lunes, 6 de abril de 2020

La casa




A la casa le cortaron el suministro de energía: se llenó de velas; abortaron la llegada de agua a los grifos: se llenó de cantimploras; la asfixiaron con un cinturón de hombres policías: se oxigenó con un anillo de hombres pancartas. Y cuando parecían derrumbarse sus cimientos, que moriría por una hambruna de ideas, llegó un viento huracanado del hemiciclo de la razón, repartiendo créditos blandos para que florecieran garbosos los geranios de los balcones.

2 comentarios:

  1. Buen microrrelato, amigo.
    Te dejo un cálido abrazo.

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  2. Muchas gracias, María José, y un fuerte abrazo para seguir adelante con este cruce por el desierto que nos ha llegado de improviso.

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¿Y ahora qué? ¿No me vas a decir nada?