Ante un hombre de piel
negra, dos policías uniformados se detienen. Gorriones, palomas y tórtolas
cesan en su incansable actividad, hasta un niño deja de botar el balón. El
hombre mete la mano en su bolsillo, extrae un mechero y prende el cigarrillo de
uno de los policías.
Se me desborda la imaginación con todo lo que puede venir a continuación... :D
ResponderEliminarBesos y cava
Gracias, Vero ¡chin-chin!
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