Estas tormentas de verano que nos llegan aquí por el Sur, refrescan el ambiente y nos
alejan de esos humos que venimos respirando desde hace meses.
Los caballos se habitúan tanto a la abundancia de agua, que
cuando les falta se cambian la piel por la de las ranas y se pasan todo el día
con los cascos en remojo.
Llega la tarde y al ponerse el Sol se disfruta de unas
puestas -menos mal- de las que hacen época. Las marismas son zonas propensas a
esta posibilidad.
Y luego de tanta agua los ríos se muestran generosos y
ofrecen verdor a los habitantes de sus riberas. En este caso estamos en
Pomarâo, justo donde el Chanza se encuentra con el Guadiana, recreándonos en
ese puente, tantas veces soñado, que hace que españoles y portugueses estemos
mejor comunicados. Seamos ingeniosos y aprovechemos esta oportunidad que nos
ofrecen estos tiempos.
Fronteras más unidas mientras la marisma procura vida.
ResponderEliminarPor fin septiembre. Disfrutemos.
Besos :)
Hola, Vero, me alegra verte por aquí. Disfrutemos,si, que buena falta nos hace.- Besos
EliminarFelices lluvias que tanta falta hacen, siempre que no causen desgracias, pues en exceso, todo es malo, hasta el agua. Las imágenes muy sugerentes.
ResponderEliminarAbrazos
Gracias, Julia, por la visita y por dejar tu impresión.- Espero retomar pronto la senda de los comentarios.- Un abrazo
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