gran familia en una gran morada.
Esta magnífica conservación y biodiversidad se debe también a las tres zonas
protegidas de la Selva de Irati: las reservas naturales de Mendilatz y de
Tristuibartea y la reserva integral de Lizardoia, que contribuyen a la buena
salud del bosque.
Me gutaría pasear por tanta belleza Arrillo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues ahí los tenemos a nuestra disposición.
EliminarUn abrazo J.R. Infante