172 Como te digo Gon, en la orilla del mar se estaba para haberse quedado allí todo el mes, y mientras tanto yo con los pies reventados de tanto dar vueltas, y no te he contado lo mejor, ¡ah si! ¿y qué es?, que me encontré con D. José, ¡no me digas!, te digo, ¿en traje de baño?, no Gon, no me seas de tu pueblo, se estaba muy bien en la playa, pero D. José iba en chándal, me lo encontré en la arena jugando con Nerea, ¡ah si! ¿y cómo está?, ¡lindísima!, con unas ganas de ponerse en pie y corretear por allí con el resto de los niños, con unos mofletes redonditos y llenos de color y unos chillidos que daba, y…¡bueno, bueno Alba!, ¿a quién se le cae la baba?, no te pases Gon, es que ante una cosa así es para enternecerse, lástima que luego crecen, así es la vida Alba, ¿se lo has contado a Izaskun?, pues no, ya sé que estuvo preguntado por ella –como siempre-, pero hasta ahora no había tenido oportunidad, pues no lo dejes que se va a alegrar, seguro, y ahora Gon ¿a prepararte para
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miércoles, 7 de abril de 2010
Entre fiestas
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Me gusta eso d irse con un dios minusculizado y me encanta esa descripción de Nerea en la arena intentando poner en pie y corretear. Que se prepara D. José para correr tras ella que ya se sabe que empiezan a caminar y no paran.
ResponderEliminarUn beso fuerte a ustedes.
Uno especial a los mofletes de Nerea.
Y gracias, siempre.
Bueno, ya me dieron ganas de ver a Nerea casi, casi, dando sus primeros pasitos...solo cierro los ojos y ahì estàn! D.Josè y Nerea reflejando sus sonrisas uno en el rostro del otro... maravilloso...
ResponderEliminarBesos!
Pero mientras crecen, que le quiten lo bailao con Nerea a don José. Que eso es lo único que nos llevamos cuando nos llega el momento. Lo único.
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