sábado, 21 de diciembre de 2024

Cuando camino

          

Cuando camino sin premura

entre los chopos del valle

viene lozana a mi memoria

tu eminente figura.

Sufro porque no alcanzo

a colindar tu tez de niña

sin cubrirme las manos

de zarzales y moras.

Aquellos copos te vistieron

con un manto de reina

y a mí me transformaron

en sumiso vasallo

que ríe tus risas

y llora tus llantos.

¿Aprenderé algún día

a desliar la hebra de hilo

que aleja tu reino del mío?

Sobre mis hombros no descansan

picados eslabones

ni chirriantes grilletes;

puedo ver la blanca luz

saltando en las acículas

entre arenas de coral,

por eso quiero comprender

este silencio que atraviesa

mis horas lejos de ti,

dejándome pegado al folio

como a un post hit amarillento

que se apila en oblicuo

junto a un sin fin olvidados.

Por las riberas deambulan,                                                          

del viejo río ya marchito,

por tantas vidas desahuciadas

desde que lo desheredó el mar.

Allí espero a la tórtola

que portará en su pata

el plano, marcado a tinta,

donde mañana nos veremos.

 

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