Aquel hombre fue declarado ciudadano del siglo: había conseguido inventar una lata de refrescos que se adhería a la mano una vez abierta, y no se liberaba hasta encontrarse dentro de un contenedor.

ÁRBOLES Y ARBOLEDAS SINGULARES DE ANDALUCÍA • SEVILLA
QUEJIGAR DE LA ABEJERA
Singularidad
El tamaño tan impresionante de los individuos que conforman el Quejigar de La Abejera es el motivo de singularidad más importante para esta formación. En un paraje eminentemente llano, la visión que se abarca de estos quejigos da idea de la
majestuosidad del conjunto.
El hecho de estar alineados en torno a una vía pecuaria añade además, como en otros casos, un carácter etnográfico importante.
Entre los más destacables hay que describir un quejigo con 29 metros de altura, cuyo perímetro de tronco supera los 3 metros a 1,30 del suelo. La copa presenta una forma oval como casi todos los observados aquí. En general suelen tener dos ramas maestras
que parten de la cruz y que conforman una copa cuyo aspecto es bilobulado, especialmente cuando aún no han brotado las hojas.
Caracterización
La vereda de San Nicolás del Puerto a Las Navas de la Concepción, en su tramo conocido como Mojón Blanco, es el escenario donde se ha desarrollado el Quejigar de la Abejera. A las espaldas de un paraje emblemático del parque natural, el Cerro del Hierro, los quejigos (Quercus faginea subsp. broteroi) forman una masa dispersa que abarca aproximadamente un kilómetro a uno y otro lado de la citada vía pecuaria. Junto al quejigar, existe una formación de melojos jóvenes inmersos en una jaral denso
compuesto básicamente
de jara pringosa (Cistus ladanifer).
Debido al uso ganadero de la zona, principalmente bovino, el paisaje es adehesado
y abunda el pastizal.
Recientemente se han llevado a cabo repoblaciones con robles melojos (Quercus pyrenaica). Entre los quejigos existen ejemplares que casi llegan a los 30 metros de altura, pero la media está en torno a los 20.
El suelo es arcilloso y sufre frecuentes encharcamientos en los meses de lluvia,
hecho favorecido por la escasez de pendiente.
LOCALIZACIÓN
Paraje: Los Navazos
Término municipal: Constantina
Espacio Natural Protegido: Parque Natural Sierra Norte de Sevilla
PROPIEDAD
Pública
ESPECIES INTEGRANTES
Quercus faginea subsp. Broteroi Quercus pyrenaica
EXTENSIÓN
16,5 ha
Así comienza el relato "El mundo nos espera", del libro Bajo la luz de mi plaza/Otoño-Invierno
Blanca trabaja de cajera en un supermercado, aunque a ella lo que de verdad le hubiese gustado es ser actriz. A su lado, Paco, realiza la misma función, sólo que él tiene otros proyectos en su cabeza: recorrer el mundo a los mandos de un viejo autocar reconvertido en vivienda.
Por las mañanas antes de entrar en el supermercado, desayunan juntos en el bar de la esquina y mientras devoran la tostada con aceite, miran por los cristales y contemplan el deambular de la gente, siempre con prisas para coger el autobús o cruzando el semáforo sin esperar su turno. Intercambian alguna mirada de connivencia y al final terminan fijándose en el parque infantil, solitario en tan tempranas horas. Se miran a los ojos y se fijan en sus respectivos uniformes, inmaculados, con la placa identificativa a la altura del corazón.
—A ver que nos espera hoy ⸺dice ella.
—Me temo que lo de siempre ⸺responde él.
Luego abandonan la cafetería y se mezclan con el resto de compañeros. Reciben las instrucciones del encargado del super y se disponen a llevar a cabo su tarea: Blanca comienza el día reponiendo las estanterías de los lácteos y Paco de primeras a la zona de cajas.
Ella, recuerda cuando todo este espacio lo ocupaban las butacas del cine, como eran sus paredes, las escalinatas que conducían al gallinero y aquella pantalla tan enorme en la que comenzó a fraguarse su ilusión de ser estrella del celuloide. Cada vez que salía de la sala, veía reforzada la idea de ser ella que un día transmitiría sensaciones a los espectadores.
Él fija su mirada en los extranjeros que entran en la tienda con indumentarias veraniegas ¡cuánto le gustaría ponerse en su lugar! Lleva cinco años ahorrando, sin un descanso en condiciones, con tal de poder embarcarse en alguna aventura lejos de tanto cemento y asfalto como le rodea. Tiene hablado con su cuñado para que le alquile la furgoneta del negocio familiar y reventarla a kilómetros. De vez en cuando algún cliente le sonríe y trata de sacarlo de su ostracismo, “Aquí estamos, señora”, “Ya ve usted, señor”.
.../...
Los personajes de La Casa deshabitada se mueven en
un ambiente doble: por una parte están todos los participantes en el Encuentro
de Escritores, capitaneados por Cayetano Nuñez —organizador del evento—con
Elisa Capa, Beatriz Chulía y Enrique Tobar como personajes más destacados en el
transcurso de la historia. Y por otro lado están Medardo Muriel —personaje
principal—, Quico Muriel, Isabel Muriel, Juanito Ponce y el Cabo Luís Merino
como personajes que forman parte importante del devenir de los acontecimientos.
Cada cual es su papel le va dando sentido a esta narración, en la que no hay
que olvidar el papel que juega otra protagonista que no conviene obviar: la
casa. Sin su presencia no sería posible que esta novela hubiese llegado a su
fin.
Veintitrés soles revoloteaban
alrededor de tu sien
cuando divisé tus ojos,
intoxicado de palabras.
No sé si fue un cantor
que arriesgó su alma
o un náufrago en alta mar
sin gaviotas que le den sombra.
Ese instante existía,
figuraba escrito en los muros
con espráis multicolores.
Sonaron tus respuestas
como una pluma caída
de la alcoba del verdecillo.
El peluchegorila registraba
cada uno de los gestos;
yo no sé si hubo gatos,
si en el patio llovía
ni donde andarán
los amigos de ayer,
que anunciaba la radio.
Apenas rememoro el gesto
de tus manos entretenidas
con los botones del pijama,
pero sé que estuve contigo,
que afirmé mi lección