Segundo día de marcha:
El segundo día de estancia de Cortes nos adentramos en el inicio de la travesía hacia Montejaque, encontrándonos con una cuesta de muy señor mío, a la que puso algo de alivio un todoterreno que se llevó a las féminas que quisieron montarse. Quedamos para seguir a pie: Pepe Raimundo, Pepe Rodríguez, Manolo Carballido, Salvador López, Eduardo Corona y María José Ruíz. Superamos el puerto de Libar y en el cortijo Carrasco estuvimos reponiendo fuerza, e iniciamos la búsqueda de una sima que nos habían dicho que andaba por allí, pero no hubo manera de dar con ella.
El frío y la amenaza de agua nos hicieron volver a la residencia antes de lo previsto; menos mal que el internado disponía de una mesa de ping-pong donde pudimos mantener a raya a los niños. Como siempre, tuvimos ocasión de comprobar lo desagradable que resultan los tiros de los cazadores mientras que los buitres y los conejos trataban de buscarse la vida, cada cual como podía.
Durante cinco horas estuvimos compartiendo espacio con las encinas, los olivos, nogales, palmitos, almendros, escaramujos, esparragueras, cabras, mulos, burros y caballos.
12/10/92
Regreso
Visitamos la estación de Cortes, con todo el encanto de una estación de tren antigua, próxima al Guadiaro. Nos gusta sobremanera, en el camino de vuelta el Peñón de Berrueco y sus alrededores. Fuimos hasta Tavizna para adentrarnos por el lateral del camping hasta el pantano de los Hurones. Por esta zona comprobamos la existencia de un nido de cigüeña en los silos del Esparragosilla, la proliferación del urbanismo salvaje y la sequía que se podía apreciar en el nivel de las aguas del embalse.
Dicen las guías que existen bosques en galerías en los arroyos cercanos. Lo tendremos que comprobar en próximas excursiones.
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