En esta semana, en la que se sigue hablando sobre los
acontecimientos de París, me convenzo a mi mismo de que estamos inmersos en una
tercera guerra mundial de consecuencias imprevisibles. Y ante estas
circunstancias ¿qué tiene uno qué hacer? ¿cómo centrarse en mandar el twit
diario sobre algo que no tenga nada que ver con el terrorismo yihadista y la
forma de combatirlo? Cuesta lo suyo. Me sumo a la repulsa a la violencia,
ignoro cuál será el mejor camino a seguir, pero quiero centrarme en lo que más
reconforta a mi espíritu que desde luego está muy lejos del uso de la fuerza
para resolver los conflictos, aunque sean de este calibre. Y a ello contribuye
la literatura. Dos libros han entretenido mi tiempo en los últimos días:
El
vino de la juventud de John Fante y El amante bilingüe de Juan Marsé. En el
primero de ellos he encontrado una forma muy sugestiva de relatar puesto que lo
que parece un libro de relatos es en realidad una novela, narrada en primera
persona por un niño de catorce años que vive en Colorado en los años cuarenta en
el seno de una familia humilde. Lo que más me llama la atención es la manera de
presentar los hechos basados en la acción y a partir de ahí el lector que ponga
el resto. Realismo sucio, dicen algunos.
El libro de Marsé abunda en su manera de presentarnos la Barcelona de la posguerra, la relación de un hombre sin grandes recursos y una dama de la alta burguesía. Una singular novela corta, ingeniosa dónde las haya, que incide en las miserias de la vida que a pesar del paso de tiempo, aún persisten.
El libro de Marsé abunda en su manera de presentarnos la Barcelona de la posguerra, la relación de un hombre sin grandes recursos y una dama de la alta burguesía. Una singular novela corta, ingeniosa dónde las haya, que incide en las miserias de la vida que a pesar del paso de tiempo, aún persisten.
Como decía el principio, esto de leer relaja. Entre otros
espacios suelo hacerlo mientras espero la llegada del autobús y es muy raro
hallarme con alguien que lo haga, el personal se apunta más al fenómeno whatsapp.
Ni siquiera el libro electrónico parece tener cabida.
Y en medio de estas me llega, por fin, la voz del cantaor Arcángel que en su directo me acaba de convencer de que el arte, cuando es puro, puede permanecer por encima de todo. Desde aquella aparición suya en el Festival de Flamenco Joven de Paymogo, no he dejado de seguir sus pasos y ha terminado por cautivarme. Debilidades.
Se me graba en la mente una frase que leo en la prensa de la
pluma de Arcadi Espada: Cómo conseguir
hacer de un hombre una bomba. No depende de la ingesta de un barbitúrico,
estoy convencido. Es el producto de años y años de enfrentamientos, de
generaciones perdidas sin que se deje de tensar la cuerda Oriente-Occidente, y de
que las religiones sean las protagonistas por encima de las personas. Ahora es
el Estado Islámico. Antes eran las armas de destrucción masiva o las travesuras
del malísimo Bin Laden. Mahi Binebine
dice en su artículo Tristeza e impotencia —El Mundo, martes 17 de Noviembre de
2015—: “Nada justifica la muerte de
inocentes ni en Madrid, ni en Tel Aviv ni en Gaza”. Recomiendo su atenta
lectura porque creo que resume en pocas palabras lo que estamos viviendo hoy y
cuales pueden ser su orígenes.
En el Festival de Cine de Sevilla, asisto a la proyección de la película La vida en llamas. Todo el tiempo estoy pensando en el libro Cuando los bosques mueren. Nunca pude estar más identificado con la cercanía que el director da a los protagonistas. Y desde luego si somos capaces de abstraernos y concentrarnos en ella, el mensaje tiene que dejar huella.
Y ahora vuelvo al twit diario. No me reconforta mucho, pero
al menos me he desahogado.
Claro que te digo. Magnífica entrada. Y tienes razón, nos cuesta leer y escribir cuando en la televisión no se habla de otra cosa que de atentados, muertos, redadas. Esto no me gusta nada. Jóvenes contra jóvenes, juventudes perdidas en la violencia. Me llama el primer libro que mencionas aunque la verdad es que no sé qué es el realismo sucio.
ResponderEliminarGracias, Amparo, por pasar por aquí. Pinta muy mal el ambiente en que nos desenvolvemos y ojalá fuesemos capaces entre todos de dar con la clave de una sana convivencia, lejos de las armas. El realismo sucio viene a ser algo así como contar las cosas de nuestra vida cotidiana, con toda su crudeza, sin máscaras. Bubowski parece que bebió de este autor para sus creaciones.- En fin, un fuerte abrazo, Amparo.
ResponderEliminarPienso lo mismo que tú, creo que estamos en el comienzo de la 3º Guerra Mundial, espero que nos equivoquemos porque sino las consecuencias serán terribles, amigo J.R.
ResponderEliminarGracias por las recomendaciones de los libros.
Un beso dulce de seda.
Así es, María, es como un cuentagotas incesante que se está llevando por delante la nobleza del ser humano. El libro siempre es un buen refugio.- Un abrazo
EliminarPienso que el vaso está a punto de colmarse y nos precipitamos hacia un futuro nada esperanzador. Tus razonamiento y exposición, son magníficos. El amante bilingüe lo he leído un par de veces.
ResponderEliminarUn abrazo J.R.
Hola Conchi: agradezco tus palabras- Al menos seguimos manteniendo este don para poder enjugar un poco las lágrimas por la desesperación. Sigo a Juan Marsé desde hace un tiempo y por ahora no me ha decepcionado nada de lo que le he leído. Algo tendrá.- Un fuerte abrazo
ResponderEliminarEstá claro que ni poner la otra mejilla ni el ojo por ojo.
ResponderEliminarComplicado con tantos intereses y financiaciones a terroristas.
A leer.
No he leído ninguno de los que presentas, ni he visto la peli ni me va Arcángel.
Pero leo, veo pelis y escucho música.
Una gozada, que realismo y dureza nos sobra y sin momentos de desconecte usted la neurona, todos a consulta.
Abrazos!!!
A leer, por supuesto, Vero, es una gran medicina. Otra cosa son los gustos de cada cual, pero leamos. Gracias por dejar tu opinión. Un abrazo
EliminarMucho tino en tus reflexiones y amenidad para transmitirnos, desde tu sentir hasta las reseñas de los dos liobros, amigo. Admiro tu forma y maestría de narrador.
ResponderEliminarFuerte abrazo
Gracias, amigo José, por tu visita y dejar tu opinión sobre la entrada.- Un abrazo
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