miércoles, 5 de noviembre de 2014

El coche rojo



413 Hola Gon, me dio mucha alegría verte con Rafael Indi el otro día, es cierto, hacía tiempo que no lo veía, ¿y a ti como te fue con María, Luisma y Vero?, ah, muy bien, ya sabes como son, pero… no nos perdamos ¿qué traes hoy?, un micro, espero que te guste, pues vamos a leerlo:
 

Había pasado el verano y de nada sirvieron las denuncias de los vecinos; el ayuntamiento hacía caso omiso porque aquel coche no entorpecía la circulación; se convirtió en el punto de mira de toda la clase marginal del barrio, hasta que un día lanzaron una lata de gasolina en su interior y le prendieron fuego. Vinieron los bomberos, la grúa, se dañaron tres coches más y estallaron los cristales de un escaparate próximo. Los operarios de la limpieza cumplieron su cometido y el lugar quedó expedito y preparado para que otro vehículo lo ocupase. El que fuera su dueño contempló desde su casa los últimos instantes de aquel utilitario rojo; no se inmutó, casi ni parpadeó. Hacía tiempo que el coche lo había superado.
 

6 comentarios:

  1. Pues anda menuda faena que prepararon con arrojar una lata de gasolina y prender fuego al coche.

    Bonito microrrelato, JR. un placer leerte.

    Un beso.

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  2. Creo que queda claro quién incendió el coche, podría haberlo dado de baja y vendérselo a un chatarrero. ¿Quedan todos esos daños a terceros impunes? Me gusta el microrrelado y queda abierto a que cada cual saque sus propias conclusiones. Un beso.

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  3. Muy bueno tu relato J.R, hay que ver a lo que se llega por no pagar el darlo de baja y si no funcionaba ¿como lo llevas al chatarrero? total que eligió la peor de las opciones.
    Un abrazo.

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  4. Llevarlo al chatarrero seguro no habría sido justo con el coche. Él merecía morir con drama, entre llamas y llevándose a otros inocentes. Me imagino las rabias que hizo pasar a ese dueño!

    Saludos!
    =)

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  5. Hasta un coche puede tener una muerte poética.

    Un saludo desde mi paracaídas ardiendo.

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