martes, 25 de enero de 2011

Me gusta escribir

232 ¿Cómo siguen las cosas por la otra casa, jefe?, por lo que yo sé, muy bien, cada día ganamos más enteros y ya tenemos tres obras colocadas entre los diez primeros puestos, ¡ya!, pero perdone que le diga, jefe, ya sabemos que todo es relativo, ¿o es que quiere colocar a Megustaescribir a la altura de las grandes listas de éxito?, ni mucho menos Alba, pero a los niveles que nos movemos siempre será mejor figurar que no figurar ¿o no?, si, de acuerdo puede que a la larga le veamos la punta, si a usted le vale, claro que me vale Alba, su amigo Gon lo está haciendo muy bien, ¡gracias por lo de amigo!, Alba quiero que me entienda, no es que usted lo haga mal, ya sé que ha terminado un poemario nuevo…por cierto ¿de qué va?, no sea usted impaciente, se llama “Variaciones”, así a secas, tiene apellido, pero ya se lo diré, otro cosa Alba, he visto dos fotos nueva en el pasillo, así es jefe, a pesar de todo la gente nos quiere, nos han llegado últimamente Esteban Casas y Alas, que ya veremos lo que dan de sí, ya veremos Alba, ¿y que tal va la hinchada argentina?, ¿usted también los llama así?, ¡qué le vamos a hacer!, tendremos que hablar el mismo idioma, de lo contrario como nos vamos a entender, pero a lo que iba ¿qué ocurre con esos seguidores?, que allí es verano, jefe y están de vacaciones, ¡ah!, ya decía yo, no obstante nuestra fiel xrisstinah sigue ahí y Jonnhy y Ancara, ¿pero estos dos no son argentinos?, ¡si jefe!, pero alguno quedará de guardia ¡digo yo!, no van a estar todos de vacaciones, tiene usted razón Alba…, me tengo que marchar, ¡de acuerdo D. José!, hasta luego.

miércoles, 19 de enero de 2011

El caso del yogur perdido (1)

231 Jefe, acaba de llegar un correo de Gon, ¿sobre qué?, nos envía el relato que tenemos que colgar, entonces ¿a qué espera Alba?, le tengo que decir yo lo que tiene que hacer, no, claro que no, enseguida me pongo…
EL CASO DEL YOGUR PERDIDO (1)
El jefe se presentó en el recinto donde se encontraban los operarios, de la mano de su ayudante más fiel. Al verle llegar todos sabían que se trataba de algún asunto importante, porque no era habitual verle esa cara ni verlo a esas horas; el ayudante estaba demasiado repeinado, como para que aquello fuese una visita protocolaria.
— ¡Buenos días! ¿Os preguntaréis a qué he venido? -soltó así de golpe nada más cruzar la puerta - . Pues bien, el motivo de mi visita a esta hora tan inusual en mí, no es para sorprenderos en vuestro quehacer diario, que de eso no tengo queja alguna, sino para aclarar qué ha pasado en la cámara en las últimas veinticuatro horas, donde según mis noticias ha desaparecido un yogur.
— ¿Un yogur? -contestaron varios operarios a coro.
— ¡Sí, un yogur! No me digáis que no sabéis nada, porque ha sido uno de vosotros precisamente, quien me ha contado lo sucedido.
—Ese ha sido el Damián, seguro -dijo Pedro.
—En eso no vamos a entrar ahora, que es lo de menos, lo importante y todos los sabéis es que en el recuento de esta mañana faltaba un yogur, y ahí están las firmas de los que habéis estado trabajando desde ayer a esta misma hora, que fue cuando se llevó a cabo el último conteo.
—Pues yo no he sido -dijo Julia-, que una no viene aquí a coger lo que no debe. Yo ni siquiera me tomo un mal café, por muy necesitada que esté.
—A mí que me registren -decía Luís-, yo me tomo lo que me corresponde, y si no ahí está la encargada, que ella sabe demás que yo no entro en la cámara como no sea acompañado.
— ¿Y no se habrán equivocado contando? -dijo Juan Carlos.
— ¿Quién? -respondió el jefe.
— ¿Quién va a ser?, la encargada de la cámara. ¿Por qué tiene que caer siempre la culpa sobre nosotros cada vez que falta una ramita de perejil? -dijo Juan Carlos.
—No digas tonterías Juan, que todos sabíamos que había cinco yogures, y no hay que ser un genio para sacar la cuenta -respondió el jefe con severidad.
—Yo estoy con Juan Carlos -intervino Javier-. Nosotros estamos en el trabajo y muchas veces entran en la cámara y nadie echa cuenta, que más de una vez se oye abrir o cerrar y no vamos a estar pendientes de eso, teniendo por delante otra tarea, además para eso está la encargada. ¿Ella que dice?
—Ella me ha pasado el informe por escrito y si nos ponemos en ese plan, de echarle la culpa a quien no la tiene, vamos a tener que tomar otras medidas y a lo mejor puede salir perjudicado quien menos culpa tiene -dijo el jefe.
—Yo creo que sin que la encargada esté presente no podemos aclarar nada -dijo Pedro-. Lo mejor es que esté presente, para que sepamos en que se basa para acusar a nadie de haber cogido el yogur.
—Además -puntualizó Luís-, ¿quién ha ido diciendo por ahí nada de lo que ocurre en este departamento? Antes ha dicho usted...
—Eso es cosa mía -cortó el jefe-, cuando la noticia me ha llegado por otro conducto, yo tenía el informe de la encargada encima de mi mesa.
— ¡Claro! -dijo Julia-, seguramente porque el que se ha ido de la lengua, estaba temiendo que la encargada diese el parte, y ha subido corriendo a dar el chivatazo. Seguro que ha sido él quien se ha comido el yogur. Nos conoceremos aquí.
— ¿Y por qué dices que ha sido él? ¿Por qué no ha podido ser ella? ¿O acaso tú has visto algo? -se le encaró Juan Carlos.
—Bueno hijo, es una forma de hablar. Yo no quiero decir...
— ¿Tú de parte de quien estás Juan Carlos?, a ver si ahora va a resultar -se exaltó Pedro.
Los ánimos se encresparon y las tostadas con jamón parecían que iban a salir volando de la mesa de un momento a otro. Los gritos se escuchaban por los pasillos como si de una auténtica batalla campal se tratase, así que el jefe tuvo que encaramarse en lo alto de una silla y gritar con todas sus fuerzas:
— ¡BASTA! ¡¡Ya está bien carajo!! ¿Qué os creéis que es esto? Menudo ejemplo estaremos dando. ¡Pedro haz el favor de apagar esa radio que ya estoy harto de escuchar siempre las mismas noticias, que si la guerra, que si África, que si esto, que si lo otro! A ver si nos aclaramos. Si nadie se responsabiliza de la situación, yo os citaré cuando esté la encargada y con ella delante aclararemos el asunto. ¿De acuerdo? ¿O tenéis que decir algo más?
—Por mi parte no tengo nada más que decir -respondió Juan Carlos.
—Ni yo -siguió Julia.
—A mí que me registren -dijo Pedro.
— ¡De acuerdo! Si puedo antes de que os vayáis a las dos, os diré cuando nos veremos, tengo que hablar con la encargada y con la gente de los otros turnos a ver cuando pueden. Me voy.

miércoles, 12 de enero de 2011

LLega D. José

230 ¿Qué me dice usted de las reformas del Gobierno?, supongo Alba que me preguntas por lo de la jubilación, así es D. José, ¿qué quieres que te diga?, como bien sabes yo me jubilaré con los pies por delante, ¿qué está usted diciendo?, me has entendido Alba, las personas como yo no pensamos más que en trabajar, no tenemos en cuenta la edad, ni sabemos hacer otras cosa, ¡ya!, pero los asalariados comprenderá usted que pensemos de otra manera, cuando la necesidad aprieta todos nos tenemos que apretar el cinturón, los asalariados los primeros, ¡claro Alba!, los asalariados los primeros, que los autónomos ya lo tenemos bastante crudo para sacar adelante las empresas, a costa…¡cuidado con lo que vas a decir Alba!, sí, será mejor que le pregunte por Gon, ¿qué quieres que te diga?, ahí lo tienes partiéndose el pecho en su nueva tarea, pues ha sido llegar él y las visitas se han reducido, ¿cómo lo sabes?, él me lo cuenta, por lo que yo sé ha conseguido colocar a “Quise volar contigo” en una buena posición y figura en el portal de Megustaescribir, así que ya me dirás, me refería a la hinchada argentina que venían comentando sin parar todo lo publicado, lo sé Alba, pero es que ha habido ciertos desajustes técnicos, como siempre, es lo que tenemos, yo no puedo esforzarme más, si la gente luego no me responde…¡qué le vamos a hacer!, menos mal D. José que siempre nos quedará xrisstinah, y Mariano Magnífico, ¡ya!,pero xriss es única, cuidemos la clientela Alba, ten cuidado con lo que dices, perdone jefe…suena el teléfono, puede que sea Gon.

martes, 4 de enero de 2011

Gon cambia de aires

229 En esta primera puesta en escena de 2011 me siento como gallina en corral ajeno, ¿y eso por qué Alba?, porque te marchas a la otra casa, de D. José no sé apenas nada y qué decir de su nieta y con el resto de personal ya sabes que no cruzamos muchas palabras ¿qué va a ser ahora de mí?, ya encontraras a quien contarle tus penas, no te preocupes, además esto no creo que sea por mucho tiempo, ¡ya!, eso nos dijo el jefe cuando recalamos aquí de Bublelandia y nos hemos comido las uvas ya un par de veces, pero y la satisfacción del deber cumplido, ¿es que acaso eso no es nada Alba?,`además ya sabes que el trabajo se acumula en Megustaescribir y primero está la obligación y...¡y luego la devoción1...eso ya me lo sé Gon, pero no tendré con quien pelearme, pues llámame por teléfono, me reñirá D. José, pues mándame emilios, no podrás atenderlos, ¡joder Alba!, vaya tela como has comenzado el año, no te lo he dicho ¿con quien voy a tener yo estas disputas?, oye, ¿por qué no me cuentas mejor quién es esa persona que nos ha dejado su rostro en el pasillo?, Esteban Casas, ¿y?, pues eso Gon, ya te lo he dicho Esteban Ca...¡eso ya lo sé!, pero no me refiero a eso ¿quién es?¿a qué se dedica?¿de dónde es?¡¡cuéntame algo!!, tú lo que eres es un cotilla, ahora que te marchas quieres estar al tanto de lo que pasa por aquí, pues de eso nada, si quieres saber más, haz lo que yo...entérate, lee y busca por interné que ahí está su página, anda cariño, menos mal que me voy, que si no menudo panorama me esperaba este año, ¡ya tendrán cuidado los de Megustaescribir para aguantarte!, no quiero seguir por ahí Alba, que parecemos una pareja venida a menos, está bien Gon...perdona, es que no sé como decirte adiós, no será adiós será hasta pronto, eso espero ¡dame un abrazo!