jueves, 19 de enero de 2017

Bola de cera


El niño amasaba su bola de cera y pedía más y más a todos los penitentes. El largo cirio se inclinaba y vertía gotas ardientes, que el mozalbete celebraba como si en sus manos portase la potestad de hacer crecer el mundo. Su ambición era tal que no dejaba hueco para sus juegos de niño, sólo quería amasar y amasar. Y en el domingo de resurrección resbaló en una de sus locas carreras y la bola del mundo quedó convertida en el planisferio de la Semana Santa.

6 comentarios:

  1. Recuerdo de pequeña haber pedido a los penitentes que me dejasen caer unas gotas de cera para ve si podía hacer un figurita.

    Un abrazo.

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    Respuestas
    1. Esa es la fuente de insporación, Conchi, lo demás es ya producto de la imaginación.- Besos

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  2. ¡Oh,que bonito!, no tenía idea de esto de la bola de cera, gracias por compartirlo.
    Besos

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  3. Es propio de la Semana Santa de esta tierra.- Besos

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  4. ¡Con cuatro palabras, hay que ver todo lo que se puede decir!
    Felicitaciones!

    Un abrazo

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  5. Gracias, Indeasena, bienvenida a este rinconcito.- Besos

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