Así comienza el capítulo IX de la novela "La casa deshabitada", de la que soy el autor.
Le precede esta cita de Lucía Etxebarría.Las normas gramaticales no se exigen para que el texto quede bonito, se exigen para que el texto se pueda leer.
Lucía Etxebarría
El campo, la vida al aire
libre y el cuidado del ganado, le daban mucho trabajo, aunque siempre llevaba
en su morral algún libro y un cuaderno de apuntes donde poder escribir sus
pensamientos o sus creaciones literarias, que por aquellos años giraban en
torno a la poesía. «Quiyo, que Miguel Hernández ya tuvimos uno, cuéntale a las
cabras otras cosas más divertidas —le decía su amigo Juan López » « ¡Qué sabrás
tú, zopenco!» «Eso, diles la verdad, déjate de filosofías, que ellas no
terminaron el Graduado Escolar, diles que no follen tanto, que luego ya ves lo
que pasa con sus chivos, llega el camión del matadero y… » «Tú sí que nos has
terminado el Graduado Escolar, gandul». Se entretenía con unos y con otros,
pero la mayor parte de su tiempo libre permanecía en la biblioteca, con el
objeto de seguir progresando en la formación que no pudo continuar cuando llegó
por aquellas tierras. Se apuntó en una Academia a con horario nocturno
buscando, la posibilidad de acceder a la Universidad, en la prueba para los
mayores de veinticinco años, aunque luego nunca llegó a presentarse por
diversas circunstancias, pero esto le permitió no quedarse estancado en su
formación y «así cómo la cabra tira al monte —le decía a los más íntimos—, vaya
por donde vaya, al final siempre me encuentro componiendo versos o tratando de
sacar adelante algunos textos prosaicos que tengo en mente desde hace tiempo».
Así colaboró en la revista “Dialoguemos”, que un grupo de escritores noveles
sacaba a la luz, valiéndose de una vieja multicopista que perdía tinta por los
cuatro costados y que los tenía a todos marcados en la ropa o en las manos.
Unos cuantos folios grapados y sujetos al visto bueno del ordenado Ubaldo,
profesor de la academia, que formaba parte del Consejo Editorial de la revista.
Se distribuía entre el resto de alumnos y su contenido servía para algunas
clases de Lengua y Literatura.
Totalmente de acuerdo con Lucia. Me trajo recuerdos la frase ... La cabra que tira al monte ... Feliz domingo. Un abrazo
ResponderEliminarFeliz domingo, Nuria. La cita es de Lucía, lo de las cabras es cosa mía...je, ja... Un abrazo
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