jueves, 28 de enero de 2016

Noches de carnaval


La obra de Federico García Lorca no deja de estar presente en cualquiera de las manifestaciones artísticas al alcance de nuestro intelecto. La recién estrenada película Lanovia —inspirada en Bodas de sangre—, es todo un prodigio del bien hacer, por su belleza plástica, por la gran interpretación de sus personajes y por la música que envuelve al espectador. Salí convencido de la sala, a pesar de lo reticente que soy con las adaptaciones de obras de los grandes autores.


Dos libros me han tenido ocupado en las últimas semanas: Señorita de Juan Eslava Galán y Adioses y bienvenidas de Mario Benedetti. La novela del jiennense está dentro de la línea que el escritor mantiene de contar historias encuadradas en el marco histórico elegido. En esta ocasión se trata de la posguerra española, dónde entremezcla a una muchacha sevillana con dos oficiales de la aviación, uno de origen ruso y otro de origen alemán. Gustará más o gustará menos, pero su profesionalidad es impecable.
El caso de Benedetti es distinto, ya que es la primera vez que me encuentro con su poesía, y la verdad es que me ha dejado encandilado. “¿ por qué las guerras solamente estallan / si hay una religión que las bendice?”, nos canta en su poema Universo, y uno se queda con las patitas colgando, casi sin aliento.

¿Y porqué no hablar del tiempo? Resulta que estamos teniendo unas temperaturas, aquí en nuestra península, más altas de lo normal —¿cambio climático?—. Las fresas de Huelva has cuadruplicado su producción y ahora el mercado no puede acaparar tanta fresa, por lo que los precios bajan más de la cuenta. Suelo acordarme en estos casos de la hambruna que se sufre por tantos y tantos sitios. Claro que la ley del mercado es inflexible: se seguirá tirando alimentos.


Por último les refiero el placer que me produce encontrarme con alguien que en la prensa diaria escribe sobre aves. Se trata de César-Javier Palacios que en su artículo Del azul al negro nos cuenta que se ha descubierto una nueva especie de ave en Canarias. Un pinzón de un intenso color azul. Los sesudos científicos lo han desmarcado de otra especie que revolotea por Tenerife. Y ahora viene lo peor: quedan pocos. Así que su futuro es más bien negro —como nos dice el autor del artículo aparecido el viernes 15 de Enero en 20minutos. Me acuerdo de nuestro pinzón, al que he visto juguetear conmigo entre las ramas de las encinas mientras entonaba su inconfundible canto, y me pregunto ¿porqué lo llaman vulgar, si es un placer para los sentidos? Cosa de científicos.



Pos Data: Como aficionado a los Carnavales de Cádiz estoy disfrutando de lo lindo gracias a los avances de Internet que permiten desde preliminares engancharse al sano vicio del goce para el espectáculo. Así que visto lo visto, el que no se consuela es porque no quiere. El jueves que viene, más.

jueves, 21 de enero de 2016

Cueva de la Golfa

A finales del año 1999, nos reunimos en este lugar un grupo de senderistas que...
Con la llegada de los demás componentes del grupo, partimos desde el cortijo Floranes para buscar esa cueva de la que hablaban los papeles. Lo primero que hacemos es meternos en un barranco del que al rato tenemos que salir porque las dificultades para progresar por él, eran cada vez mayores. Tropezamos con un sendero, muy apañado, que no lleva al mirador del Valle del Bodurria, barranco que ya conocíamos del día anterior; luego de recrearnos en él y hacernos las fotos de rigor, emprendemos la marcha buscando el cortijo de Bastidas. Las panorámicas son cada vez más bellas, avanzamos por un frondoso bosque de pinos y la temperatura es óptima para el ejercicio que realizábamos. Vamos descendiendo a marchas forzadas y todo el mundo se acuerda de la vuelta. Al llegar a un barranco, nos quedamos sin sendero, pero el sentido orientativo y las ganas de aventura nos devuelven al camino y a una zona con una fuente donde en verano se debe estar, de muerte. Nuestro experto en plantas se esfuerza por explicarnos la diferencia entre la sabina y el enebro y cómo dependiendo de la altitud los árboles tienden a protegerse de una manera o de otra.
Huertas abandonadas y una rivera frondosa pero con escasez de agua nos llevan hasta el cortijo y el área de acampada de Bastidas. Se aprecian reformas importantes e incluso una capilla en construcción; el lugar está tranquilo, soleado y con buenas vistas, entre otras las del Rapa, monte al que subimos el día anterior; continuamos nuestro caminar hasta el área de acampada, luego de algunos titubeos. Aquí nos detenemos poco, porque al detectar presencia humana, decidimos avanzar hasta los pies de la Cuevade la Golfa donde repostamos energía.
Subí en solitario para ver las cabrerizas en la que estaba convertida la susodicha cueva y sin encontrar nada interesante, retornamos al cortijo Floranes ascendiendo el arroyo Bodurria. Aquí tropezamos con una dificultad de primer orden y hemos de trepar entre pinos y rocas sueltas con todo nuestro aliento, hasta el conocido mirador. Alguna componente del grupo no se cree lo que ha sido capaz de hacer, y ya de forma relajada tomamos el sendero que nos conduce hasta la casa, no sin antes perder el camino y dividirnos en dos grupos antes de llegar a los pies de la chimenea.
Mesa comunitaria, buenas viandas y buena dormida; ingredientes suficientes para hacer de este lugar, uno más de los inolvidables en nuestro amplio catálogo de sitios con encanto.

jueves, 14 de enero de 2016

Último repaso del año


Para terminar con el repaso a 2015 y mis aportaciones al mundo bloguero, les hablo de los microrelatos que he puesto en antena para su uso y disfrute:
La maleta: Este micro que ya tiene un largo recorrido —por algo es una maleta—, tuvo el honor de figurar como relato del mes en la comunidad Tus Relatos, a la que poco a poco voy nutriendo de mis trabajos. Pertenece a una serie que denomino A pié de calle. Aún no vio la letra impresa, pero todo se andará.
Gervasio: Cierra la aludida serie, en lo que a micros se refiere, y me lo inspiró un personaje que llegó un buen día a la puerta del colegio con su furgoneta flotante a recoger a sus hijos.
Jóvenes: Cada día pasaba por junto a ellos, casi les pisaba los pies, pero estaban en otra galaxia,  no me cabe duda.
Un congreso de altura: Pertenece a la serie Breviario para las tardes de lluvia. Es el resultado de la experiencia acumulada por la dedicación al mundo de las letras.
Encuentro: Segunda aportación de la misma serie, que tuvo una buena acogida en el extinto portal Palabra sobre Palabra y que surgió de una conversación que llegó a mis oídos.
En el ámbito poético, propuse los siguientes poemas:
Y mientras tanto: Del poemario inédito Un lugar donde Rula. La poesía en la que el amor anda de por medio, requiere de pocas notas adicionales.
Tú que todo loiluminas: De mi querido Requiem por un poemario, en recuerdo de unos textos que desaparecieron sin más.
Será el fragor delarroyo: Del poemario inédito Reloj de arena.
Te confieso: Del poemario Un lugar donde Rula.
Y el cine también tuvo su pequeño espacio:
El capital humano (Paolo Virzi)
Mandarinas /Zaza Urushadze
Los limoneros / Eran Riklis
Y eso es todo amigos, ahora a disfrutar del 2016

jueves, 7 de enero de 2016

Por los campos de mi Andalucía


Siguiendo con el balance de 2015, han aparecido por este sitio lugares tan emblemáticos para mí como:

Paymogo: ese mágico pueblo del andévalo onubense en el que tuve la fortuna de venir al mundo. Una y otra vez a lo largo del año recorro, sólo o en compañía de buenos amigos su rivera del Chanza, límite natural con la vecina Portugal, recordando los avatares de lo que esa raya significa. Luchas, contrabando, molienda de trigo, baños, excursiones, mar de estrellas. Y dos publicaciones, gracias a El País del Mago: A la sombra de la Encina Gorda y Aves.
 

Cortes de la Frontera: Lugar simbólico de la asociación Driades, no en vano hemos pisado sus montes en varias ocasiones, teniendo siempre como premisa el senderismo y la convivencia con excelentes amigos. El desfiladero de los Gaitanes lo llevo impreso en mi mente.
 

Los Royos: En la Sierra del Segura, provincia de Jaén. En una casa de campo, dónde al margen de la convivencia con los demás me hice amigo de una ardilla que me ayudó a comprobar como funciona un teleobjetivo en una cámara fotográfica. Y la lluvia, siempre la grandeza de la lluvia contemplada desde un buen traje de agua.


La Sauceda: Entre los límites de Málaga y Cádiz. Conserva el sabor de la tierruca, en esas cabañas de tierra sin las comodidades de la vida moderna. Dormí en el suelo o en un camastro, con la chimenea calentando el ambiente. Galopar por su crestería en todo un lujo en días limpios de nubes. El impresionante Parque de Los Alcornocales hace el resto.


Viznar: Santo y Seña en la vida de las ninfas de Driades. Allí nació el grupo y allí disfrutó con toda su grandeza de la nieve granadina. El albergue juvenil goza de la infraestructura necesaria para que un grupo pueda encontrar todo lo que necesita para aprovechar el tiempo libre.


Baza: El agua, la montaña, los parajes rebuscados o rescatados por la mano del hombre en pro del disfrute comunitario. Sitios un tanto alejados del mundo ruidoso y los malos humos. Una casa con capacidad suficiente para albergar a un grupo, rodeada de bosques. Caminos, multitud de caminos por los que transitar.  La compañía adecuada resulta imprescindible.
En fin, todo un abanico de posibilidades de la inmensa Andalucía, para gozar, para dejar correr la imaginación y para enamorarse aún más, si cabe, de la Naturaleza. No lo desaprovechen.