Así comienza este relato del libro Bajo la luz de mi plaza
Dos latas de coca-cola hacen de poste bajo en mitad de la plaza en la que unos operarios de parques y jardines llevan a cabo una operación de limpieza pública. Utilizan para ello un vehículo a motor eléctrico de un amarillo chillón que deslumbra a los viandantes. Cargan el vehículo con las bolsas de mugres recogidas en los parterres, maniobran para salir, esquivan con inusitada precisión a las dos latas y cuando aquel ingenio móvil desaparece, no queda un papel en el suelo, salvo ellas. Al rato aterriza una paloma blanca tomando como referencia los gusanitos que lleva un niño sentado en una silla de paseo.
J.R. Infante
¿Has hecho cambios en el blog? lo noto distinto.
ResponderEliminarBonito relato e imagen.
Un abrazo.
Ya hace tiempo que no modifico nada, voy subiendo entradas y ya está. Te agradezco la visita. Un abrazo, María.
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