sábado, 29 de agosto de 2020

Rojo, amarillo y...


 

El genio de Kafka nos llevó a quedarnos atónitos con su relato breve "Un artista del hambre". Esto me hizo reflexionar sobre esos otros artistas del hambre que llegaron a nuestros semáforos, aupados por las ongs que trataban de buscar salida al flujo incesante de inmigrantes que nos llegaban vía Estrecho. Así nació Michel, que con su eterna sonrisa de joven disciplinado se ganaba unos cuartos a pie de calle; hasta que se vio de frente con el destino que le tenía preparada una desafortunada sorpresa. El tiene otro color de piel, distinta a la de la mayoría de los ciudadanos que día a día pasan por esa rotonda, pero eso es lo de menos, porque en el fondo no es ni más ni menos que un ser humano sujeto a la deriva de los acontecimientos.  Constituye este el cuarto relato del libro Una parada obligatoria, que me permito aconsejarles su lectura.

J.R. Infante

1 comentario:

¿Y ahora qué? ¿No me vas a decir nada?