martes, 6 de noviembre de 2012

Se bien que hay una frontera

317 ¿Qué se cuentan Trini y Vero?, me hablaban del asunto del viaje, Alba, ¡ah, si!, pues qué quieres que te diga, yo también creo que lo importante es viajar, ya sea para dentro o para fuera, muy bien ¿ahora te toca a ti, no?, a punto estoy de colgar mi aportación, toca leer, así es, Gon, no te digo más…
SE BIEN QUE HAY UNA FRONTERA

Sé bien que hay una frontera,

un cristal de bordes redondeados,

una raya,

un lugar donde Eros está proscrito,

una isleta junto al semáforo

donde Michel nos persigue,

a ti te vende pañuelos,

a mí palomas de alas rojizas.

Tierra inhóspita que ahora cabalgo.

Quiero que mi verbo esté

en la servilleta volátil,

en la hoja rosa del parte

o en el filo de tu almohada.

Es una franja

tan estrecha

tan ancha

como beber cerveza sin o con.

Verdes naranjas que tornarán

su piel en atardeceres de verano,

que ofrecerán almíbar a los dioses,

inspiración al poeta,

cuando estemos junto al puesto

veremos sólo naranjas, tal vez su precio.

Aquí ante blanco papel emborronado

me siento acero

con empuñadura de plata

y te sueño perfume de jazmín

que llama a mi ventana.

4 comentarios:

  1. Precisamente iba a pedir a gritos una poesía y anda, toma!!!

    Así que he disfrutado, poeta, qué gozada eso de la servilleta volátil, la línea fina que se difumina y trae a la forma el éter donde el verso se crea.

    Besos

    ResponderEliminar
  2. Un leve olor a jazmines me llega desde tu ventana...
    Será que hoy tu casa luce toda la enormidad de la belleza de este poema que nos regalas.
    Sí, está la tarde para leer poesía, sin duda. Sobre todo de este calibre.
    Te felicito

    Abrazos

    ResponderEliminar
  3. Hoy tus versos huelen a la fragancia de las flores, a esencia de versos, al arte de un bello poema que, al leerlo, acaricia los sentidos, amigo Arruillo, me ha encantado estar en tu blog ha sido un deleite para los sentidos.

    Un beso.

    ResponderEliminar
  4. Es un gozo para el alma leer tu poema,amigo.Me quedo en el dulce país que has creado en mi mente y en mi corazón que de pronto,salta encantado.

    Un saludín
    Carmen

    ResponderEliminar

¿Y ahora qué? ¿No me vas a decir nada?