Sobre una crónica del año 1993 Todas las imágenes están tomadas de la red
Tercer día
En este día nos disponemos a explorar el río Aguas y el karsde yeso de Sorbas. El río discurre por un barranco llamativo que dada la
escasez de agua es aprovechado agrícolamente. Buscando la explotación yesera
tropezamos con dos ejemplares bien representativos de lagartos ocelados, los
cuales después de darme un buen susto corrieron con el rabo en antena, huyendo
de nuestra presencia.
A las canteras de yeso se llega tras la oportuna
señalización de la AMA
y allí en aquellos montes el espectáculo es digno de unas horas de paseo ya que
la formación natural se encuentra bajo nuestros pies dándonos a veces la
sensación de encontrarnos en un salón con lozas brillantes.
Existe buena cubierta vegetal e incluso algún arbolito
esporádico también puede observarse. Flores en plena efervescencia, piedras
cristalinas y una temperatura agradable completan unos momentos dulces, con
Sierra Cabrera de mudo testigo. Descubrimos una sima, o gruta vertical,
bastante profunda, delatada por la presencia de una higuera, agarrada en una de
sus paredes.
Mojácar es nuestro próximo punto de destino y por sus
alrededores recabamos, luego de un camino polvoriento, en unas calitas donde se
conjugan las aguas cristalinas con las arenas limpias y con los montes cercanos
con extensa cubierta vegetal. Sobresalen algunos ejemplares de algarrobos.
Luego de una larga caminata, las gélidas aguas reconfortan.
De vuelta a Tabernas nos sorprende la gran petardada que
algunos mozos tenían organizada en la plaza de la iglesia. Aunque estábamos
avisados de esa peculiar forma de celebrar la resurrección del Señor, nos causa
un tanto de trastorno tener que conciliar el sueño bajo este estruendo
continuo.
La procesión de
Resucitado da comienzo el Domingo de Resurrección a las 8 de la mañana portando
a la Virgen
por las calles del pueblo buscando a su Hijo, que han colocado escondido en una
calle.
Cuando llegan a la
calle principal, la Virgen
sigue buscándolo, se asoma al Sepulcro vacío que está colocado en dicha calle y
sigue la procesión hasta llegar cerca de donde está escondido Jesús.
A continuación los
portadores de la Virgen
y del Señor echan a correr para encontrarse, es un momento muy emocionante.
Hasta que no se
produce el Encuentro, la Virgen
lleva un manto negro en señal de luto, y en ese momento los portadores tiran de
él y la Virgen
se queda con un manto blanco. En este instante el público rompe a aplaudir.
Después tiene lugar la Santa Misa donde asiste
mucha gente pues es un día de mucha alegría.
Al terminar la Misa, la gente se reúne en la Glorieta para el Desayuno
Domingo Resurrección con chocolate y bollos, dándole así un buen final a la Semana Santa.
Cuarto día
El estampido de la noche anterior no parecía acabar nunca.
De vez en cuando estallaba un petardo en la puerta de la casa y entre sueños
uno se hacía a la idea de donde estaba. A partir de las seis de la mañana
comenzaron a redoblar las campanas y las manos del monaguillo parecían
multiplicarse. Acompañaban a los estruendos mencionados, un continuo estallido
de cohetes a los cuales parecían estar acostumbrados hasta los perros, puesto
que nadie protestaba.
En esos instantes posiblemente estuviesen los mozos
correteando los santos por el pueblo, tal y como nos habían dicho; había ganas
de levantarse y realizar un reportaje gráfico, pero las fuerzas no acompañaban.
Alrededor de las ocho de la mañana se escuchaba un rumor a
chocolate que venía de la plaza de la iglesia. Me levanté y decidí participar
en el desayuno colectivo que se estaba llevando a cabo en esos momentos. Pero
cual no fue mi sorpresa cuando al llegar a la plaza, me la encuentro con una
furgoneta volcada en su interior, además de varios artilugios más, incluida una
moto que colgaba de la fuente como si se tratase de un sofisticado chorro de agua.
Como todo el mundo se dedicaba a tomar chocolate y a comer pasteles, yo no me
arrugué y solicité mi ración para preguntar más tarde por el origen de aquel
desaguisado. Unos y otros me informaron que se trataba de un acto más dentro de
la celebración de la
Resurrección y que era conocido como la noche de los
pencones. O sea que los mozos no sólo se habían dedicado a armar ruido sino
además les está permitido dar rienda suelta a sus ímpetus destructivos.
En el vecino pueblo de Gergal se habían dedicado a colocar
persianas de los árboles y a amontonar los contenedores de basura en artísticas
pirámides.
Camino de Granada nos fue acompañando un día frío y las
montañas nevadas, en despedida de una Almería que al fin se rindió como última
plaza andaluza a conquistar por nuestro Club de Viajeros.
Hola J. R. un viaje movidito, me ha gustado la Procesión del Resucitado.Vaya nochecita de petardos y al amanecer el monaguillo con las campanas. Muy curioso lo del pueblo de Gergal.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hla Conchi: en este periodo vacacional los tiempos andan descontrolados, perdona la tardanza. Gracias, como siempre, por tus palabras tan halagadoras.- Un abrazo.
ResponderEliminarConozco Mojácar, es un pueblo precioso para siempre recordar.
ResponderEliminarMe han gustado mucho las fotografías, me alegra volver a leerte.
Un beso.
Hola María: gracias por tu visita. Ya estamos de nuevo por aquí.- Un abrazo
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