martes, 28 de septiembre de 2010

Nuevos aires

208 Vaya la que se ha organizado en poco tiempo Gon, ¿te refieres a la huelga?, ¡anda ya!, me refiero a la llegada a nuestra casa de la gente, cuéntame, te cuento: por una parte la amiga Carmen nos ha hecho llegar otro vencejo, que ya veremos lo que vuela, no está mal, juansoseboca, deja la foto pero no deja ni una mala dirección donde poder dirigirnos, creo que lo tengo localizado Alba, ¿no me digas?, te digo ¡sigue!, y el más curioso de nuestros nuevos vecinos es un tal */3r!ch/*, al que llamaremos Pepe o de lo contrario vamos a terminar majaretas, ¿aún no lo estamos?, en cierta medida sí, pero aún no he terminado de contarte las últimas novedades, ¿aún hay más?, pues sí y estas mucho más agradables, ¡ha vuelto Fernando!, ¡fantástico Alba!, ¿habrá terminado ya su último libro?, espero que nos lo cuente, pero esto me ha dado un subidón que ya sólo falta que se deje caer por aquí, nuestra querida…¡¡calla Alba!!, no lo digas, dejémoslo en suspenso, que como entremos en racha, veremos quien nos para, y otra cosa, ¡todavía más!, todavía más Gon: sé de buena tinta, que el jefe está en negociaciones con alguien apellidado Michel para no sé qué asunto de enlaces, ¡por fin!, ahora si que respiramos auténtico sabor a blogueros y no todas esas zarandajas en las que hemos estado ocupado en los últimos tiempos, pero ¿no me dirás que no ha quedado bonita la fachada?, eso es lo que menos me preocupa Alba, lo importante es el contenido no el continente, vale, vale, pero si conseguimos la dos cosas, yo, a mis relatos, de acuerdo Gon, por ahora ahí lo dejamos, tampoco conviene pasarse.

viernes, 24 de septiembre de 2010

¡Vaya con el lunes!, Dos.


207 Al final va a tener razón D. José, por algo es el jefe Alba, no lo olvides, parece que estamos pasando por una etapa donde nuestros ilustres vecinos se han quedado mudos, y lo extraño de este asunto, Alba, es que llegan, nos dejan su tarjeta de visita – como ha hecho Arlene Rodríguez - , pero no dicen ni mú, ¿ni qué?, ni mú, es un dicho, ¡ya!, a lo que íbamos, charlando con el jefe de esto mismo hemos llegado a la conclusión de que el peso de Fernando, Izaskun y Nora se ha dejado notar, es lo que pasa cuando una mesa se asienta sobre tres patas, que como le falle una…adios mesa, así es Gon, pero seamos optimistas ¿sabes lo que me ha dicho un pajarito?, ¿qué?, pues que el artículo que colgamos, hace cerca de un año, bajo el título de ¡vaya con el lunes!, en lo más visitado de nuestra casa ¿qué tendrá ese lunes?, no lo sé, y otra sorpresa Gon, ¡ah sí! ¿cuál?, Nora sigue ahí, ¿qué quieres decir?, pues que ese mismo pajarito me ha indicado que ella y Miguel Angel son los que más nos visitan, al margen de otra gente que sabe dios de donde saldrán, ¿te habrás alegrado, no?, claro ya sabes…otra cosa Gon ¿terminaste “La montaña mágica”?, así es, ¿y qué?, demasiado larga para mi gusto, ¿un tostón?, no diría eso, pero es que no puedo resistir la tentación de las comparaciones, y como estoy leyendo a Monterroso, es que no tiene nada que ver, a eso voy Alba, esas novelas que se dicen tantas cosas y se tocan tantos temas en uno, son más bien tratados filosóficos, puede que tenga algo de razón Gon, a mí me llama mucho la atención, por ejemplo,que la protagonista femenina, termine diluida antes de llegar al final, como si no hubiese existido, ese es un detalle, tiene otros, lo cual no quiere decir que no merezca la pena su lectura, no es eso, pero es por buscarle las cosquillas más que nada, como nos las va a buscar a nosotros D. José como no dejemos la charla, ¡anda, vámonos que ya está bien por hoy!


lunes, 20 de septiembre de 2010

Operación jazmín (2)

206 Veo al jefe cabizbajo, Gon, se ve que las cosas no andan muy boyantes, ¿qué traes hoy?, qué va a ser Alba, seguimos con la operación jazmín…
OPERACIÓN JAZMÍN (2)
Mi otro vecino el del A, el señor que está más pendiente de todas las cosas del bloque, me dice que a lo mejor es buen momento para decirles a los policías lo que no encontramos el otro día con esas marcas en la pared, que según dicen la hacen los rumanos para indicarse unos a otros las casas que pueden ser interesantes de ser limpiadas. A mi me parece una exageración, yo desde luego no seré quien salga ahí fuera a plantear nada, como si esto fuese una cuestación para recabar sospechas de robo, intuición de malos tratos, o peligro de escape de gas; esto es algo más serio, sí ya se ve que no dejan de pasearse de un lado a otro. En fin, que no lo pienso más y allá que me voy, ¿Pero? Si mi intención era bajar a la calle ¿qué hago subiendo la escalera? ¡Ay Díos mío que esto comienza a oler mal! Lo cierto es que me ha entrado el gusanillo morboso de ver desde la azotea todo el espectáculo, porque desde allí la vista es más panorámica que en mi ventana. Como siempre me leeré el cartel que puso el verano pasado mi vecino el del A, el señor que se ocupa de todo. Mira que ponerse a hacer barbacoas en la azotea, si es que estos inmigrantes, a veces tienen cosas de indígenas. Me da la impresión de que no voy a estar solo contemplando el numerito de las luces azuladas, aquí hay más gente, porque la puerta está abierta y normalmente siempre está cerrada y en efecto allí está el vecino del 2ºB, que siempre me da los buenos días, aunque sea de noche, yo le sigo la corriente, total a mi que más me da si yo sé el día que vivo, la criatura tendrá algún tipo de trastorno y se ha quedado en el bueno días, debe ser cosa de la jubilación, creo yo, es que ahora con esto de jubilarse a tan temprana edad, da tiempo hasta de que se te vaya la cabeza cuando menos te lo esperas, porque el hombre no parece tan mayor. ¡Oye!, pero si se está yendo a la azotea del bloque 14: ¡Oiga, buenos días!
— ¿Hola vecino? Venga conmigo que voy a hacer una visita.
Me asomo con disimulo al filo de la calle y veo el montaje tal y como me imaginaba desde una perspectiva aérea. No me da tiempo a los detalles, porque mi vecino está empeñado en que le acompañe en sus andanzas gatunas. Cambiamos de bloque y comenzamos a bajar la escalera hasta la tercera planta, donde nos espera en la puerta del 3C, una señora bastante entrada en carnes, que con una sonrisa voluptuosa nos invita a que entremos en su casa. Más cortado que una poda otoñal, sigo a mi vecino y a la tal señora hasta el balcón terraza. ¿Por qué no tendré yo terraza en mi piso, si yo también soy un C? Tendré que preguntárselo a la parienta cuando vuelva del cortinglés. ¿A ver que nos quiere enseñar la dama, pero si desde allí arriba era donde se veía todo con más claridad? Debe ser cosa de los kilos, mi vecino está canijo, pero la señora del bloque 14 está que no entra en báscula ¡que brazos! Mejor será que deje de ser criticón y me asome al exterior porque del salón y la cocina no quiero ni fijarme en detalles, ¡cuanta horteridad! Que me pelen el bigote si no es cierto lo que estoy viendo: ¿Dónde están los policías? ¿Y la grúa? ¿Y la movida que hace un segundo acabo de ver desde la azotea? Me voy corriendo antes que me vuelva loco, por mi madre de mi alma, que no es posible que haya desaparecido todo en tan poco tiempo. ¡Y no ha desaparecido! Allí está el de la furgoneta y la jefa de la coleta y el de la moto y éste es el bloque 13, porque acabo de cambiar de azotea y estoy mirando en la misma dirección que desde el balcón de la gorda, porque el contenedor de papeles medio quemado lo he visto también desde allí y la Mercería Toñi y juraría que hasta ese señor del bañador floreado. Ya estoy otra vez con mi vecino y sus amigos porque esto lo tengo yo que aclarar antes que llegue mi parienta. ¿Pero porqué se comunicarán por la azotea si al fin y al cabo hay que subir y bajar los mismos escalones? Míralos, ahí siguen charlando, espero que no me hagan muchas preguntas, diré que me olvidé arriba cualquier cosa.
—Venga vecino, que se va a perder lo mejor.
Y lo mejor, según el criterio de mi vecino, es contemplar como unos mozalbetes colocan una papelera boca abajo en lo alto del contenedor semiquemado, y la hacen ascender como un cohete a base de prender petardos en su interior. Casi no doy crédito a mis ojos, ni un solo policía, ni una solo luz azulada, ni nada que se parezca a lo que veía desde mi piso o lo que acabo de ver desde la azotea del bloque 13, que está pegada a la azotea del bloque 14. Es la misma calle, no me cabe duda, no llevo mucho tiempo en la zona pero soy bastante espabilado para darme cuenta que no estoy soñando, que veo lo que veo, que el escenario es el mismo pero los personajes son distintos, o al menos la trama lo es. Seguro que si miro desde esta azotea veré el numerito de fuegos artificiales y si me voy a la mía, allí estarán los policías. Y no quiero ni plantearme que panorámica ofrecerá el bloque 12, al que también se puede acceder fácilmente desde el 13. ¿Tendrá entrada libre mi vecino? ¡Ya puestos más vale estar al tanto de todo lo que ocurra! Será mejor que les siga la corriente y no diga nada, porque me da la impresión que tendré que ser yo mismo quien descubra el misterio de lo que aquí esté pasando. La misma calle, los mismos árboles, los mismos escaparates...tendré que saltar al bloque 12 a buscar la solución a este misterio. A ver si mi vecino se decide a dar por terminada la visita. No les quiero entrar al trapo de la conversación que se traen entre manos, a ver si se aburren y nos vamos. Podría irme, pero si bajo a la calle puedo perderme la oportunidad de indagar en este misterio y andar haciendo el gato en solitario, no me parece oportuno si me descubren, así que aguantaré. Ya parece que la gorda tiene ganas de despedida, espero que mi vecino vuelva por el mismo camino y no se le ocurra otro cambio, porque entonces si que me las tendré que apañar en solitario. Esta mujer le está haciendo gestos a alguien de ahí abajo, un tipo rubio de coleta y brazos de legionario, ¡ah ya!, debe ser su marido o algo por el estilo, ya los he visto otras veces juntos ¡que despistado soy! Claro si está a la espera de recoger al niño, que era uno de los que tiraban petarditos. Mi vecino me mira, así que eso quiere decir algo y espero que ese algo sea que nos vamos, porque como se enrolle ahora con el rubiales, yo me abro, que estoy ya que no vivo. Me vuelve a mirar y dice:
— ¿Nos vamos?
—Lo que usted diga, vecino.
Por fin estamos de nuevo en la azotea del bloque 13, miro como sin querer la calle y allí sigue todo el despliegue policial, y por supuesto ni rastro de la pandilla de los petardos. Mejor será que no me pare a pensar, o terminaré haciendo el pino en el filo de la cornisa. Veamos las intenciones de mi vecino, si vuelve escaleras abajo o se le ocurre alguna que otra feliz idea. Parece buena gente, pero no le quiero comentar nada de lo que estoy viendo, porque lo del saludo no me da buena espina, y hasta que yo no tenga más claro que pasa aquí, mejor será que me calle y siga observando. Me está contando una historia bastante triste con relación a la señora que acabamos de visitar, a sus kilos y a esa criatura que tiene por hijo, que no sabe ya que hacer con él, pero yo apenas salgo de si seguirle o no seguirle la corriente, porque la mente no la tengo más que en lo que tengo, ahora me gustaría dar el salto a la azotea del bloque 12, a ver si aclaro este embrollo. Él sigue charla que te charla, me pregunta la hora, se la digo y por fin dice lo que estaba deseando escuchar:
—Venga usted conmigo que vamos a visitar a un amigo.
Y de la misma forma que saltamos al bloque 14, ahora lo hacemos al 12, pero en esta ocasión nos encontramos con que la puerta de acceso a las plantas está cerrada, momento que yo aprovecho para de forma disimulada asomarme al filo de la pared exterior, pero la voz de mi vecino me sorprende una vez más invitándome a seguirle sin que pueda comprobar en que escenario me encontraba, o si este bloque tiene otra vista distinta a los dos anteriores, a pesar de que están correlativos los tres y me asomo siempre a la misma calle. Por ahora sigo con la intriga, porque las artimañas de mi vecino son infinitas y ha conseguido abrir la puerta merced a un artilugio que llevaba en el bolsillo, una especie de alambre curvo, terminado en círculo que ha introducido por una pequeña ranura y con un movimiento de muñeca ha enganchado el pestillo y la puerta se ha abierto. ¡Madre mía de mi alma! No sé por donde empezaré cuando tenga que contarle todo esto a la parienta. En fin, de nuevo escaleras abajo, a ver ahora a donde me lleva este individuo al que apenas conozco, con el que tan sólo he cruzado unos cuantos saludos y algunas frases sueltas relativas al estado del tiempo, con lo tranquilo que estaba yo en mi casa escribiendo en el ordenador, y escuchando al pacoibañez en la radio, pero claro hacía tanto calor, la ventana estaba abierta para que entrase algo de aire y no tuve más remedio que enterarme del murmullo de la calle y asomarme a ver que pasaba.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Palabras claves de búsqueda

205 Según nos contaba el otro día el amigo Miguel Angel, es curioso observar cuales son las palabras claves de búsqueda de nuestra casa, ¿y cuales son Alba?, ¡te vas a quedar de piedra!, ¡vamos cuenta!, voy: por supuesto la que más aparece es Arruillo, que para algo la tenemos puesta con letras bien grandes en el bloque, pero luego ¡asómbrate!, aparece “caza de letras”, ¿y eso qué es?, no tengo ni idea Gon, pero supongo que será porque habremos utilizado esas palabras a menudo, ¡otra!, “mesar el pelo”, esa si me la sé Alba, ¿si?, sí, porque estuvimos un día discutiendo sobre el significado de mesar, que no era acariciar, así es Alba, sino todo lo contrario, ¡ah!, ahí llevas otra: "nerea perianes", bueno Alba, esa no tiene ninguna duda…la nietísima, ¡ya! ¿pero por qué perianes?, yo que sé, será algún apellido famoso, yo lo he puesto en google y me remite a un album de fotos, pues eso ¡qué más!, sigo: “separaciones matrimoniales”, ¡anda la osa!, eso si que es una buena propuesta, a lo mejor nos va mejor que con esto de las letras, se lo propondremos a D. José ¿no te parece?, pues no, Gon, no me parece, yo estoy muy a gusto con mi trabajo, no me interesa dedicarme a esos asuntos, anda sigue, sigo: “g”, ¿cómo dices?, lo que has oído “g”, así sin más ni más, lo tengo claro Alba, es la ge de Gon, ¿y por qué no sale la “a” de Alba?, ¡yo que sé!, porque es más corriente, digo yo, además también puede que sea por lo del punto “g” ¡ja,ja,ja!, pues no te rías porque agárrate con las que vienen ahora: “chica 16 años, follada” y “se la folla en la consulta del marido”, ¡la madre…! ¡ostias!, en lo que hemos caído Alba ¿eso lo sabe el jefe?, espero que no, sino es posible que acabemos con lo de las separaciones matrimoniales, pero nosotros no tenemos nada que ver, Gon, es cosa de los internautas que escogen unos caminos muy raros para dar con nosotros, ¡joder, que viene el jefe!...lo que te decía Gon ¡qué buen partido vimos anoche!

lunes, 13 de septiembre de 2010

La montaña mágica

204 Antinoo ha llegado a nosotros con buenos principios, ¿por qué los dices Alba?, porque no solo ha dejado su foto, sino que además se ha mostrado interesado en la continuación de la historia que colgamos el viernes, eso ya está mejor, porque llevamos una racha en los últimos tiempos, que ¡ya,ya!, no te preocupes Gon, que todo tiene arreglo, tú sigue trabajando que ya verás, y si no ya se encargará el jefe de recordar cual es mi cometido, ¿oye Gon, cuando empieza el senderismo?, ya ha comenzado, ¡yaaaa!, así es, a ver si te paso luego las salidas de este mes, es que todavía hace mucho calor ,Gon, no me empieces con excusas, que esta temporada tienes que intentarlo, lo haré amigo del alma, lo haré…me he quedado sin playa, pues eso que no hay mal que por bien no venga, es que a mí la playa me gusta mucho, lo entiendo Alba, pero teta y sopa…¡Gon, ya está bien de refranes!, no te enfades, que se te suben los colores, hablemos de otra cosa ¿qué tal Neruda?, bien, muy bien, mejor que la madera de boj, ¿no te ha gustado D. Camilo?, en líneas generales, no, y creo que en la contraportada se han pasado con la calificación que le dan al libro, ¿qué es?, “una de las mejores obras del siglo XX”, no hay argumento, tan sólo una retahíla de sucesos y refranes sin orden ni concierto, ¡qué quieres que te diga!, está bien Alba, cada cual tiene su opinión, pues a mí la montaña mágica si que me está gustando, muy pesado ¿no?, como eran las publicaciones de la época, ya lo hemos comentado otras veces, pero el trasfondo es enorme, no me cabe duda Gon, pero es que la lectura se hace eterna , eso es porque tú estás más pendiente del desarrollo de la historia, que de los asuntos que se tratan, no sé que decirte Gon, yo creo que no hacen falta tantas palabras para…para…¿para qué Alba?, ves cómo has dudado, es que hoy día queremos que vaya todo demasiado deprisa, ¡Gon! cada día te pareces más al jefe hablando, eso te lo tendría que decir yo a ti, pues ya ves el mundo al revés Gon, el mundo al revés.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Operación jazmín (1)

203 Aunque el verano aún no ha terminado, tendremos que seguir nuestro sino Gon, y le daremos las gracias a Mariano Magnífico por su visita, ni que decir tiene ¿qué nos traes hoy?,una de intriga, ¡ah!






OPERACIÓN JAZMÍN (1)

Una tarde tormentosa del mes de Mayo me encuentro mirando por la ventana de mi habitación las distintas formaciones de nubes, tratando de darle una explicación lógica al tremendo calor de Sevilla, cuando observo un movimiento desacostumbrado en la calle ,de coches de policía que distraen mi mente. Cualquier tarde de este maldito mes que llevamos sufrido es más que distraído si permaneces un rato mirando por la ventana, pero lo de hoy no es normal, aquí se ve mucho movimiento de gente con uniforme y walkitalkis con ronquera. Comienzo a olvidarme de mis experimentos caseros para solucionar los rigores del mes, y me fijo en el movimiento de gente para ver que se guisa en la calle que tengo tan próxima; me dan ganas de ponerme un pantalón y salir a dar una vuelta, porque la curiosidad me corroe, pero me reprimo porque tengo ciertas dudas sobre si seré bien recibido. ¿Pero qué digo? Pues no que parece que ando por el mundo indocumentado. ¿Qué me iba a pasar a mí? Este es un país libre y como ciudadano puedo pasear por la calle, salir y entrar de mi bloque, encender y apagar la luz de la escalera, bajar la basura o irme a tomar una copa en el bar. ¿Quién me va a impedir a mí eso? Puede tratarse de una operación de esas que llaman de limpieza, que tanto salen en los periódicos y que luego la bautizan como operación tal y operación cual, pero a mí eso que me importa. Distinto es si pensamos en mi vecino de al lado, él sabrá los líos en los que ande metido, que yo lo veo entrar y salir con maletas; eso sí de tarde en tarde, puede que sea viajante la criatura ¿porqué no? A mi no me da lata ninguna, y en el poco tiempo que llevo por aquí, lo único que hace de vez en cuando es un ruido en la pared del comedor, como si estuviese atornillando o desatornillando algo, a la altura de la toma de la televisión, que cualquier día me da la impresión que va a aparecer la punta de la herramienta por mi pared. ¿A lo mejor desconfía de los bancos, y resulta que tiene allí guardado sus ahorrillos? Vaya usted a saber, hoy día hay gente tan rara por ahí, aunque yo nunca he llegado a verles la cara, tan sólo puedo hablar de las maletas, que esas si que las he visto, y la verdad no me parecen nada sospechosas. Al margen de esta familia, cuyos movimientos desconozco, no observo en el bloque ningún otro asunto que pudiera ser como para estar preocupados, y como además yo sé que tampoco estoy metido en ningún lío, no tengo porque sentir desasosiego por el montaje de la calle, por muchas luces azules que se reflejen en los escaparates, no me parece más que un circo el espectáculo reinante. Además todo parece indicar que gira en torno al tráfico, porque fijándome bien, a quienes están parando es a los vehículos que circulan por la calzada, lo mismo da que se trate de una moto como de un camión de transporte. ¿Qué buscarán? Cada vez me reprimo menos las ganas de bajar al ruedo para ver el espectáculo de cerca, como me corroe la curiosidad.
Mira la policía aquella de la coleta, con el walki en una mano y con la otra diciendo pa cá y pa llá, parece una jefecilla: ya me lo decía mi parienta “el día que subamos las mujeres al poder, os vais a enterar los machos”. Ya nos estamos enterando: yo aquí comiéndome la moral con la incertidumbre de esta operación jazmín, o como quiera que se llame, y ella en el cortinglés empapándose de las últimas novedades, total para ponerme los mismos pantalones cada vez que rebusco en el armario. Yo estoy seguro que aquí pasa algo, porque a esos dos de la furgoneta los tienen pregunta que te pregunta, desde hace media hora y la de la coleta no deja de gesticular con los brazos. Hay policías con toda clase de uniformes. ¿Irá a pasar el rey por aquí en una visita a los barrios? ¿Quién sabe? Como esas cosas son siempre de sorpresa. Pero a mí me da que aquí pasa algo gordo, de terrorismo, drogas o trata de negras, porque esta movida no se ve muy a menudo, o a lo mejor nos hemos venido a vivir al barrio donde hacen las prácticas los polis de academia.
Tengo que terminar el trabajo que tengo en el ordenador, pero es que cuesta lo suyo separarse de la ventana: ahí están todavía los de la furgoneta, y un poco más adelante tienen parados a dos motoristas, que me da la impresión que van a tener que dejar las motos en prenda. Menudo lío; claro, la gente llega a la rotonda y cuando pretenden tomar la avenida, ahí se encuentran con el filtro, que no deja pasar ni una y a doscientos o trescientos metros, que yo con estas cosas me lío mucho, otro control para detener a los que vienen en sentido contrario. El que lleve prisa que se vaya olvidando de llegar temprano a donde quiera que fuere, porque aquí entre unas cosas y otras se le va un tiempecito. Además, ahora que me fijo, allá más lejos en la avenida tienen colocado otro vehículo policial, que impide al que llega hacer ninguna maniobra de retroceso y los que se incorporan por las calles adyacentes caen todos. Pues si que se lo tienen bien montado, estoy por llamar a la parienta para que no se asuste al llegar, porque esto va para largo, desde luego el que estuviese aburrido en su casa y no tuviera otra cosa que hacer – que no es mi caso -, se lo están pasando bomba con el espectáculo ¡que entretenido! Aunque me imagino que en más de un piso estarán temblando, por si llaman al timbre, como no se sabe qué buscan y por aquí hay tanta gente sin papeles, supongo que estarán rezando para que acabe pronto la movida. Ellos si que lo tienen difícil, porque salir a la calle para escapar puede complicar las cosas, y esperar a que pase la tormenta puede resultar un infierno. Los líos de los papeles, pero ¿qué van a hacer las criaturas si no tienen otra forma de ganarse la vida? ¿A quién le va a gustar marcharse tan lejos? Nosotros tuvimos que emigrar en su día, pero la mayoría nos fuimos cerquita: el Norte, Francia, Alemania y además con los papeles en regla. Ahora cogen a cualquiera ahí en la calle, o en un piso, sin documentar y ya tenemos el follón. Detener, detener, parece que no detienen a nadie, es cosa más de papeles que estén en regla, porque la grúa sí que está trabajando y ha cargado ya con un coche y unas cuantas motos, yo no sé como puede andar la gente tan tranquila por ahí de esa forma, pero si se vive más tranquilo teniendo los papeles arreglados, pero claro, también hay quien dice que, hasta donde vamos a llegar con tantos requisitos, que se lleva uno toda la vida fichando. Ya me estoy poniendo nervioso con tanto movimiento policial, yo voy a colocarme algo por encima y estoy en la calle empapándome de lo que pasa, que me voy a tener que comer las uñas, yo que nunca me los como. Eso sí, aquí al menos, en este bloque no se está escuchando nada raro, debe ser por otro sitio o a lo mejor es cosa sólo relacionada con el tráfico.
.../...Continuará

lunes, 6 de septiembre de 2010

El camino


202 Ahora me parece un buen momento para que me cuentes algo más de tu experiencia de peregrino, como quieras Alba ¿en qué quieres que me centre?, pues cuéntame de todo un poco, ya sabes que como nos pasemos de veinte líneas, esto no hay quien se lo trague, ¿eso de andar con carretas camino de Santiago, como es?, para la gente que llevamos en las venas el tintineo de las campanillas, el crujir de las ruedas en su constante avance, el cabeceo de la mula tirando sin parar…una retrospectiva a la niñez, donde los obstáculos no existían, ¡ya! ¿y para el resto del personal?, había de todo Alba, hay quien se embarca en estas aventuras por fe, quien lo hace por deporte, quien se inscribe para entablar nuevas relaciones y quien se apunta a un bombardeo, ¿dónde y cómo dormíais tanta gente?, ya te digo de paso que la organización ha sido perfecta, para conseguir que todo un ejercito de personas, animales, carros e intendencia se moviesen cada día, no es nada fácil, lo digo porque algo entiendo de esto, ¡ya!, lo de dormir, te explico: llegábamos a los polideportivos y cada cual buscaba el mejor rincón que podía para extender su saco de dormir, los veinticinco kilómetros de media por jornada, no daban para muchos miramientos, nos duchábamos, cenábamos y a dormirse sin tener en cuenta la intensidad de los ronquidos, a la mañana siguiente como nuevos, ¿al llegar a los pueblos no se asustaban?, están acostumbrados, no obstante aquello era espectacular, nos recibían con música de muñeiras, con bailes regionales, con voltear de campanas y hasta con cohetes, en ese momento…se acababa cansancio y todavía restaba algo de fuerza para marcarse un baile, ¡qué movida!, es para vivirla Alba, no me cabe la menor duda, me alegro por ti, que te veo con un brillo en los ojos algo especial y vámonos ya, que al final nos van a llamar la atención

jueves, 2 de septiembre de 2010

Buen comienzo


201 Qué cosas más bonitas nos ha dicho María Adriana ¿verdad Gon?, y que lo digas Alba, además dice que está leyendo sin parar, así que puede que pronto tengamos nuevas noticias de ella, y su blog es potentísimo ¡qué manera de lanzar escritos!, la verdad es que tiene donde elegir, oye ¡y que alegría!, dos fotos nuevas en nuestro pasillo, así es Gon, empezamos el mes de septiembre con buen pie, lo que hace falta ahora es que el personal hable, ya sabes aquello de que “un blog se alimenta de tus…”, de eso no me hables, que estoy loco con la nueva estructura de la casa, D. José no tiene otra cosa que pensar que en mandarnos a hacer reformas, como si no tuviésemos bastante trabajo, no te quejes Gon, que al final estarás agradecido, pero…todavía no me has dicho quienes son los nuevos vecinos, ¡ah, si perdona!, se trata de un brasileño, del que solo se el nombre de su blog y de un cacereño, Manolo de la Cruz pues nada Gon, les damos la bienvenida y esperamos que se de una buena comunicación entre las partes, otra cosa ¿que te parece la marcha de la roja?, que me va a parecer Alba, que está algo desteñida, como no espabile pronto me los veo ya mismo en el aeropuerto con las caras desencajadas, tengo algo más de fe Gon, son los campeones del mundo, es que Pau pesa mucho en este equipo, en eso tienes razón, pero hay que seguir confiando, ¡oye! ¿y la tertulia qué tal?, yo no pude asistir ayer, muy bien Alba, veo a la gente con ganas, hemos retomado el asunto Doña Concha, ¡otra vez!, sois cansinos ¿eh?, ¡ya! Pero esta vez se va resolver pronto porque para el día once tiene que estar en su destino, ¡menos mal! ¿oye, qué hora es?, no lo se, el reloj creo que está parado, y nosotros aquí de palique, como venga el jefe nos cruje, ¡hasta luego!