viernes, 10 de diciembre de 2010

www.bicibh.com (y 4)

225 ¿Qué tal el puente Gon?, un poco pasado por agua, pero contento que es lo importante, ¿qué nos traes hoy?, el final de las bicis, ¡por fin!, ha costado trabajo, pero ahí lo tienes, muy bien Gon, ya veo que eres responsable, me pongo a leer…


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Me paré a leer como un loco y me fui dando cuenta de que las cosas habían cambiado y de que nos tratábamos con cariño pero manteniendo las distancias, descubrí que me hablaba de la existencia de otra persona y de que había rehecho su vida. No me conformé, me fui al mes de Abril y aunque me seguían fallando las misivas, podía deducir por las de ella cual era el estado de la situación. Mucho mejor, más emotivas, más llenas de poesía. Busqué, rebusqué y me preguntaba si no sería posible hacer lo mismo con las llamadas telefónicas, puestos a darle emoción es mucho más interesante escuchar su voz. Mi paciencia tuvo el éxito deseado y me encontré delante de un texto que era todo un alegato de enamoramiento, derrochaba palabras llenas de amor, describía una escena que no podía suponer ni en la mejor de las situaciones: habíamos estado juntos en un lugar paradisíaco, viviendo momentos de entrega total del uno para con el otro. Mencionaba mi cuerpo como si lo conociese desde mucho tiempo atrás y me regalaba el oído con unas frases que jamás podría sospechar que se pudiesen decir de una manera tan tierna. Raquel sin duda alguna estuvo en mis brazos y con ella disfruté de algún momento irrepetible. Aquel texto no dejaba huecos a la incertidumbre. En ese momento me di cuenta que había llegado la hora de dejarme de especulaciones y zarandajas. Era duro imaginar lo que podía haber ocurrido, luego de ese supuesto encuentro, pero estaba claro que unos meses después existía otra persona y ella parecía encontrarse a gusto con esa situación. Y al fin y al cabo soy mayor que ella y tampoco estoy demasiado a disgusto con la vida que llevo.
Es bonito pensar en otra forma de vivir e incluso en intentar cambiar sobre todo ante la presencia de mujeres como Raquel, pero bueno tampoco le voy a poner un cero a mi existencia; se que la gente me quiere, que estoy bien considerado, que siempre que cojo el teléfono o el pc, hay alguien dispuesto a intercambiar conmigo unas palabras, a tomar un café o a salir un fin de semana. Estar junto a alguien es una idea fantástica, pero debo seguir luchando para estar más a gusto, conmigo mismo; luego Dios proveerá. Si el destino me tiene reservado para los últimos años de mi estancia mundana, una vida sin la presencia de otra persona ¿qué le vamos a hacer? Eso si, los minutos de gloria que me tiene destinado Raquel pienso disfrutarlos a partir de ahora como si fuese la joya de la corona que ha llegado a mi poder por inspiración divina.

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