viernes, 6 de mayo de 2016

Cuando la luz no entre


Cuando la luz no entre
por mi ventana
y  los visillos yertos sean
pétreas imágenes, gritaré.
Y no oiré el lamento de los muebles
y  no llorarán las lámparas del techo.
Mi cama, pradera inhóspita de renos,
dormirá conmigo cada atardecer,
pediré iluminar la estancia
pero no hallaré el aroma
ni aquellos labios esparcidos
como mariposas inquietas
restregadas por las paredes.
El silbido del tiempo queriendo
penetrar
por la cristalera.
Sacaré los zapatos al balcón
y  los retiraré el cinco de enero.
Soy el cadáver de mi mismo
la radiografía velada por
una enfermedad inexistente.
Calló el chamarí que cantaba
en el óleo de mi cabecera
y  hasta se rompió aquel retrato
harto de soportar el mismo marco.
Papel de fumar que transpira
pasiones de otra celdilla
noches de insomnio. Lágrimas
secas que calan mi piel.
Sinfonía inacabada.
Tiembla mi brazo al cerrar
la carcomida puerta.

6 comentarios:

  1. Cada verso contiene una profunda emoción de esas que nos hace humanos.
    Inmenso.

    Abrazos

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    1. Gracias, Vero, por venir y dejar tu impresión sobre el poema.- Besos

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  2. Tan bello que se pueden derramar lágrimas leyendote

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    1. Hola Mucha: agradezco tus palabras, yo también me emociono.- Besos

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  3. Me ha encantado tu poema, JR, pero sobre todo la frase que recalco porque merece en mi opinión enmarcarla: "Lágrimas secan que calan mi piel". ¡Chapó, amigo!

    Un beso.

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    1. Gracias, María, por tus amables palabras. Me anima a seguir en la lucha.- Besos

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