jueves, 23 de agosto de 2018

Manual de soledades



Vasija Colección de libros. Serie poesía, 31
Libro finalista en el VIII Premio BARRO de Poesía, 1986

Al norte
Al norte,
porque habrá algún silencio casi nuevo
y no tendrás que talar esos ramajes fantasiosos
por los que eleva el claro día
relámpagos de oro,
abanicos de insectos
que envidian la clara lucidez de lo que fuimos.

El primer soporte del orgullo
nos adorna de instintos,
y anatomías húmedas
pondrán no sé en dónde
una fecha para los tañadores de luna,
un círculo
que señale puntual
el dolor escondido y unánime
que hay en los hospitales.

No pretendas más cumbres,
ni el salitre de no sé qué piedades,
ni esa forja exquisita que naufragó a las cinco
y cinco del noveno mes
del año aquel de las desgracias
que inauguramos juntos.


al norte
siempre al norte
aunque no sepas caminar.

El amor perdura
La arcilla en el aire
amarillea las torres y tú
resucitando ausencias,
fuiste a la tierra de nadie
llevado humildemente
al amor de entonces.

A dónde ir que no sea abundante
el carro de las lágrimas,
la luz eternizada,
el alma por fuera de la sangre
acorralada?

El emisario que truena como un cráter
es el padre rotulando los marfiles antiguos
de los huesos,
dilatado como el soplo doliente de la vida.
El acaudilla racimos de anciedades,
labranzas
y relucientes oros,
y encandila la noche
con sus manos hermosas.

El congreso la enorme cicatriz del mundo
y llena de pequeños teatros la gran arquitectura;
aprende manuales de calvario y, tiene
puesto el dedo
en los labios del mar
y por el mar
a nuestra sangre viene,
y por la sangre a la ceniza
y en la tierra
con los ojos cerrados
nos acusa.

La arcilla en el aire nos congrega
al escenario sublime del misterio
y el sueño de gloria
desvanece el amor pausadamente.

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