lunes, 30 de noviembre de 2020

Birulas

               Así comienza el relato Birulas, que se encuentra en el libro Bajo la luz de mi plaza

Al despertar se encontró junto a él a su hija, que dormitaba sentada en una butaca de escay con los pies encima de una silla. Miró a su alrededor: el gran ventanal por el que penetraba una luz intensa le resultaba desconocido, la fluorescencia del techo también y la cama sobre la que se hallaba postrado mucho más. En la mesita de noche, que hacía guardia a su derecha, reposaba una botella de agua, una bizcochada a medio comer, algunos clínex sueltos y diversas pastillas. Nada de aquello le era familiar, salvo su hija a la que reconoció de inmediato. Entornó los parpados, movió los dedos de las manos, luego los de los pies y en seguida trató de concentrarse en los sonidos que llegaban a sus oídos. Cuando alzó la vista, apenas se escuchaba nada: algunas voces en la lejanía, el tránsito de vehículos a motor muy debilitado y poco más. Le entró somnolencia. Al volver a abrir los ojos se topó con los de su hija, que de un salto se incorporó y se colocó junto a su almohada.

J.R. Infante

2 comentarios:

  1. Hola Arruillo, parece que el relato tenga algo de intriga.

    Abrazos.

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  2. Al menos es lo que he intentado. Gracias, Conchi, muy amable. Un abrazó

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