Hace tiempo que en esto del cine me aficioné a las películas
en versión original, a pesar de estar a cero en cuestión de idiomas. Pero lo
cierto es que es notorio la diferencia con respecto a una película doblada. El
oído se hace pronto a lo bueno. Puestos en estas, estuve hace poco en una sala
para visionar El capital humano de Paolo Virzi, un thriller italo-francés del
que no sabía nada de nada, pero como me dejo llevar por quien sabe, allí que
estuve. Me gusta fijarme en la estructura, en el guión, en la interpretación,
siendo bastante exigente en el desarrollo de la historia, por aquello de la
enorme cantidad de basura que lleva uno acumulada luego de años de ver cine
tanto en salas como en televisión.
No me decepcionó en absoluto. Eso de dividir la historia en
cuatro tramos no es la primera vez que lo veo, y me sigue gustando. Viene a ser
como una carrera de relevos dónde un actor cede el testigo a otro para que
continúe él con la responsabilidad de llegar a la meta. El espectador va
entrelazando aquello que quedó pendiente con lo nuevo que nos cuentan. Ya digo,
resulta interesante.
El fondo de la cuestión viene a ser algo también muy trillado, pero no por eso fuera de lugar: ricos y pobres y en medio los sabihondos. Y por supuesto, las difíciles relaciones humanas desde el punto de vista del amor, del cariño o de la hipocresía. Cómo somos los humanos. ¡Ah!, y al final, ya se sabe: poderoso caballero es Don Dinero, que ya vaticinó en su día uno de nuestros grandes del Siglo de Oro: Francisco de Quevedo.
Hasta aquí mi aportación. Ahora les dejo un enlace del
crítico de La Vanguardia Lluís
Bonet, por si les apetece estar más informados. Y un trailer de youtube.
Completito, eh, pues que les aproveche.
