lunes, 26 de junio de 2023

X Encuentro Internacional de Poesía de Úbeda


 

Un año más ha tenido lugar el Encuentro Internacional de Poesía de Úbeda. En esta ocasión se trata de la X Edición.
Entre el nutrido grupo de representantes que hemos participado traigo en esta ocasión a
REGLA HIDALGO, poeta de Sevilla.

Breve curriculo

Colaboradora en radio.

Participante en encuentros poéticos, revistas y antologías virtuales y físicas, tanto en España como en Hispanoamérica. Con reconocimientos y diplomas por su colaboración.

Entrevistada en 8TV Jerez, Sanlúcar TV y diversas emisoras radiofónicas.

Participante en la Primera Feria Virtual del Libro España debido al Covid-19.

Organizando recitales en su ciudad natal para fomentar la unión poética.

Con tres poemarios: “Despertares”, “Entre los lazos del tiempo”, “Una ola en el recuerdo” y uno inédito: “El valle del olvido”.

Regla Hidalgo transmite en sus versos todo aquello nacido corazón para intentar hacer de esta tierra un mundo mejor.

EMPEÑOS

Ya no quedan días, apresúrate.
Dilúyete en las nubes con ternura
que amarren las estrellas tu amargura
y en inmensas constelaciones, mírate.

Pues soles borrarán tu sombra mate
con un crepúsculo suave que augura
a la nueva vida que te apresura
leyenda de un vasto tiempo. Ventúrate

y navega con arpegios risueños,
veloz, por la alegría a lo pasado.
Con prisa, olvidando malos sueños

por todo el sufrimiento ya cansado.
Un nuevo año te llama a tus empeños.
Añorado por todos, y deseado…

sábado, 24 de junio de 2023

Prólogo de Bajo la luz de mi plaza Otoño/Invierno

 



PRÓLOGO

 

“Las ciudades son un conjunto de muchas cosas: 

memoriasdeseos, signos de un lenguaje;

son lugares de trueque, como explican

todos los libros de historia de la economía,

pero estos trueques no lo son solo

de mercancías, son también trueques

de palabras, de deseos, de recuerdos.”

Italo Calvino

 

“La mayor parte de la gente

en la ciudad corre tanto,

que no tiene tiempo de mirar flores.

Yo deseo que las miren, lo quieran o no.”

Georgia O'Keeffe

 

De nuevo nos encontramos paseando, amigas y amigos, bajo la luz clara del farol de una plaza, un farol que remueve las conciencias, ilumina los sueños y desnuda las almas. Ni más ni menos. Una plaza, microcosmos dentro del universo de la ciudad, repleta de vecinos, de niños y niñas que juegan a ser hombres y mujeres más o menos de provecho; pero también de adultos que quisieran darle marcha atrás al reloj de la existencia a fin de retornar a una infancia de inocentes engaños, o bien a aquella juventud ─eterno divino tesoro─ del primer amor verdadero.

José Rodríguez Infante, el escritor de Paymogo y Sevilla, ciudadano del mundo y sus márgenes, publica nuevamente un libro de historias ─el cuarto de este género y el octavo en el cómputo total de sus obras─. Se presenta como una segunda parte de aquella selección de relatos breves titulada asimismo Bajo la luz de mi plaza, que fuera publicada en 2020 y presentada un año después. Aunque el espíritu es el mismo, estos catorce relatos, ni individualmente ni en conjunto, son una continuación de aquellas narraciones anteriores. El mosaico ofrecido en aquel libro se ve enriquecido en este con nuevas anécdotas y otros personajes, representantes de esa infinita naturaleza humana que tan bien conoce el autor. Y es que, bajo su aspecto de mitad venerable eremita, mitad avispado chaval de aviesas intenciones, se esconde un agudo observador de este desconcertante mundo que nunca ha dejado de sorprenderle. Estas historias, aunque suyas, son sobre todo de los demás; por ello podemos fácilmente sentirnos identificados en lo más íntimo y profundo de nosotros mismos con los seres de ese entorno recreado por su narrador.

Con un lenguaje familiar y un estilo sencillo y directo, sirviéndose de un uso del diálogo vivaz y dinámico, construye este demiurgo, artesano creador de múltiples escenarios en uno, unos argumentos lúcidos y extrañamente coherentes. No podemos hablar de que exista tras ellos una moraleja, pero sí una invitación a la reflexión sobre aquello en que nos hemos convertido los seres humanos de hoy, o podemos llegar a convertirnos si renunciamos a la memoria, a las ilusiones, a ocuparnos y a preocuparnos los unos de los otros…

Como un Pigmalión enamorado de su obra, el autor dibuja, con parcas descripciones, a un coro de personajes que interactúan y se autodefinen a través de sus propios lenguajes. Se trata de seres muy humanos, que no caen en la caricatura fácil o la degradación. La ironía del escritor y su fino sentido del humor los hacen entrañablemente cotidianos. Con toda la dignidad del mundo entrelazan sus vidas sin querer, resultando a veces el balance de esa relación no buscada impredecible, pero siempre provechoso. Es como un álbum de fotos cuyos modelos se salieran del marco para representar una obra improvisada ante nosotros.

Rodríguez Infante edifica una nueva mitología a partir de historias dispares, en un maremágnum de intenciones aparentemente inapresables: hay relatos que tratan de amor, de redención, sobre recuerdos recobrados, acerca de seres que se unen y se separan, que luchan por sobrevivir... Sin embargo, con su lucidez de siempre, hace que al final todo cobre sentido y encaje; quizá porque en la vida también ocurra, o quizá porque el autor del libro lo desea… Al modo de aquel “Sócrates enloquecido”−en opinión del genial y circunspecto Platón−que era Diógenes de Sínope, el escritor nos lanza las verdades a la cara con la parsimonia y buena educación de un viejo profesor experimentado en la vida y en las vidas que se desenvuelven a su alrededor.

Se dice que aquel mismo Diógenes, también llamado el cínico, iba a pleno día por las calles con un candil encendido buscando a un hombre…

Sacad, amigas y amigos, vuestras propias conclusiones. Entretanto, sencillamente disfrutad, como yo he disfrutado, con la obra de este escritor que retrata la vida de los demás a la luz de un farol.

 

Tomás Sánchez Rubio

 

viernes, 16 de junio de 2023

Tu nombre


 

Tu nombre contiene un legado

que romperá el viento de Norte

cuando deseque mi garganta;

mientras tanto seré infatigable almuecín

que vigile tus pasos

desde lo alto de mi atalaya.

Un coro de palmas apaga

el tránsito de la avenida.

Yo me llamo Pep

por tu parvedad de palabras.

Huelo el desgarro de la pluma

patinando en el folio

y cada gota que derramo

de este sofocante septiembre

es como un sonoro quejío

que huye del pentagrama,

porque a pesar de mi corona,

el siervo soy yo.

Vine de la frontera

para conquistar el alcor,

comiste en mi mesa

y tornamos heridos

ahítos de tanto vida.

Mi aire no es tu aire,

más tu nombre lo dibuja una nube

que veo al mirar los vencejos

en sus infinitos círculos.

Ondas hertzianas se entrecruzan

para que los tordos me traigan

noticias de tu último vuelo.

                                                       

 

viernes, 9 de junio de 2023

Ignacio Aldecoa


 

Hago Una parada obligatoria en el País Vasco para encontrarme con un gran escritor de la literatura de posguerra: Ignacio Aldecoa.
De él he leído:

CUENTOS COMPLETOS Llegado por casualidad, Aldecoa ha sido un grato descubrimiento de un contador de historias español y no clásico. Un denso volumen de cuentos completos me ha servido para adentrarme en su literatura, que en líneas generales me gusta, aunque me parece algo repetitiva. He visto con claridad la necesidad de escribir relatando el día a día, las vivencias actuales; si en el futuro, alguien -como me ha ocurrido a mí-, tropieza con un autor desconocido, siempre tendrá el encanto de saber como era la vida en otros tiempos contada de manos de alguien que no está en los escaparates de las librerías. Buena lectura 

EL VIENTO DE SOLANO En su día vi la película, pero no recordaba bien ni el transcurso de la misma ni su final, así que ha sido una gozada dejarse llevar por Aldecoa, o más bien por Sebastián Vázquez –curiosa similitud con un conocido de su mismo nombre-, en esos días de Julio en los que discurre la acción.- Obra dialogada en el noventa por ciento, don preciosismo sin igual en las descripciones y con una carga de valores humanos en sus páginas que no es extrañar la buena valoración que tiene en los círculos literarios.- Magnífico. 

CUENTOS Las veinte ediciones de este libro que sacó a la luz Josefina Rodríguez dicen mucho de la trascendencia de los escritos de Aldecoa.- Dividido en cinco tramos: El trabajo, la guerra, la burguesía, los viejos y los niños y los seres libres, podemos encontrar toda una gama de relatos con los que el autor nos acerca a la realidad del momento.- En todos ellos predomina el diálogo por encima de todo, dentro de esa prosa sencilla que llega incluso a hacer uso de ciertos modismos de la época.- Percibo no obstante en esta selección de títulos cierto alejamiento del autor hacia el Sur, parece que no le caen demasiado bien la gente de esta parte de la geografía española, a veces cayendo en el tópico de la flojera y otras con ciertos remilgos al acercarse por aquí.- El último de los relatos, Ave del paraíso, es el que presenta rasgos distintos con respecto a los demás; es más largo y además está escrito en un tono diferente, poniendo un poco en entredicho a la gente bien, a la buena vida, al libertinaje.- Con todo ello estamos ante una buena muestra de la obra de Aldecoa, en la que no faltan sus referencias al mundo rural. 

GRAN SOL Con el diálogo como base Aldecoa construye una trama que discurre en alta mar. La relación entre sus personajes, las tareas de a bordo y la obediencia debida discurren página a página lo mismo que las olas chapotean en el casco del navío. La mano del autor refleja su bien hacer narrativo, con una pega, una única pega que para los neófitos del mar nos va hundiendo conforme avanzamos en su lectura. A mi entender hay demasiados términos técnicos, demasiada jerga marinera, que sin acotaciones a pie de página o sin apéndices explicativos me hace quedarme con la miel en los labios, con no poder saborear a gusto la lectura.- Gran Sol no es una historia, son muchas historias, la de cada personaje, pero no llego a confraternizar con ellos porque me falta el condimento de marinería necesario. La crudeza del mar, la muerte incluso están ahí, sin duda. Aldecoa es un gran narrador, lo sé, pero Gran Sol no llegó a empapar mis entrañas y eso que terminé de leer el libro a las orillas del mar Mediterráneo, en este caso en…El Rincón de la Victoria. 

LA TIERRA DE NADIE Y OTROS RELATOS La sencillez de la pluma de Ignacio Aldecoa hace que al encontrarnos con algunos de sus textos, nos metamos de inmediato en la historia. Se base es el diálogo. Parece como si sus personajes no tuviesen mejor cosa que hacer que hablar. Y en parte es así, porque los escenarios en los que se desenvuelven son míseros. Son gente que la mayor parte de las veces s tienen que buscar la vida como pueden, y malviven. Ellos hablan entre ellos y con nosotros, los lectores que acudimos a los textos de Aldecoa, buscando al ser humano que hay entre las páginas de sus cuentos. No es la primera vez que leo historias de Aldecoa, ni será la última, porque a pesar de la tragedia que significa el malvivir, en el fondo está el hombre y su manera de enfrentarse al destino que le tocó en suerte. Y eso es más enriquecedor, para mí como escritor y como persona a la que no pasan desapercibidos los acontecimientos de la vida real, del día a día. No todo son historias de pobres, también aparecen personajes a los que la vida les trató mejor, pero claro, esto se me antoja como mero contraste para poner a cada cual en su sitio. La España de colorines de la que ahora disfrutamos tuvo un antecedente en blanco y negro, y eso lo retrata a la perfección Ignacio Aldecoa.