La hoja del ficus se
desprendió de su base y cayó al vacío describiendo sutiles arabescos. La
tórtola desplegó el paracaídas y bajó a buscarla antes de que tocase el suelo.
Hizo palanca con sus patas y en pocos segundos la hoja estaba de nuevo en la
rama. Fue el puenting más vistoso que una hoja realizaría en su vida.
Me resulta origonal y bello, amigo. Buen finde!
ResponderEliminarAbrazos
Gracias, tocayo, espero estar prnto por tu espacio.- Un abrazo
EliminarTOTALMENTE DE ACUERDO CON JOSÉ.
ResponderEliminarABRAZOS
Gracias, Adolfo, disculpa mi ausencia. Un abrazo
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