domingo, 1 de marzo de 2020

Libros que me gusta leer






ANDAR SIN RUIDO
Carlos Frontera
Libro de relatos de un autor joven que hemos leído en la Tertulia de la Casa del Libro. En su conjunto me ha resultado un libro bastante atractivo porque el autor sigue una tendencia que me llama la atención, en la que la sombra de Kafka y Palhaniuk los veo en alguno de sus relatos. No está exento de poesía en alguna de sus obras, como es el caso de "Romper el encantamiento" o "TeQ". La familia, la pareja, las relaciones de unos y otros impregnan todo el libro, que en palabras del propio Carlos, busca la provocación al lector, no se conforma con contar una historia más o menos creíble, sino que la impregna de elementos llamativos, que nos hagan despegarnos del asiento y salir de lo rutinario. Puestos a elegir entre los diecisiete relatos me quedo con "Si todos los chinos saltaran a la vez", por sus connotaciones campestres, dentro de una relación de pareja como fondo de la historia.  También tiene su arte ese "Transparente y no", con un cenicero que nunca acaba de caer, en plan Matrix. En fin, creo que se trata de una obra en la línea de la forma de escribir de hoy día, con muchos valores dignos de tener en cuenta.
LA CIUDAD DE LOS PRODIGIOS
Eduardo Mendoza
Estamos ante un libro de cerca de seiscientas páginas. Una de esas obras a las que hay que dedicarle tiempo para sacarle todo su jugo. Mi fe en este escritor es lo que me ha hecho leérmelo entero, porque hay ocasiones en que se hace muy pesado y da un poco igual en cómo acabará la historia que nos narra. La historia de Barcelona desde sus orígenes fenicios parecía demasiado para una lectura reconfortante, así que el asunto se queda entre la Expo de 1888 (descubrimiento para mi) y la de 1929, que me era más familiar. Nos narra una epopeya tremenda eligiendo a un personaje que se hace a si mismo y que alcanza un inmenso poder, luego de una vida de hampón sin miramientos.  Según dice el mismo autor, Onofre Bouvila es enérgico, fantástico y canalla, como la propia ciudad. Sobre la ciudad, sobre el momento político, sobre su gente nos da una amplia información, con el enganche de ver en qué acabará metiéndose el protagonista para su desenlace final. Describe a otros personajes con la maestría que le caracteriza, aunque a mi me llama la atención el papel tan secundario que le da a la mujer de Onofre —Margarita—, que le ha de acompañar hasta el último día. Digno de mencionar, dados los tiempos que corren, es su aportación al nacionalismo e independentismo, así como la rivalidad con la capital del Reino; teniendo en cuenta que fue publicada en 1986. También me llama la atención, la estrategia de adelantar acontecimientos en determinados momentos de la narración, supongo que para mantener el interés del lector y que no huya antes de tiempo. Pe: Cuando Onofre conoce a Efrén Castells —uno de los personajes más significativos—, ya nos dice cuando muere y nos resume gran parte de su vida al lado del protagonista. Puestos a elegir frases o pasajes destacados me quedo con:
"Las pesetas que Onofre le daba a ganar Efrén las empleaba en comprar regalos a sus conquistas. Por lo visto hay que ser rumboso y canalla, pensaba Onofre. De la gente solo puede esperarse lo que uno pueda sacar de ella. Así son los seres humanos: materia blanda."
"Yo creía que siendo malo tendría el mundo en mis manos y sin embargo me equivocaba: el mundo es peor que yo."
"Niño muerto al tirar de la cadena del wáter el vecino del piso de arriba"
"Todos se preguntaban al ver su figura discreta, ligeramente vulgar, ¿será verdad que de joven fue anarquista, ladrón y pistolero?, ¿que durante la guerra traficó con armas?, ¿que tuvo a sueldo a varios políticos de renombre, a varios gabinetes ministeriales enteros?, ¿y que todo esto lo consiguió solo y sin ayuda, partiendo de cero, a base de coraje y voluntad?
No me acaba de convencer el final de la historia. Es abierto, pero demasiado extravagante, muy al estilo de lo que dio en llamar "Deus Ex machina".
VIENTO DEL ESTE, VIENTO DEL OESTE
Pearl S. Buck
Leí este libro por primera vez hace ya mucho tiempo, y recuerdo que me había dejado un buen sabor de boca. Al cabo de los años me he vuelto a encontrar con el, y ratificándome en mi pensamiento, he de añadir que en esta segunda lectura lo he encontrado como una auténtica delicia para los sentidos. Se trata de una obra cuyo lenguaje encaja a la perfección dentro de la denominada prosa poética. Por cualquier página que se abra, el libro ofrece todo una gama de atractivos para no abandonarlo. Es cierto que a los occidentales nos llama la atención el mundo oriental, porque nos coge algo más lejos de nuestra cultura, pero no es este el factor decisivo en su lectura. Lo es la manera en que está escrito, de tal forma que le doy mucha más importancia a esto que al desarrollo de la propia historia. Este libro alimenta el alma, es un cántico espiritual a los ojos del lector, quizás demasiado acostumbrado a otro tipo de lecturas. Con qué delicadeza, con qué finura, con qué arte se prodigan las páginas sin que llegue uno a sentirse perdido en ningún momento. Lo espléndido de la Literatura es esto: que de vez en cuando nos vamos encontrando con piezas de este calibre, que nos animan a seguir anhelando abrir la cubierta de un libro para descubrir su contenido.
Más que recomendado.

1 comentario:

  1. Mendoza, un Grande. Una delicia aprender de él.
    Viento del este, viento del oeste, lo ha leído tres veces.

    Abrazo.

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