Así comienza este relato que forma parte del libro Bajo la luz de mi plaza.
Los plátanos de
sombra protegen a los viandantes del terrible sopor que invade la ciudad en las
horas centrales del día. La parte antigua con sus múltiples laberintos de
callejuelas estrechas obliga a los servidores del Orden a moverse con celeridad
y a estar siempre atentos, para que tanto los visitantes como los habituales
del lugar no tengan que pensar en proteger sus vidas o sus bienes.
J.R. Infante
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Y ahora qué? ¿No me vas a decir nada?