lunes, 26 de septiembre de 2011

Otoño

265 Gon, ¿no has visto al jefe por ahí?, ni lo he visto ni ganas tengo, es que me preocupa su estado, ¿qué le pasa?, le pasa Gon –según me cuentan- que no duerme bien, tiene problemillas con Nerea, ¿está enferma?, ¡no, no es eso!, líos familiares, ¡ah!, a mí eso no me importa, siempre que no repercuta sobre nosotros, ahí está el peligro Gon ¿no lo entiendes?, como le duela una muela D. José, repercutirá en sus humildes empleados, no te quepa duda, yo a lo mío, allá él con su problemas, tampoco es eso Gon, no seas así, por muy jefe que sea, nos vemos todos los días y eso quieras o no influye…¿en qué Alba?, está bien Gon, ya veo que hoy no estás para mucho romanticismos, así que a lo material ¿terminaste tu lectura?, así es, pude con Balzac ¿y tú?, pues yo también pude con Homero y su Odisea, que dicho sea de paso me ha gustado mucho, ¿más que la Ilíada?, más que la Ilíada Gon, tal vez porque estaba en prosa y era mucho más comprensible, hablando de otra cosa ¿viste a Miuris el otro día?, si que la vi y aunque ella piense que aún estamos de vacaciones, hace ya tanto que ni me acuerdo, también dice que le gusta el otoño y que estamos de vendimia, ya sabes que de vez en cuando nos tomamos unas uvitas con ella, lo sé, lo sé Alba, ¿y a Trini?, también hablé con ella y me dio la impresión de que le ha gustado mucho tu sinfonía, es que ella es muy romántica, y muy sutil en su poesía, en fin Gon que aquí estamos otra vez, de lunes y con ganas que es lo importante, ¿te acuerdas de Kundera?, claro Alba ¿por qué lo dices?, porque ayer visioné la película “La increíble levedad del ser”, ¿en el cine?, no, en mi casa, cuando quieras te la paso, es fantástica, te recojo el guante, ¡hala!, pues ya es hora de cortar, no sea que llegue D.José, hasta luego Alba, hasta luego Gon.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Sinfonía en pí mayor (y 3)


264 Ya lo sabes, Gon, a Trini le gusta más el libro papel que leer en la pantalla, hay gustos para todo Alba, yo apuesto por los e-book, está bien no volvamos a lo mismo ¿terminamos con la sinfonía?, así es Alba, tercera y última entrega de este relato, pues nada Gon, que nos aproveche…

SINFONÍA EN PÍ MAYOR
Lees: “Gran ave zancuda blanca y rosa; parte anterior de las alas rojas y parte posterior negra; cuello muy largo; patas rosas; pico corto, grueso y curvado hacia abajo, rosa con punta negra; los jóvenes son pardo-grisáceos sin rosa: sexo iguales”. ¿Comprendes ahora por qué se les llama Phoenicopterus ruber? Me miras como quien duda de creerse lo que escucha; beso tus labios rosas y acaricio tu nuca. Ahora pareces más convencida. “Los colores más increíbles que iban del amarillo más tenue a un naranja intenso del rosado y del rojo hasta el verde, constituían un espectáculo que nunca me quería perder. Y cuando a ese cielo lleno de colores lo cruzaba una bandada de flamencos rosados, el espectáculo era casi sobrenatural”.  Leías en un libro sobre la Patagonia, mientras que yo me quedo extasiado, al cruzarse en el visor de mis prismáticos una de las aves más esquivas y a la vez más impresionante, que se puedan ver por estos lugares. Por aquí le llaman el gallo azul, pero todos los aficionados sabemos que se trata del calamón común: luce su característico plumaje azul purpúreo que según va desplazándose de un lugar a otro, se ve en mejores o peores condiciones, pero que daba la luz que hoy tenemos, se convierte en un éxtasis su contemplación. Procuro que lo veas lo más rápido posible antes que se pierda por la masa de espadañas por las que se mueve, o en su defecto que aguantes todo lo que puedas con los prismáticos tratando, de hacer un minucioso barrido por toda la zona cubierta de vegetales. Lo distingues, quedas sumida en su contemplación y mientras describes lo que ves, me pierdo en contemplar cada facción de tu cara, en ese temblor nervioso de tu mano izquierda que me gusta imaginar es debido a mi presencia. Busco tu cuerpo en medio de este mar de verdor y músicas melodiosas, no puedo resistir la tentación de saborear tus besos y entregarme a tus deseos, a esas ansias que brotan de todos tus poros. Pasan los minutos, la soledad es cada vez más palpable aunque no podemos sustraernos a la tentación de mirar de vez en cuando por encima de los hombros, para ver si se divisa algún vehículo en la lejanía. Ese inmenso azul que nos invade, ocupa todo el espacio, y nos sentimos valientes rodeados de multitud de aves entregadas a sus distintos quehaceres, sin preocuparse demasiado por la ocupación de esos dos seres que se encuentran en el interior del coche. Ellas están acostumbradas a que de vez en cuando alguien se pare a contemplarlas,  guardan las distancias y las formas, y confían en la buena voluntad de los bípedos que merodean por estos caminos. Sudamos a pesar de tener abiertas las ventanas delanteras del coche. Más allá un ratonero prueba a vencer la resistencia del aire, y trata de mantenerse como si fuera una cometa. Zigzaguea, se deja caer con las garras abiertas pero no vemos si ha sacado algo del agua o ha fracasado en su intento. Acostumbrado a verle en terrenos más boscosos, me sorprende y confunde, pero para algo han sido dotadas las aves de esas prodigiosas alas, para poder desplazarse con facilidad y parecer a veces que son capaces de estar en dos sitios al mismo tiempo. El sol inicia ya su vertiginoso descenso, y pronto se podrá ver en la lejanía toda una extensa franja coloreada, mientras que las nubes más cercanas dibujan formas que semejan animales salvajes, buques fantasmas o ilusorias ciudades algodonosas. Va disminuyendo el ímpetu vital de la mayoría de los habituales de la zona, al tiempo que las sombras recobran su efímero dominio. Pongo de nuevo en marcha el motor del coche, y emprendemos el retorno por pistas llenas de agujeros, que parecen no acabarse nunca y que nos hacen dudar si en algún momento volveremos a pisar el asfalto, o nos habremos metido en un laberinto de canales, que nos mantendrá ocupados durante toda la noche. Viene a mi mente la estridencia del canto del triguero y la increíble capacidad de vuelo del cernícalo. Por un instante me gustaría que nos convirtiésemos en alguno de ellos, para sortear la montaña de residuos plásticos que nos corta el camino y contar con los últimos rayos de sol – esos que nada más que ven las aves – para llegar a nuestra dormidera. Miro tus ojos llenos de dulzura, y respiro profundo el sabor a marisma que destila tu piel.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Sobre libros


263 ¡Hola Gon, buenos días! ¿Qué tal el fin de semana?, sin nada de particular Alba, me he limitado a descansar que falta me hacía, es una opción, claro que es una opción ¿y la tuya cuál ha sido?, aunque no te lo parezca, amigo Gon, estuve repasando el asunto de la biblioteca, ¡¡trabajando!!, bueno es otra opción ¿no te parece?, si pero…,sin peros Gon, estuve repasando nuestra biblioteca y para que lo sepas, sobrepasamos ya los novecientos libros, que se dice pronto, ¿tantos?, así es Gon, gracias a la generosidad de nuestros amigos, y a que se está perdiendo el culto al libro de papel, bueno, bueno, Gon, eso ya es más discutible, lo del libro electrónico y las lecturas por interné está bien, pero las librerías siguen adelante, en el fondo nos sigue gustando a todos los manoseos al papel, es tu opinión Alba, muy respetable pero que no comporto, el papel tiene los días contados, entonces ¿por qué no te rebelas?, ¿contra quién?, contra el jefe?, yo soy un currante, Alba, no te confundas y tendré en mis manos todos los libros que sea menester, pero una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa, ¡Gon!, de acuerdo, te lo traduzco: laboro con los libros porque me dan de comer, pero eso no quita para que me decante por las nuevas tecnologías y la desaparición física del soporte papel, yo creo que te equivocas Gon, pero el tiempo lo dirá, claro que lo dirá, otra cosa es que lo veamos, está bien dejamos el tema y hablemos del 11, ¿te refieres al sorteo del cupón?, ¡qué cosas tienes Gon!, me refiero a los diez años que han pasado, que aún no nos conocíamos, pero que terrible fue todo, ¡y qué malas consecuencias ha tenido!, y lo que te rondaré morena…,¡¡Gon!!, qué quieres Alba no estoy de buen ver esta mañana, ya veo que no, ¡vámonos a la cafetería!

lunes, 5 de septiembre de 2011

La vida sigue

262 Ananda se va de vacaciones, Gon, la echaremos de meno, ambos sabemos que es un valor seguro, así es Alba pero no te olvides de Trini, ni de Belkis, no me olvido compañero, sé que estuvieron por aquí y sacaron buenas conclusiones de tu canto a la Naturaleza, a las aves Alba, y por extensión a la Naturaleza, ¿qué sería de ella sin la presencia del mundo aviar, no me tires de la lengua Alba que aún me acuerdo del trabajo que nos costó sacar adelante las aventuras de Loren y Pardal, pero fue bonito Gon, y trabajoso, es nuestro oficio ¿recuerdas?, claro que lo recuerdo Alba y también recuerdo que ya está por aquí D. José con el látigo en la mano, pues yo aún no he terminado con Homero, ese es tu problema, yo terminé ayer de leerme a Kundera y su insoportable levedad, y ya has presentado el informe, aún no, ¿y te ha gustado?, claro que si, Alba, una cosa no está reñida con la otra, me ha gustado todo ,ya veremos que me cuentas tú de esa Ilíada, mejor hablamos de otra cosa Gon, ¡vale, vale!, hablemos de cine ¿fuiste a ver a Woody?, fui a verlo y me encantó, ¿por París?, por todo Gon, me llega al alma su forma de transmitir, ¡ya!, ya sé que te dejas llevar pero ¿no se te hace cansino?, pues no porque esa fotografía, esa música, esa trama tan bien llevada, ¡ya!, parece que no acaba de dar con su “alter ego”, es difícil pero ya verás como terminará dando con un digno sucesor, eso se llama tener fe, eso se llama, Gon, creer en los genios, si te pones en ese plan, mejor lo dejamos, si porque además he visto la silueta del jefe que se aproxima hacia nosotros, socorro, adiós, Gon, adiós.