Dónde no corre el aire
1
TEMA DE ORFEO
Siento temor
de releer lo que ya he escrito.
¿Cómo voy a volver
sobre las pisadas del tiempo,
destejer el tapiz tramado
con tanto miedo a las figuras
que iban revelando los hilos?
de releer lo que ya he escrito.
¿Cómo voy a volver
sobre las pisadas del tiempo,
destejer el tapiz tramado
con tanto miedo a las figuras
que iban revelando los hilos?
Ahora cuando ya viven
su existencia ajena a mis ojos,
en ese país o desierto
sobre el que se ha parado el sol.
¿cómo inmiscuirme en sus ritos
insospechados que tal vez
sólo pretenden desterrarme?
su existencia ajena a mis ojos,
en ese país o desierto
sobre el que se ha parado el sol.
¿cómo inmiscuirme en sus ritos
insospechados que tal vez
sólo pretenden desterrarme?
Siento temor
de hallar lo que había perdido,
de encontrarlo entre las grietas
-visibles sólo para mí-
que forma el envés de los versos-
¿Quién me asegura que más tarde
podré olvidar los gestos hostiles
-o tal vez demasiado leves-
que deje convertidos en lluvia
que nunca acaba de caer,
en raíces hambrientas
que bien podrían devorarme?
de hallar lo que había perdido,
de encontrarlo entre las grietas
-visibles sólo para mí-
que forma el envés de los versos-
¿Quién me asegura que más tarde
podré olvidar los gestos hostiles
-o tal vez demasiado leves-
que deje convertidos en lluvia
que nunca acaba de caer,
en raíces hambrientas
que bien podrían devorarme?
2
AUNQUE LE PREGUNTE AL AIRE
Miro al aire y se convierte
en una calle invertida,
que se transforma en un río
de libros, rostros, pañuelos,
que se pone en pie y se vuelve
esbelta torre que sube
y se troca en arcoíris,
que se transmuta en escala
por la que desciende una
luz vertical y amarilla
por la que camina -y cierro,
para no cegar, los ojos-
y ya no lo vuelvo a ver,
aunque le pregunte al aire.
en una calle invertida,
que se transforma en un río
de libros, rostros, pañuelos,
que se pone en pie y se vuelve
esbelta torre que sube
y se troca en arcoíris,
que se transmuta en escala
por la que desciende una
luz vertical y amarilla
por la que camina -y cierro,
para no cegar, los ojos-
y ya no lo vuelvo a ver,
aunque le pregunte al aire.
3
CUANDO TE QUEDAS SOLO
Cuando te quedas solo eres espejo
de lo que fuiste
una mañana
contemplada desde el balcón
entornado, unos pasos
armoniosos que no has seguido
para no derramar tu gozo;
unas cuantas palabras
que te cambiaron más que el tiempo;
una mirada que se ahogó
como luz en tus venas;
un viaje que nunca querías
terminar, tu alma ausente
de lo que te esperaba
al quedarte tan solo.
de lo que fuiste
una mañana
contemplada desde el balcón
entornado, unos pasos
armoniosos que no has seguido
para no derramar tu gozo;
unas cuantas palabras
que te cambiaron más que el tiempo;
una mirada que se ahogó
como luz en tus venas;
un viaje que nunca querías
terminar, tu alma ausente
de lo que te esperaba
al quedarte tan solo.
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