martes, 10 de diciembre de 2013

Hombro con hombro

371 ¿Qué nos traes hoy, Gon?, como estuve de descanso me puse tierno, ¿qué nos traes, Gon?, ya voy, leche, déjame que salude a Stella y Aniquiladora, de paso dile algo también a Vero y a Trini, ¡ojú, Alba! ¡qué mañanita!... toma, anda, cuelga eso y déjame respirar, dame, mosqueón...

 Ella sale del portal con la bufanda al cuello y el portafolios sobre su pecho como protegiéndose de algo. La mirada lanzada al suelo mostrando el suave colorido que ha puesto en sus ojos. Él espera como cada día, una mano en la bicicleta y la otra dispuesta a encontrarse con el suave tacto de la amada. El portal es indiscreto y hasta volver la esquina no pondrá su brazo derecho sobre los hombros de ella, en la que se acurruca tímidamente tratando de mantener la compostura. Hablan suave, silabean, con la mano izquierda dirige el manillar de la bici, tratando de que los pedales no le den en la pantorrilla. La noche ha sido muy larga, como todas, y los ahorros van bien; ya queda menos para que se efectúe el sorteo de las viviendas, y con un poco de suerte y otro de promesas municipales, pueden conseguir que se acorten los plazos para ese ansiado momento. Mientras tanto ahí están cada mañana caminando hombro con hombro.
 

6 comentarios:

  1. Compartiendo, hombro con hombro, la cargas es menos pesada.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Como los novios de antes y los "sin casa" de ahora.

    Hombro con hombro hasta que el amor aguante.

    Abrazos

    ResponderEliminar
  3. jajajajaja
    Me doy por saludada, y además muy gratamente. Gracias!!
    Hermoso texto. Tan hermoso como ese sentir primerizo que enrojece entera la piel...

    Besos.

    ResponderEliminar
  4. Maestra la narración.

    ResponderEliminar

¿Y ahora qué? ¿No me vas a decir nada?