sábado, 5 de noviembre de 2022

La arena


 

La arena, persistente arena

que envolvía tu rostro

y horneaba la orilla de tus hombros,

allí los tordos no erizaban

las sílabas blancas de espuma,

eran repentinos circuitos

para gullivers imaginarios

alimentados de sal.

Una paloma resiste el asedio

de dos buches agigantados,

una niña ⸺casi un bebé⸺

recibe biberón de arena

recostada sobre tu torso.

Frente a ti, el mar,

el mismo mar

donde desafiabas las olas

erguido en tu tabla de windsurf,

donde soleabas tus alas

de inquieto cormorán.

Volvemos a pisar el suelo

desposeídos de sandalias,

sin teléfonos que señalen

una línea divisoria,

sin collados que impidan

pregonar tu corte de pelo,

bajo la armónica del tordo,                                              

 el arrullo turco de la tórtola

o el abrazo azul de la tarde

⸺duermevela de infante⸺.

Cuando de nuevo amanezca

otearé desde mi azotea                                                          

aquel velero

fondeado en la playa

y un capitán de barba negra

en lo alto de una duna.

4 comentarios:

  1. Magnífico como todo lo que escribes 👏👏👏👏👏😘

    ResponderEliminar
  2. Gracias, muchas gracias J.R.Infante

    ResponderEliminar
  3. Qué maravilla. Un mosaico de sensaciones.

    ResponderEliminar
  4. Gracias, Amparo. Me alegro que te haya gustado. Un abrazo

    ResponderEliminar

¿Y ahora qué? ¿No me vas a decir nada?