domingo, 30 de abril de 2023

El Decamerón

 


Al hilo del libro de relatos "Una parada obligatoria ", traigo a colación este libro que leí hace bastante tiempo, en una edición de María Hernández Esteban, que me causó un gran impacto. Decía yo:

Un buen empacho de cuentos que me ha llevado bastante tiempo digerir, y gracias a que han estado de por medio las vacaciones de invierno.
Como en toda obra clásica que se precie, ésta está llena de anotaciones que sería imposible leer, salvo que estuviésemos desarrollando una tesis doctoral. Como no es el caso, me limitaré a plasmar mi impresión de una obra que tuve que leer en su día, pero no lo hice.
Asombra desde luego la capacidad del autor para relatarnos cien cuentos y que lleguemos hasta el último sin aburrirnos. Se producen muchas repeticiones de escenas porque además todo gira en torno a situaciones similares donde los engaños amorosos están a la orden del día y el ingenio de los personajes parece no tener límites.
Es curioso lo que se puede obtener a consecuencia de una epidemia de peste, y como resultan de extrañas determinadas épocas que nos ha precedido: los jóvenes en lugar de remangarse y colaborar en labores propias de las grandes desgracias, se quitan de en medio, se retiran a una finca donde se lo ponen todo por delante y ¡hala! A contar historias, lo más divertidas posibles para pasar el tiempo.
Cualquier otro marco hubiese servido para el mismo fin, no entiendo que tuviese que ser éste, pero en fin ya no es posible preguntarle al autor por el motivo de tal elección. “Búsqueda de un orden que poner al caos de la ciudad” nos dice la editora, o “un viaje de regeneración”, de cualquier manera parece mucho lujo para mitigar la tragedia de la peste.

Y digo ahora: a lo mejor hay quién se pregunta qué tiene que ver una cosa con la otra. Puede que nada, pero lo cierto es que cuando escribí Una parada obligatoria, me paré a pensar en los siglos que han pasado desde que Bocaccio sentó las bases de la manera de escribir relatos.

 

jueves, 20 de abril de 2023

Llegó Bajo la luz de mi plaza/Otoño-Invierno



 

 Nueva puesta en escena de Bajo la luz de mi plaza/Otoño-Invierno. En esta ocasión en Sevilla, luego de su presentación en Paymogo.

 

martes, 18 de abril de 2023

Alcornoques de la finca El Alcornocal

              

                                                    Árboles singulares de Andalucía

Singularidad

El tamaño y la forma de los ejemplar es son los motivos de singularidad por los que sobresalen los alcornoques de la Finca El Alcornocal. Las alturas oscilan entre los 15 y los 20 metros y existen muchos que superan los 3 metros de perímetro de tronco.

Concretamente uno resulta de un tamaño majestuoso; con casi 5 metros de perímetro a 1,30 del suelo y 17 metros de altura, su presencia es imponente. De la cruz parten cuatro ramas maestras que desarrollan una copa aparasolada.

Otros alcornoques, que superan los tres metros de perímetro normal, resultan notables por sus portes. Han desarrollado fustes muy altos debido a que han sido guiados así para una mayor y mejor extracción del corcho, o bien buscando la luz debido a la densidad del conjunto en algunas partes.

Caracterización

El curioso conjunto se localiza a pocos kilómetros de Cazalla de la Sierra, junto al arroyo del Sotillo. Aunque siendo estrictos puede describirse como monoespecífico, compuesto sólo de alcornoques (Quercus suber), existen en las cercanías otras especies. En el arroyo del Sotillo, que sirve de límite a la arboleda, aparecen algunos chopos (Populus nigra) y encinas (Quercus ilex subsp. ballota). Inmersos ya en el alcornocal, formando parte del estrato arbustivo, se encuentran rosas silvestres (Rosa canina), zarzas (Rubus ulmifolius) en las zonas más encharcables, rusco (Ruscus aculeatus), que da idea de lo sombrío del paraje, y algunas jaras (Cistus alviifolius, C.crispus, C. albidus).

El suelo sobre el que se desarrolla es eminentemente arcilloso y con poca pendiente, hecho que favorece el encharcamiento en algunas zonas y la aparición de algunos juncos.

LOCALIZACIÓN

Paraje: Finca El Alcornocal

Término municipal: Cazalla de la Sierra

Espacio Natural Protegido: Parque Natural Sierra Norte de Sevilla

PROPIEDAD

Privada

ESPECIES INTEGRANTES

Quercus suber

EXTENSIÓN

5,3 ha

lunes, 10 de abril de 2023

Allí donde el huerto


 

Allí donde el huerto florece

y la hirsuta piedra

ve pasar

bandadas de estorninos,

se encuentra la humilde

                                     losa

cubierta de crisantemos.

Tres cruces, cuatro

—quizás  media docena—,

el viajero al cruzar

bajo el pétreo arco oxidado,

mira un instante y prosigue

su lento caminar. La parca

suave ha silbado ¿O ha sido el viento?

Hay rosas y enredaderas

y un mirlo que quiere unirse

al juego de las miradas.

Tanta gente, tan cambiante, tan diversa

y la losa siempre

                          la misma,

morada verde esponjosa

compañera de la piedra.

¿Quién guardará en su memoria

aquel instante, aquella hora?

                                           La torre

—ventana oval en sus entrañas—

prolonga su débil sombra

hasta el centenario olmo,

urdimbre de raíces entretienen

la incierta marcha del dedal

que busca ingenuo la sonrisa                                                          

allí donde no queda

más que un halo de

                              esperanza.

 

sábado, 8 de abril de 2023

Complicada situación


 

 El bueno de Ángel tenía la costumbre de rebuscar en los contenedores de papel...poco podía el imaginar en el lío que se iba a meter a consecuencia de es manía; menos mal que contó con la colaboración de su amigo Ramón, experto en eso de las investigaciones...y entre los dos se acercaron a ese individuo que poco menos que había vendido su alma al capricho de uno de sus personajes de ficción...pero ¿cómo termina la historia?, eso ya es harina de otro costal, o sea, cosa de leer El contenedor azul, relato que se encuentra entre las páginas del libro "Bajo la luz de mi plaza".
No se lo pierdan.

sábado, 1 de abril de 2023

Acudiste a mi


 

Acudiste a mí como un dragón

dejado suelto en el portal;

puse mi lecho para que expulsaras

la inestabilidad de tu razón.

La armónica y el banjo

envolvían de azul a la señora;

yo tenía charolado el bordón

y puestas al aire las botas;

sonó el timbre y eras tú,

Calado de ginebra maloliente.

parí una larga noche

de voces en mi almohada,

de reencuentros con dioses

que ya tenía postergados.

Llegó la luz del alba

y quedaron prendidos

en sus cánticos las alondras;

yo restregaba entre mis manos

la mácula de tu camisa;

solo el olor a masa frita

te trajo al filo de la mesa.

Tras una ración de mando a distancia,

entre sorbos de colacao

se reordenaron las neuronas

y volviste a calzarte

tus zapatillas enebeá.

Volví a mi té de media tarde

y a sumergirme

por las manoseadas páginas

de los sonetos de Neruda;

me alcanzaron las sombras                                                   

y regresé al arrullo

en la arista de la cornisa.