lunes, 19 de diciembre de 2011

En las puertas del invierno


279 ¡Qué poquito nos queda para el invierno, Gon!, y que lo digas Alba, ya tengo ganas de tomarme unos días de vacaciones, no te lo decía por eso, más bien iba por el aspecto meteorológico ¿te vas de vacaciones?, ¡hombre!, igual que tú ¿qué me dices de Gredos?, no es igual, pero de Gredos te puedo contar que me encantan esos paisajes otoñales, el descubrimiento del castro El Raso y cómo no el circo ¡que maravilla!, eso y luego me criticas a mí, no me cambies el paso Gon, también me acordé de ti, ¿en qué?, en el paso de la trashumancia, a ti que tanto te gusta eso de los caminos, ¡vale, vale!, no me pongas los dientes más largos ¿qué tal Trini y Ananda?, pues muy bien: ahí siguen sin perdernos la pista e incluso Ananda se volvió filosofa el otro día y nos dio un repaso con eso del “necronegocio” como dice ella, lástima que no las viera, te pierdas las mejores ¿dónde estabas cuando vinieron?, ¿qué dónde estaba?, tú que crees, dónde iba a estar, ¡aclárate ya, Gon!, con D. José, Alba, con D. José, ¿haciendo qué?, echándole una mano en la nueva casa, es que este hombre no para, Palabra sobre palabra ¡ahí es nada!, y lo malo, Alba, es que el negocio crece día a día y nos está desbordando, a lo mejor el jefe contrata a alguien más, ¿tú crees?, si el negocio va tan bien, mejor hablamos de Moby Dick, ¿por qué?, porque he terminado su lectura, Gon, y se me ocurre una gran pregunta, ¿qué es?, ¿cómo se las apaña Ismael para contar la historia si se lo traga el mar?, yo no lo se, Alba, pues si lo averiguas, me lo cuentas…

lunes, 12 de diciembre de 2011

Vamos de ruta (3)


278 Lo dicho, Gon, lo de los textos largos-cortos daría que hablar, ya veo, pero no me queda más remedio que seguir con mi ruta, lo se yo y D. José, así que ¡adelante!...

 VAMOS DE RUTA (3)
En medio de una frondosa vegetación donde destacan las cornicabras pegadas a la orilla del sendero y los troncos agrietados por el paso del tiempo de centenarios alcornoques, las palabras de Emeterio C., Elías y Prudencio se dispersan y buscan acomodo como si nadie más les echase cuenta. Alejandro seguía absorto en un mundo contemplativo de magníficas imágenes visuales y la Traviata endulzándole los oídos. Su fe consistía en que llegado el momento de quitarse los tapones, sus acompañantes hubiesen terminado de plantearse dudas sobre ese asunto del que no valía la pena hablar; que llegase el momento cuando tuviese que llegar; no va a tener solución por muchas vueltas que le den, así que para que tanto filosofar. Contemplemos y disfrutemos de lo que ahora mismo tenemos delante, que además es para lo que hemos salido de casa, lo otro déjalo ahí y no lo toques que es peligroso despertar a la fiera. Unos hippies se las han ingeniado para vivir en una tienda india en medio de una pradera, buscando apartarse de la vida bullanguera y ruidosa de la ciudad. Cerca de ella un bosquete de quercus les proporciona cobijo para los tórridos días de verano.
—P: Decía Eme que a él le había impresionado la muerte de un chaval Down en sus años escolares, pero yo tengo clavado en mi mente la imagen de un motorista, que se dejó los sesos en la calle delante de mis ojos. No os podéis hacer una idea lo que impresiona ver dispersa por el suelo cualquier parte de nuestra anatomía.
—E: Si, pero ya os decía al principio que las causas accidentales no las contemplaban en el debate, porque claro podemos entrar también en cualquiera de las guerras que tenemos hoy día y las escenas son espeluznantes. Pero esa no es la forma normal de concebir la muerte, eso son causas mayores que están por encima de tu propia voluntad.
—P: De acuerdo, pero si te predisponen para que al final la termines aplicando a tu propia existencia, y de alguna u otra forma te hagas planteamientos y pienses si merece la pena tales y tales esfuerzos cuando el día menos pensado ¡zas al hoyo!.
—EC: Ahora entramos en nuestra condición de pesimistas u optimistas.
—P: ¿Por qué lo dices?
—EC: Hombre, porque nuestra vida no puede estar marcada por este tipo de planteamientos. Hay que gozarla y vivirla de la forma más agradable posible. No podemos estar dándole vueltas a que al final la vamos a cascar. Eso ya lo sabemos, pero mientras tanto tenemos que buscarnos los medios para estar lo más a gusto posible.
—E: Habla un optimista.
—P: Normal, y si le preguntas su opinión a un pesimista, lo más probable es que prefiera hacer los mismo que Alejandro. Yo no lo planteaba en esos términos. Lo que quería decir es que esas circunstancias – el accidente, la guerra – te llevan a pensar en que aceptar que esto es así, que a ti también te ha de llegar el momento, te dejan como si todo se hubiese paralizado y tú te encontrarás fuera de sitio. Una rápida mirada a tu pasado y lo ves todo tan cambiado que te sientes como un bicho raro.
—EC: No acabo de pillarte la idea. Mi impresión es de mucho cague y aunque no llego al extremo del amigo Alejandro, la prueba es que aquí estoy charlando con vosotros sobre el tema, no quisiera que me llegara nunca el momento, o al menos que me llegara de forma consciente, mejor es que no me enterase de nada, que siga viviendo de la forma que lo hago, más o menos sin problemas pero sin necesidad tampoco de tener que hablar mucho de esto, y que ese día pues...¡que se retrase!...Lo primero que se retrase ¡je,je!, pero como soy consciente de que no se puede esquivar, que no me entere.
—E: Oye por cierto, ya que he sacado el tema yo ¿qué os parece si hacemos una paradita, descansamos, nos comemos el bocata y luego seguimos si tenéis ganas de seguir charlando?
—P: Por mí no hay inconveniente, además ya va haciendo hambre.
—EC: Por mí tampoco y por Ale seguro que nos lo agradece en el alma.

.../...Continúa en Vamos de ruta (y4)
 

lunes, 5 de diciembre de 2011

Semana de puentes


277 Me da la impresión, Gon, que el comentario de LNJ sobre los textos largos y cortos, traerá cola, claro Alba, ten en cuenta que el asunto está a la orden del día, ya veo, ya veo, por eso Ananda ha sacado la zambomba y está alegrando la fiesta, es que ella es así, Gon, pero siendo poeta está mas acostumbrada a texto corto, ¡ya!, ¿y Belkis?, ¡ah! pues yo le he escuchado decir que no le cansan las palabras, así que ya está dicho todo, todo, todo, no, Alba, Trini también nos ha dado su opinión, y me parece muy acertada Gon, sabía yo que estarías con ella, pues claro, compañero: el texto sólo lo hace largo o corto su calidad ¿estás de acuerdo o no?, en cierta medida, ¿cómo que en cierta medida? ¿qué dices, Gon?, digo que estamos hablando de leer en la pantalla de ordenador y eso siempre es discutible, por eso no tenemos que pasarnos con nuestra charleta, Gon, ¿qué dices?, nada, nada…oye ¿qué simpática Francesca?, la italiana que estuvo por aquí el otro día, hombre Gon, siempre es de agradecer que alguien de fuera se digne leer lo que nosotros escribimos ¿no te parece?, por mi encantado aunque no capisco bien el idioma siempre tenemos el recurso Google, otro acierto más de los tiempos modernos, ya lo creo, Alba, ¿y qué me dices de P.R.?, poco te puedo decir, Gon, estuvo por aquí, nos dejó su foto, pero poco más, ay, como es la gente Alba, tampoco le vayas a poner muchas pegas, tienes razón Alba, por lo menos como estamos, y que lo digas ¿te vas de puente?, hoy no, el viernes, ¡ah!, entonces ya hablaremos, de acuerdo Gon, ya hablaremos.