viernes, 19 de mayo de 2023

La Capitana: Una experiencia


 

Domingo, 8 de marzo de 1998

En este día llevamos a cabo una nueva experiencia dentro del Club, cual es la de la participación con la Junta de Andalucía en su campaña: “Conoce los Parques Naturales”. Desde las ocho de la mañana nos encontrábamos en la estación de Santa Justa dispuestos a subirnos en el tren que nos conduciría hacia la Sierra Norte de Sevilla. Nuestro destino: Guadalcanal, para llevar a cabo el sendero de La Capitana. Loli González y Eduardo Corona; Manolo y Pablo Carballido, más la pareja formada por D. Antonio Gil Medina y D. José Rodríguez Infante, nos acomodamos con nuestra pañoleta azul en el vagón correspondiente para ver por las cristaleras esos paisajes y esos detalles que solo se puede observar desde la ventanilla de un tren. Partimos de terrenos de cultivo para irnos adentrando poco a poco en la sierra. Cigüeñas, conejos y animales domésticos van desfilando ante nuestros ojos como si estuviésemos viendo la sobremesa de Tv2. Todo un ejército de personas de diversos estamentos velaba por nuestra seguridad, y se esmeraba en devolvernos sanos y salvos a la estación donde nos recogió.

En la estación de Guadalcanal un autobús nos esperaba para realizar media ruta por nosotros, y pensando en aquellas personas que estuviesen menos acostumbradas a estos trotes.

Hasta la cima de La Capitana subimos en un agradable paseo para contemplar los límites de la provincia de Sevilla y los primeros pueblos de Badajoz. Tomamos buena nota del recorrido completo, ya que se presta para poder llevarlo a cabo en bicicleta. Desde un mirador nos explican los pormenores de las sierras circundantes; se observa la cola del pantano de El Pintado, los buitres en su hábitat natural, o sea: el cielo, la escasez de árboles y la variopinta gama de personajes que conformaban la carga del tren.

Recabamos más tarde en Isla Margarita, en la rivera del Hueznar, donde la Junta de Andalucía se había encargado de montar una especie de feria ambulante, para que la gente se entere de los productos típicos de la zona, la oferta de turismo rural, y de lo bien que se está en este bosque, a pesar de la masificación del momento.

El café decidimos tomarlo en el camping La Fundición, para saludar de camino al personal conocido. El sol estaba más luminoso que nunca; había jovencitas bañándose en el río, y el grado de relajamiento fue tal que el señor Carballido y un servidor tuvimos que darnos una buena carrera para poder llegar a tiempo a la hora de salida del tren. Como no podía faltar la pérdida de la jornada, subimos al tren casi en marcha y sin saber si los demás estaban o no en algún vagón; para colmo este detalle no pudimos confirmarlo hasta llegar al El Pedroso, ya que ni con la ayuda de Protección Civil fue posible recorrernos todos los compartimentos.

 

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